Se avecinan tiempos agitados para el peronismo. Los ánimos ya estaban caldeados por el congreso partidario de hace siete días –convocado por Duhalde y resistido por casi todos los gobernadores–. Y ahora se sumó otro factor, que parece estar contribuyendo a la inquietud del PJ: los rumores sobre un presunto pacto entre el Gobierno y el menemismo para dejar libre a Carlos Menem. “(Menem) va a ir de desilusión en desilusión. Hoy la gente no quiere saber nada con el menemismo”, aseguró ayer Duhalde cuando le preguntaron por el futuro inmediato del ex presidente. Muy distinta fue la visión de Carlos Ruckauf, quien afirmó que “no le cabe duda” que Menem seguirá en política y competirá como “precandidato” en la interna de 2003. Las diferencias entre los bonaerenses revelan distintas estrategias y ambiciones opuestas con miras a 2003.
La posibilidad de que la Corte revoque el fallo del juez federal Jorge Urso está provocando nuevos movimientos en la interna del PJ. Un primer ejemplo se observa en la provincia de Buenos Aires, donde la figura de Menem divide a los dos principales dirigentes del distrito. Duhalde cree que su futuro político depende de la declinación de Menem. Ruckauf, en cambio, quiere balancear el creciente poder de su socio incluyendo al ex presidente entre la lista de presidenciables. Sabe que ése es uno de los temas que irrita al titular del PJ bonaerense. Y está seguro que para cumplir con su objetivo –ser candidato a presidente en 2003– tarde o temprano tendrá que enfrentar a los demás aspirantes.
–Ruckauf quiere pelear con Cassius Clay, no con cualquiera –argumentaba ayer a Página/12 uno de los asesores del gobernador, repitiendo una metáfora de su referente.
Las intenciones de Ruckauf quedaron expuestas ayer, cuando le preguntaron si Menem será su “contendiente”:
–Yo creo que el de varios –contestó el mandatario bonaerense.
La respuesta podía ser interpretada como un gesto de advertencia a Duhalde. De cualquier forma, Ruckauf agregó que el ex presidente “no va a ser nada más que precandidato”.
Entretanto, el santafesino Carlos Reutemann volvió a criticar el encuentro del PJ que se hizo hace una semana, a instancias de Duhalde y pese al rechazo abierto de 12 gobernadores peronistas. “El congreso partidario realizado el sábado pasado en Lanús dejó secuelas y comentarios de todo tipo. Fue un congreso que no tuvo consenso, no fue un congreso de unidad y eso no es positivo”, dijo. “Muchos gobernadores le sugirieron a Eduardo Duhalde la postergación, porque no era el momento apropiado”, agregó. Con estas declaraciones, Reutemann reiteró su enojo por la convocatoria, que potenció la división latente dentro del PJ. “Las divisiones siempre dejan heridas”, explicó ayer el santafesino.
El enfado de Reutemann no se concentra exclusivamente en Duhalde. También se enojó, y mucho, con los gobernadores Néstor Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá, que asistieron al congreso, pese a que sus pares habían decidido no concurrir. Los colaboradores de Reutemann escucharon sus protestas: “Los acuerdos se tienen que cumplir”, murmuraba en la Casa de La Pampa. Ayer, sin embargo, el ex corredor de Fórmula 1 bajó el tono de la polémica: “Hubo un acuerdo para que no asistan los gobernadores, pero pudo haber un malentendido.”
Las relaciones de Reutemann con los demás presidenciables pasan por un momento de indefinición. En parte debido al bajo perfil del santafesino, y en parte a causa de los acontecimientos. Un dato elocuente fue su primera reacción ante la inminente libertad de Menem: el silencio. Para rechazar al congreso de Duhalde, sus hombres buscaron el apoyo de los menemistas.
Con Ruckauf las cosas tampoco parecen andar muy bien: ayer Lole se permitió un chiste dirigido inequívocamente al bonaerense, que se había manifestado en contra del censo. “Lo que hace Carlos Ruckauf hay que mirarlo con mucha atención y sobre todo si tiene un televisor muy cerca.”

EL PERONISMO PEDIRA LA PRESIDENCIA DEL SENADO
Compañero vicepresidente en Puerta

La posibilidad de que el justicialismo consiga imponer a un hombre de sus filas en la presidencia provisional del Senado es un escenario que le pone los pelos de punta al Gobierno. Y, con el correr de las horas, los senadores peronistas fueron limando asperezas y están más cerca de acordar que Ramón Puerta se quede con ese cargo, que hoy por hoy es el de un virtual vicepresidente.
La movida peronista preocupó a todo el gobierno nacional. Hasta el propio presidente Fernando de la Rúa trató el tema en una cena con los senadores radicales. Sin embargo, el peronismo, que ya domina ambas Cámaras legislativas, avanzó en las últimas semanas con la intención de llevar al senador misionero Ramón Puerta a la presidencia provisional del Senado, que actualmente ocupa el radical Mario Losada. Dentro de ese esquema, el cordobés Juan Carlos Maqueda secundaría a Puerta, y el sanjuanino José Luis Gioja se mantendría al frente del bloque peronista, escoltado por Marcelo López Arias, de Salta.
Después de que anteayer los senadores que conforman el Grupo Federal, y que responden al santacruceño Néstor Kirchner, al puntano Alberto Rodríguez Saá, al salteño Juan Carlos Romero y al senador electo Eduardo Duhalde, discutieran con el resto de la bancada peronista, en las últimas horas ambos sectores retomaron los contactos.
En las últimas gestiones, habrían acercado posiciones sobre la posibilidad de llevar a Puerta en el primer escalón de la sucesión presidencial. Fuentes partidarias aseguraron que ayer por la mañana Duhalde y el riojano Jorge Yoma dialogaron telefónicamente y habrían coincidido en proponer el mismo esquema.
De este modo, el martes un peronista podría llegar a instalarse como presidente provisional del Senado. Vale aclarar que durante esta semana, en la que De la Rúa estuvo en Estados Unidos y Europa, Losada fue el presidente interino. Y que hasta fin de año hay planeados otros cuatro viajes presidenciales más.

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