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ABSOLVIERON A UN POLICIA QUE MATO A UN CHICO
Acribillar en defensa propia

Un tribunal de San Isidro absolvió, sin hacer juicio, a un cabo que baleó a un chico ladrón escondido bajo una mesa. La propia defensa había admitido su culpabilidad. El policía quedó libre.

Víctor �Frente� Vital es venerado tras su muerte como un verdadero santo de los ladrones.

Por Carlos Rodríguez

A Víctor Manuel Vital, a quien sus amigos llamaban “Frente”, un policía le pegó cinco tiros cuando estaba escondido debajo de una mesa y sin ofrecer resistencia. Así lo determinaron los expertos de la Asesoría Pericial de La Plata, quienes dijeron que una de las balas le hizo dos agujeros: uno en la mano y otro en la zona del pómulo, lo que confirmó que el joven sólo intentó un inútil gesto de defensa. “Ahora le pegaron el sexto tiro”, le dijo ayer a Página/12 Sabina Sotelo, la mamá de “Frente”, al comentar la decisión de la Sala Uno de la Cámara de San Isidro, que resolvió absolver y dejar en libertad al cabo Héctor Eusebio Sosa, quien estuvo preso un año y cuatro meses acusado por “homicidio simple”. La resolución llegó sin audiencia oral porque la defensa del policía y el fiscal acordaron un juicio abreviado, donde el acusado admitía sólo haber cometido un “exceso en la legítima defensa” que podría costarle una pena de tres años. El tribunal fue más lejos y directamente lo absolvió.
“El juicio abreviado está incorporado al Código Penal y puede ser útil para causas menos graves, pero este fallo es absurdo porque después de dos años de proceso y de acreditarse la semiplena prueba de que se trató de un homicidio, no nos dieron la posibilidad de confirmarlo en el juicio oral”, se lamentó María del Carmen Verdú, abogada de la Correpi y representante legal de la familia de la víctima. “En el juicio abreviado el particular damnificado es de palo”, recordó Verdú. El único dato a favor es que, como Sosa fue absuelto y no condenado a tres años, ahora pueden apelar la sentencia ante la Cámara de Casación.
Sabina Sotelo dio su opinión sin entrar en consideraciones legales: “Los jueces se bajaron los pantalones, ni siquiera nos dieron la satisfacción de que se hiciera el juicio oral. La policía es tan impune, tan poderosa, que ahora lo volvió a matar, total mi hijo era apenas un ladrón”. Los abogados de la Correpi estaban trabajando con vistas al comienzo de la audiencia, previsto para el 22 de este mes. Ahora, los familiares piensan realizar una marcha ese día, a las 9, hora en la que debía comenzar el juicio. Quieren “escrachar” a los miembros del tribunal, Ernesto García Maañón, Juan Carlos Tarsia y Carlos Gustavo Olázar. Antes mantendrán una reunión con el ministro de Seguridad, Juan José Alvarez, a quien le pedirán que, al menos, el cabo Sosa deje de pertenecer a la policía.
La decisión de los jueces choca, en cierto modo, con la postura de la Suprema Corte bonaerense, que hace un mes denunció la muerte de 60 chicos, todos presuntos ladrones, en supuestos enfrentamientos. Formaban parte de un grupo de alrededor de 1000 jóvenes que había denunciado a la policía provincial por apremios ilegales. Esta semana la Procuración General de Justicia resolvió que tres fiscales investiguen si Jorge Guillermo Ríos, Angel Fabián Blanco, Gastón “Monito” Galván y Juan Salto, cuatro de los chicos, fueron asesinados por los efectivos policiales.
La muerte del Frente Vital ocurrió en febrero de 1999, en el interior de la villa San Francisco. Su figura es ahora venerada por sus amigos, que lo recuerdan como a un Robin Hood, por su generosidad a la hora de repartir botines. El día del hecho, la policía persiguió a tres ladrones, entre ellos el Frente. Dos se escondieron en una casilla, debajo de una mesa. La policía dijo que fue un enfrentamiento y que Sosa mató a Vidal cara a cara y sin ventaja. Los peritos judiciales determinaron que eso era imposible.
Por la distancia y el recorrido de los cinco disparos, el policía tenía que medir 3,30 metros de altura. Sosa apenas medía un metro setenta, pero parecía un gigante porque Frente estaba de rodillas, escondido debajo de la mesa. Lo podían haber detenido, sin necesidad de matarlo. Ahora Sosa quedó libre y el fallo abre dudas sobre el resultado de la futura investigación ordenada por la Corte. En San Isidro, la policía nunca llega a juicio. Hace poco, otro tribunal absolvió a 19 jefes acusados de corrupción.

 


 

IBARRA ECHO AL FUNCIONARIO QUE CRITICO A LA FEDERAL
Contra la policía no se habla

La presencia en la función pública de Eduardo Thölke, subsecretario de Seguridad del Gobierno porteño, tuvo un abrupto final: ayer le pidieron la renuncia por haber dicho en un reportaje periodístico que la Policía Federal se financiaba por medio de la prostitución. “Se le pidió la renuncia al subsecretario porque su posicionamiento frente al tema no refleja de ninguna manera el pensamiento del jefe de Gobierno”, Aníbal Ibarra. La decisión fue confirmada a Página/12 por el jefe de Gabinete del Gobierno de la Ciudad, Raúl Fernández. Hasta anoche todavía no se tenía el nombre del reemplazante de Thölke, quien venía desempeñándose como segundo del secretario de Seguridad, Facundo Suárez Lastra.
El relevamiento de Thölke se demoró cinco días –las declaraciones fueron publicadas el domingo por el diario Clarín–, porque Ibarra aguardó el regreso al país de Suárez Lastra, quien se encontraba en Madrid participando de una reunión en la que representó al Gobierno. “Nosotros tratamos de lograr el traspaso de la Policía Federal al ámbito de la ciudad, para trabajar en todo lo relacionado con la seguridad, pero la postura del subsecretario no refleja el pensamiento del jefe de Gobierno”, insistió Fernández, al definir la postura oficial sobre el tema.
Fernández hizo alusión a la larga controversia con la Nación sobre el traspaso de la Federal señalando que en pos de ese objetivo “nos hemos trazado una política de acercamiento, de diálogo, en la que se fue desarrollando un conjunto de acciones conjuntas tendientes a ir mejorando los niveles de seguridad”. En ese contexto, las declaraciones de Thölke “tornaron inviable que el subsecretario pudiera seguir en el cargo”.
El ahora ex subsecretario de Seguridad había asegurado que los policías federales “toleran la prostitución”, cobrando coimas en lugar de preocuparse de aplicar las sanciones previstas en el artículo 71 del Código de Convivencia Urbana. Según Thölke, el dinero recaudado es utilizado para “ponerles nafta a los patrulleros y comprar insumos para las seccionales”. Precisó incluso que una comisaría, para funcionar, “necesita 15.000 pesos mensuales y sólo se asignan 1000”, de manera tal que la recaudación extra se tornaba casi una necesidad.
“El acercamiento con la policía, el mejoramiento de la relación, requiere de un manejo político del problema”, sostuvo Fernández. Dijo que la estrategia del gobierno porteño “ha servido para generar un mayor convencimiento sobre la necesidad del traspaso, aunque todavía está pendiente una decisión política de la Nación”. La vinculación de la Federal con el negocio de la prostitución está siendo investigada en tres causas distintas, a cargo del juez Carlos Bourel y dos fiscales.

 

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