Por E.M.A. *
El vicepresidente norteamericano
Dick Cheney advirtió ayer que luego de que la campaña en
Afganistán termine, Estados Unidos podría realizar acciones
militares en una segunda ola de ataques dirigida contra Estados que den
asilo a terroristas. Cheney dijo que hasta 50 países podrían
ser señalados como objetivos para una amplia gama de acciones que
van desde lo financiero y diplomático hasta lo militar, si hay
signos de que la red alQaida está operando en ellos. Somalía,
el país del este africano que sirve de santuario a miembros de
al-Qaida, sería uno de los primeros en cualquier lista de blancos
norteamericanos. Estrategas en Washington y Londres están considerando
los próximos pasos.
La rapidez con la que cayó Kabul ha alentado a los halcones dentro
de la administración Bush, que están insistiendo en extender
la acción militar contra Irak. Una fuente de Foreign Office dijo:
Se está pensando en una segunda fase pero aún no se
tomó ninguna decisión y nunca vamos a especular con eso.
El punto de vista británico es que resulta improbable una acción
militar directa contra otro Estado y que es más probable que haya
acciones conjuntas con otros países contra enemigos internos. Cheney,
en una inusual aparición pública, dijo en una entrevista
para el servicio matinal de la BBC en pashtún: Hay muchos
lugares alrededor del mundo donde hay células de la organización
al-Qaida. Tal vez como 40 o 50. Estamos trabajando con los servicios de
otros países y de otros gobiernos para terminar con esas organizaciones.
Esta amenaza de acción militar es útil para que Washington
discipline a los otros gobiernos para que se movilicen contra el terrorismo
ya sea dentro o fuera de sus fronteras. El secretario de Defensa norteamericano,
Donald Rumsfeld, pidió al Pentágono que proponga opciones
que piensen hasta lo impensable para después de Afganistán.
Se informó que los proyectos generales resultantes fueron desestimados
por Rumsfeld por no ser lo suficientemente duros. En tanto, no fue acordado
ningún objetivo militar fuera de Afganistán. Eso cambiaría
de la noche a la mañana si Osama bin Laden estuviera por aparecer
en un país con estrechos vínculos con su red al Qaida, como
Somalía.
1) Somalía
Somalía sería un objetivo fácil en tanto es un Estado
débil que está incluso más descompuesto que Afganistán.
Dominic Simpson, un analista de la Monitor Kroll Monitor de Medio Oriente,
dijo que pensaba que la próxima fase de la campaña militar
podría incluir a Somalía. La sensación de violación
sería menor si Estados Unidos lanzara una ofensiva contra un gobierno
que estuviese funcionando. Podría ser la próxima base para
Bin Laden si no es encontrado hasta entonces. La acción en
Somalía podría ofrecer una oportunidad para arreglar viejas
cuentas: 18 soldados norteamericanos fueron asesinados brutalmente allí
en 1993 y desde entonces Estados Unidos ha sido cauteloso respecto emplazar
tropas terrestres en cualquier otra parte.
Los países africanos vecinos afirman que al-Qaida ha estado activa
en Somalía desde 1993. Dicen que fue la base para los atentados
contra las embajadas norteamericanas en Kenia y Tanzania cinco años
antes y que todavía tiene campos de entrenamiento ahí. Si
Bin Laden estuviera por escapar de Afganistán, Somalía es
uno de los pocos países que quedan que podrían asilarlo,
a pesar de que se trata de un lugar difícil donde esconderse. Las
fuerzas alemanas ya estuvieron en Somalía y el Frankfurter Allgemeine
Zeitung hace poco informó de un plan para una operación
conjunta de fuerzas alemanas y norteamericanas en que las tropas alemanas
tomarían Berbera, mientras que Estados Unidos tomaría el
puerto y el aeropuerto. Ambas podrían operar en alianza con una
de las facciones somalíes o con la vecina Etiopía. El grupo
principal somalí al-Itihaad al-Islamiya (unidad islámica),
que está tratando de tomar una región noreste, fue identificado
por Washington como cercano a al-Qaida.
2) Yemen
Yemen es el hogar de varios grupos militantes relacionados con al-Qaida.
El poder del gobierno no se extiende a las áreas tribales donde
esos grupos tiene sus campos. El peligro aumentó el año
pasado cuando militantes de al-Qaida lanzaron un ataque exitoso sobre
el destructor norteamericano USS Cole desde una lancha. El presidente
yemení, Ali Abdullah Saleh, fue invitado a la Casa Blanca este
mes, lo que sugiere que Estados Unidos quiere trabajar conjuntamente con
el gobierno actual.
3) Irak
Rumsfeld describió como importantes los encuentros en Praga entre
Mohammed Atta de quien se sospecha fue el líder de los aeropiratas
del 11 de setiembre y un funcionario de la inteligencia militar
iraquí. Sin embargo, no se ha conseguido probar una conexión
firme entre al-Qaida e Irak. De hecho, la gente de Bin Laden tiene menos
apoyo en Irak que en Gran Bretaña. Sin embargo, Saddam Hussein
es visto por Washington como uno de los líderes más peligrosos
del mundo, con potencial acceso a armas de destrucción masiva,
y esto es cada vez más visto como suficiente justificativo para
una guerra. Para muchos en la administración Bush, se trata de
un problema irresuelto.
Gran Bretaña, a pesar de cooperar con Estados Unidos en los bombardeos
en la norte y sur del país en zonas no aéreas en la última
década, se opone a extender la guerra a Irak por la falta de un
nexo fuerte. La prueba de las intenciones de Estados Unidos podría
demostrarse el mes próximo cuando el Consejo de Seguridad de la
ONU discuta sanciones contra Irak. La negativa de Saddam de permitir el
ingreso de los inspectores de armas podría tornarlo un casus belli.
4) Asia
Indonesia, Filipinas y Malasia, todos los cuales tienen problemas con
los grupos al-Qaida dentro de sus fronteras y con los militantes musulmanes
en general, han acordado operaciones coordinadas. Estados Unidos, que
tiene una buena relación con estos países, ayer expresó
el deseo de participar en cualquiera de esas operaciones. Washington está
especialmente cerca del gobierno de Filipinas y le ofreció un importante
paquete de ayuda militar focalizado en el antiterrorismo contra terrorismo.
Paul Wolfowitz, el subsecretario de Defensa norteamericano, recientemente
dijo a la publicación de Hong Kong Far Eastern Economic Review
que ve una clara necesidad de confrontar a al Qaida en Indonesia: No
debemos esperar que al Qaida haya sido desarraigada de Afganistán
para buscar a al-Qaida en Indonesia.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Giselle Cohen.
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