Por Santiago Rodríguez
Uno puede apartarse y
quizás eso lo deje más tranquilo en un pequeño grupo,
pero también tiene que aportar soluciones porque la sociedad está
esperando que hagamos cosas concretas, dice Darío Alessandro.
Está hablando de la Alianza y del Frepaso, de los que se fueron
y los que se quedaron. La imagen que tiene mientras habla es casi un calco
de su situación política: solo, en un bar casi vacío
del microcentro porteño en el que concede el reportaje a Página/12,
explica los motivos por los que él decidió quedarse y seguir
siendo presidente del bloque aliancista de diputados. También analiza
la situación de su partido y advierte que si nos equivocamos
en política, podemos desaparecer; si acertamos, lentamente podemos
reconstituirnos.
¿Confía en que el proyecto de extensión de
impuesto a las ganancias que acaba de presentar sea aprobado?
Va camino a convertirse en más que un proyecto. Plantea por
primera vez un esquema impositivo que grava a los sectores que tienen
alta capacidad contributiva para atender una situación de emergencia.
La Argentina vive una crisis de magnitud económica muy grande,
hace rato que se le cortó el crédito y no dispone de recursos
como en otro momento; si se adoptó un esquema tan rígido
como el del déficit cero por el cual se llegó a recortar
jubilaciones y salarios en un 13 por ciento, es absolutamente razonable
que aquellos sectores que obtuvieron altísima renta en los últimos
años hagan un aporte adicional de un diez por ciento. Además,
es un esquema tributario muy simplificado y difícil de evadir porque
sobre un universo de 1.300.000 inscriptos en la AFIP afecta sólo
a 550. Es una necesidad para la Argentina conseguir 1000 millones de pesos
que no ya tienen posibilidad de salir de un ajuste. El proyecto ya tiene
despacho mayoritario de la Comisión de Presupuesto y es bastante
dificultoso para el justicialismo explicar por qué está
en contra.
¿Usted cree que la Alianza hoy existe realmente?
Existe mucho más disminuida que cuando la gente votó.
En muchos distritos gobierna la Alianza, como en la ciudad de Buenos Aires;
cuando hubo ahora que firmar el acuerdo con la nación los gobernadores
aliancistas, y no sólo los radicales, fueron los primeros en hacerlo
porque hubo un funcionamiento como Alianza; en el Congreso existe una
parte del Frepaso que integro que sigue en la bancada aliancista y otra
que no está más. Otra cosa para destacar es que dirigentes
tanto del Frepaso como de la UCR hicimos un fuerte reclamo para que se
cambiara el rumbo económico, poniendo en primer lugar la reestructuración
de la deuda, y el Gobierno fue para ese lado.
¿Por qué no se abrió de la Alianza con los
diputados del Frepaso que se fueron y está tan convencido de la
necesidad de mantenerla?
La Argentina atraviesa una crisis de magnitud no muchas veces vista
y es muy difícil que un sector político solo pueda sacarla
de esta situación; no hay muchos caminos y uno posible sería
la dolarización, que ataría a la Argentina para siempre
a las decisiones externas y no solucionaría ninguno de los problemas
que existen. Para oponernos a eso es que hay que juntar una masa política,
económica y social importante. Hay que renegociar la deuda, evitar
que 5000 millones de dólares se sigan yendo al exterior, armar
una política social de carácter universal y con más
recursos, hacer que los que más ganaron paguen el impuesto que
estamos planteando. Nada de eso se puede hacer desde la soledad partidaria.
¿Después de dos años de experiencia, le parece
sinceramente que en el Ejecutivo tienen la misma visión que usted?
No, muchas veces no, pero peor es dejarle las cosas servidas en
bandeja a quienes quieren hacer cosas muy diferentes a las que pensamos
que deben hacerse. Hay que luchar por lo que uno piensa, juntar aliados
y me parece que no todas las batallas han sido perdidas. Este reclamo
fuerte sobre la necesidad de cambiar el rumbo ha sido escuchado, pero
todavía puede haber una presión para que el Gobierno vaya
por otro camino y si los partidos estamos divididos, no vamos a tener
la fuerza necesaria para decir que hay que mantenerlo e ir todavía
más a fondo.
¿Hasta qué punto continuar en la Alianza no implica
convalidar lo que hace y ha hecho el Gobierno?
Ese es un peligro y por eso no nos quedamos callados. Uno puede
apartarse y quizás eso lo deje más tranquilo en un pequeño
grupo, pero también tiene que aportar soluciones porque la sociedad
está esperando que hagamos cosas concretas.
¿Por qué se llegó a la fractura del bloque
en Diputados?
Por varias cosas. Porque el rumbo del Gobierno fue para un lado
muy distinto al que todos pensábamos, porque el nuestro es un partido
nuevo con menos tradición y cultura partidaria que otros, y porque
el Frepaso está muy asentado en un liderazgo fuerte como el de
Chacho, que hace tiempo no se expresa dentro del partido.
¿Piensa que Chacho alentó la ruptura con la Alianza?
No. El motivo fue la sumatoria de los tres elementos que mencioné.
¿Quién representa al Frepaso en la Cámara de
Diputados? ¿El grupo que sigue en la Alianza o el que se separó?
Todos somos del Frepaso, atribuirse representatividad unos y negársela
a otros sería un error. Espero una recomposición en un plazo
no muy lejano, pero eso tiene que ver fundamentalmente con que nuestro
partido adopte definiciones políticas. Todos los partidos tienen
diferencias muy grandes; en el peronismo han convivido menemistas y duhaldistas,
en el radicalismo el delarruismo no compartió el Pacto de Olivos
pero no rompió, sino que fue minoría y después tuvo
el predominio. En el Frepaso tendríamos que aprender esto porque
la fragmentación es el mayor enemigo contra la posibilidad de disputar
poder en algún momento.
¿Cuáles son las definiciones que a su juicio debería
tomar el partido?
La relación con el Gobierno, con el radicalismo, con otras
fuerzas políticas; con qué grado de fuerza se apoya la política
de reestructuración de la fuerza. No podemos seguir viviendo en
esta especie de anomia de conducción partidaria y de línea
política. Hay que tratar de buscar un lugar común, sin que
eso signifique la indefinición política.
En caso de que se plantee esa discusión habrá quienes
promuevan seguir con la Alianza y otros asociarse al ARI. ¿Cuál
será la suya?
Esa discusión tiene que ser la conclusión de otra
que es cuál es la situación de la Argentina hoy, cuáles
son las soluciones y desde dónde se es útil. Si empezamos
por el final, y nos fijamos dónde posicionamos a la fuerza con
vistas a 2003, nos equivocamos. En un momento como este habría
que tratar de buscar los puntos de encuentro entre los que pensamos más
o menos lo mismo y creo que con grandes sectores del radicalismo pensamos
más o menos parecido. También pensamos parecido con sectores
que están en el ARI pero ellos están poniendo la prioridad,
que en la Argentina es económica y lo social.
¿Hoy se siente más cerca de esos sectores radicales
que de quienes fueron hasta hace no mucho sus compañeros de bloque
frepasista o del ARI?
Es muy difícil medir eso porque alguien que piense 100 por
ciento como uno es difícil encontrarlo en cualquier lugar del espectro
político.
Pero usted, por ejemplo, se opuso a la coparticipación de
la Ley del Cheque con los radicales y los frepasistas que se separaron
de la Alianza y el ARI votaron a favor.
Ahí tuvimos una diferencia de apreciación importante
sobre las prioridades de la Argentina de hoy. En este momento, por ejemplo,
tratar de sacarle las facultades delegadas al Gobierno, cuando está
negociando en el exterior una mejor situación para el país,
creo que tampoco ayuda. Confío que en el corto plazo podamos saldar
las diferencias de apreciación que tenemos sobre la actual situación
política.
¿Le parece que será posible una síntesis?
Es una pregunta difícil de responder. Es una tarea ardua
y tenemos un mes para trabajar hasta que se haga el congreso partidario.
A propósito de ese congreso y el partido, ¿está
de acuerdo con que Aníbal Ibarra asuma la presidencia?
Aníbal tiene muchas condiciones para ir como presidente del
partido, pero no me satisfaría que sólo definiéramos
eso porque también es necesario tomar definiciones políticas
sobre la Argentina de hoy.
Hay quienes dicen que el Frepaso está muerto, ¿qué
les responde?
Que depende de lo que hagamos y no de lo que digan. Es un hecho
concreto que hay gobierno del Frepaso en Buenos Aires, Morón, Avellaneda,
Rosario, Lomas de Zamora, Cipolletti y otros lugares; somos una veintena
de diputados; y en el Gobierno hay figuras reconocidas y con prestigio
como Adriana Puiggrós, Rafael Bielsa, Marcos Makón, etc.
Hay una existencia política. Si nos equivocamos en política,
podemos desaparecer; si acertamos, lentamente podemos reconstituirnos.
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