Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


18 DE NOVIEMBRE DE 1951
Fútbol por televisión

Hoy se cumplen cincuenta años de la primera transmisión televisiva de fútbol en la Argentina. Canal 7, que hacía poco había comenzado sus emisiones, ofreció para sus por entonces pocas pantallas encendidas el clásico de la penúltima fecha del torneo. San Lorenzo-River. Fue empate 1 a 1 en un (viejo) Gasómetro colmado por 45.000 espectadores. Auspició YPF, hubo árbitro inglés y un gol polémico que la tele no dilucidó. Otros tiempos.

Por Juan Sasturain

Tres días antes de aquel 18 de noviembre de 1951, el Ministerio de Industria y Comercio formuló el anuncio. No se trataba de un nuevo plan quinquenal, ni de la construcción de un oleoducto. Nada había sido parecido hasta entonces. Estaba a punto de televisarse por primera vez en la Argentina un partido de fútbol en directo. De ese modo, el gobierno peronista informaba que la transmisión por el antiguo Canal 7 se haría gracias al aporte económico de YPF, la petrolera estatal agrupada en un ente de empresas energéticas, el ENDE. Hoy se cumplen 50 años de ese acontecimiento inédito para la época, que tuvo como escenario al viejo Gasómetro de avenida La Plata. Las cámaras siguieron las alternativas de un clásico, San Lorenzo-River, por la anteúltima fecha del campeonato de 1951 que finalmente ganaría Racing, tras un doble desempate con Banfield, el equipo revelación del año.
Aquella tarde radiante, unas 45.000 personas completaron el estadio sin saber del todo qué pasaba. Los principales medios gráficos apenas habían difundido la noticia en los días previos. La televisión era una novedad que recién tenía un mes de experimentación. El 17 de octubre, Canal 7 había realizado su transmisión inaugural desde la Plaza de Mayo durante un acto de reconocimiento a la ya convaleciente Eva Perón. Con el tiempo, personajes como Guillermo Brizuela Méndez, Nelly Prince, Miguel Coronato Paz (el de “Un, dos, Nescafé”), Julio Bringuer Ayala (“La justa del saber”) y la periodista Blackie, se irían familiarizando con el público. Sin embargo, aún restaba que un espectáculo masivo como el fútbol tuviera su propia cobertura en exteriores.
Ernesto Beltri, un relator radial, fue el escogido para ponerles la voz a las imágenes que emitiría la TV desde el barrio de Boedo. “Creo que trabajaba en Radio Mayo; yo estaba con Lalo Pelliciari”, evoca medio siglo después Washington Rivera, un periodista contemporáneo de aquel que continúa desempeñándose en el área de prensa de la AFA. Enrique Macaya Márquez, el hombre record de las transmisiones futbolísticas –ingresó a Canal 7 en 1966 y nunca más abandonó la pantalla–, sólo recuerda a Beltri como “uno de los primeros” que apareció ante las cámaras.
El día del bautismo televisivo, San Lorenzo y River empataron 1 a 1. El equipo local salió a la cancha con Blazina; Martínez y Basso; Zubieta, Cívico y Fontana; Picot, Maravilla, Benavídez, Farro y Silva. Su rival tenía a Carrizo en el arco; Ramos y Soria; Yácono, Venini y Ferrari; Vernazza, Pizzuti, Walter Gómez, Labruna y Loustau. El árbitro resultó un tal Cross, uno de los nueve ingleses que dirigieron la fecha completa. River aún tenía chances de entreverarse con Racing (visitaba a Atlanta en Villa Crespo) y Banfield (quedaba libre) en la puja por el título, mientras que Quilmes, Gimnasia y Huracán trataban de zafar del descenso en sus respectivos partidos.
Al clásico, entonces, no había con qué darle. La Academia, pese a que era el bicampeón, perdía en la convocatoria con River que iba primero con 840.098,66 pesos en recaudaciones. No obstante, en la tabla de posiciones, “Sportivo Cereijo” –como denominaban a Racing por los favores que recibía del Ministro de Hacienda justicialista–, tenía un punto más que el equipo de Núñez. Una diferencia que se mantendría después de disputada la fecha y que no se amplió gracias a la tremenda actuación del legendario Amadeo.
Lo único que no pudo evitar el arquero fue el gol del moreno Maravilla. El periodista Diego Lucero lo describió así en Clarín: “Desde el palco de prensa pareció que la pelota no había traspuesto la línea. Los fotógrafos que estaban con sus máquinas enfiladas sobre el arco a pocos metros de la escena, afirman que la bola fue despedida antes que traspasara la línea imaginaria que marcan los maderos”.
¿Qué había ocurrido? Ferrari, el half izquierdo de River, había rechazado con una chilena casi sobre la raya. Cross no dio el tanto, los jugadores de San Lorenzo protestaron y el británico revió su fallo luego de consultar al juez de línea. Siete minutos estuvo detenido el juego y nunca se sabrá si el gol era válido. El desaparecido diario Crítica, en una de sus misceláneas tituladas “Desde atrás del arco”, improvisó un curioso diálogo:
–¿Fue entonces un gol “teleavisado”?
–No, señor. Te-le-vi-sa-do.
–Es que yo digo “teleavisado” porque, en realidad, el referí no se dio cuenta hasta que le “teleavisaron”.
Luego de aquel alboroto, San Lorenzo no pudo rematar el partido y, a los 27 minutos del segundo tiempo, Basso le cometió penal a Angelito Labruna y Vernazza marcó el empate. Las crónicas de la época reflejaron como destacables las atajadas de Carrizo, la detención de un hincha llamado Arsenio Rivas por propinarle un botellazo a otro espectador y “una brillante exhibición de perros de la Policía” que transcurrió durante el entretiempo. En los días posteriores al primer encuentro televisado, las repercusiones de este hecho fundacional fueron escasas. Las principales noticias eran derivaciones por la reelección de Perón ocurrida el 11 de noviembre (junto a Hortensio Quijano había superado por amplio margen a la fórmula Ricardo Balbín-Arturo Frondizi), comentarios sobre la primera vez que las mujeres votaban en la Argentina, la reapertura del diario La Prensa confiscado por el gobierno y entregado a la CGT y un gran incendio en el Puerto de Buenos Aires. En el fútbol, Agremiados pedía la anulación de los descensos que la AFA rechazaba, los árbitros ingleses solicitaban un aumento de sueldo a 2.500 pesos para renovar sus contratos, se iniciaba la segunda edición de los Torneos Evita con 84 partidos en la Capital Federal y en las calles todavía sonaba el eco de multitudes que cantaban: “Con Perón y con Evita, todo el mundo tiene guita...”
Otros tiempos, otro fútbol y una incipiente televisión que, aquel domingo de 1951, sembraría la semilla de un negocio que hoy genera millones de pesos y pasiones.

 

PRINCIPAL