Por
Facundo Martínez
Con un hombre menos y toda la magia de Juan Román Riquelme, que
afloró cuando se enojó por las patadas que le tiraban, Boca
derrotó a Chicago por 2-1 y sacó pecho para viajar hoy a
Tokio ganador y sin desatender los deberes del Apertura. Por la gente
que llevaron los de Mataderos, y sus gritos; por la de Boca, que fue a
despedir a sus jugadores; por el juego que produjeron ambos conjuntos,
aunque sobre el final los locales lo hicieron demasiado brusco pero
Boca no se quedó atrás, el partido, que había
empezado demasiado frío y parecía algo así como un
ensayo, al menos para Boca, concluyó en un clima vibrante y emotivo,
con resultado abierto hasta el último segundo.
Chicago comenzó presionando a Boca, que estaba desordenado y parecía
querer cuidarse las piernas pensando en Tokio. Dos situaciones claras
generó Chicago apenas iniciado el encuentro. Christian Gómez
obligó de tiro libre a Córdoba, quien consiguió despejar.
Después lo tuvo Martens, de cabeza. Ese esfuerzo para mantener
la presión, que se apoyaba en el aliento de los hinchas de Mataderos,
terminó costando cara.
Si bien Boca llegó recién a los 9, con un remate cruzado
de Martínez que pasó muy cerca del palo derecho de Velázquez,
unos minutos más tarde, en una jugada casi repetida, Martínez
puso el 1-0, con un remate que pasó entre las piernas del arquero.
Después, Boca se acomodó y llevó a Chicago a su juego,
y a correr detrás de la pelota; a postergar sus intenciones. Apenas
un remate de media vuelta de Mandra, a los 30, logró sacar a los
locales del laberinto en el parecían sucumbir. Para ello fueron
claves el impulso que Mandra impregnó con sus arremetidas y la
presión que lograron los volantes Gómez y Farías.
El partido de hizo de ida y vuelta. Boca respondía los intentos
de Chicago con contraataques veloces, por el lado de Guillermo y Delgado.
Pero una gran jugada colectiva les permitió a los de Mataderos
marcar la igualdad, tras un remate de Kmet. Este tanto cambió el
ritmo y la tenacidad del encuentro. Boca, aunque cauteloso frente al planteo
de Chicago, no dejó de ir a buscar el partido y Chicago no se achicó
y siguió jugando de igual a igual.
Lo mejor fue el complemento. Chicago volvió a empezar más
agresivo, y Boca comenzó a regular sus fuerzas. La bisagra que
aportó los mejores ingredientes fue la expulsión de Gaitán.
Chicago la festejó como una seguridad de cara a la posible victoria,
pero se equivocó. Aunque Farías se metió más
y más en el partido y Chicago encontró una puerta por el
lado de Martínez y de Schiavi, las patadas y las provocaciones
en la zona de volantes despertaron al gigante de Riquelme, quien se enchufó
de tal manera en el partido que terminó contagiando al resto de
sus compañeros.
Chicago se equivocó al bajar la guardia, dejando llegar a Boca,
a pura calentura, para matarlo de contra. Pero Boca, al contrario, comenzó
a jugar mejor fútbol. Y a meter pierna fuerte con Serna como abanderado.
Y a los 76, Riquelme, habilitado generosamente por Delgado, puso categóricamente
el 2-1 definitivo. Chicago reaccionó después, pero se le
fue acabando el tiempo, en un final que fue a toda máquina y emocionante.
CON
UN PIE EN EL AVION
Bianchi
está tranquilo
Carlos
Bianchi reconoció ayer, luego de la victoria frente a Chicago,
que viajará hoy a Japón para intentar retener la Copa Intercontinental
ante el Bayern Munich con cierta tranquilidad. No tengo ninguna
preocupación para Japón. Es un partido para el cual Boca
ha demostrado tener un potencial suficiente como para jugar una final,
comentó el técnico, quien aseguró que aún
no tiene definido el esquema de juego que utilizará para ese encuentro
internacional.
Todavía no está resuelto. Hoy (por ayer) jugamos con
un 4-2-2-2 que por momentos se transformó en un 4-2-4, dijo
el técnico, quien explicó luego por qué decidió
hacer jugar a Cristian Traverso como marcador central. Me decidí
por Traverso como zaguero para ensayar una variante más. No hay
nada definido, pero el que tenía previsto que jugara por ese sector
no me conformó del todo. Pero repito, no hay cerrado nada.
Bianchi habló también sobre sus impresiones con respecto
al Bayern Munich. Es un equipo muy poderoso. No sé si será
más que Boca, pero sí puedo decir que es el mejor de Europa.
Puedo decir que por la forma en que mueven la pelota no es un típico
equipo alemán, explicó y agregó: Intentan
salir jugando desde abajo, con pelota al piso y no se la pasan tirando
bochazos para los de arriba.
Por otra parte, sin el delantero japonés Naohiro Takahara, quien
por decisión de Bianchi no formará parte de la delegación,
el plantel viajará hoy a las 18 rumbo a Japón. La delegación,
integrada por 21 jugadores, el cuerpo técnico y varios dirigentes
se reunirá en la Bombonera a partir de las 15 y desde ahí
partirá hacia Ezeiza. El viaje, que dudará cerca de 34 horas,
contemplará dos escalas en San Pablo y en Frankfurt. Los que viajan
son: Córdoba, Abbondancieri; Martínez, Calvo, Burdisso,
Schiavi, Barbosa, Rodríguez; Traverso, Serna, Marchant, Villarreal,
Pinto, Gaitán, Pérez, Riquelme; Barros Schelotto, Delgado,
Giménez, Barijho y Carreño.
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