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RACING SUFRIO COMO SIEMPRE, PERO SUMA CON SUERTE DE CAMPEON
Palo, palo, palo bonito...

Chacarita, que en los papeles era uno de los rivales más complicados en el fixture, ya quedó atrás. Con un penal que fabricó Chatruc, que compró Brazenas y que convirtió Estévez, el equipo de Merlo superó a Chacarita por 1 a 0 y mantuvo la distancia sobre River y Boca, que lo siguen en la tabla. El pico de emoción llegó sobre el final cuando Leo Ramos, a la manera de Rensenbrick en el Mundial �78, estrelló un tiro en el palo.

Por Ariel Greco

Cuando el derechazo de Leo Ramos en la última jugada del partido rebotó en la parte interna del primer palo de Campagnuolo y cruzó por delante del arco, pero por detrás del arquero, la sensación que tuvieron los 45 mil fanáticos que coparon la cancha fue clara: “Ya está, este año no se nos escapa”. Y razón, parece, no les falta. En un partido muy chivo, Racing venció 1-0 a Chacarita, se sacó de encima a uno de los rivales más complicados y logró mantener su diferencia con River. Es cierto que no jugó bien, que recibió una manito del árbitro Gabriel Brazenas y que se encontró con un gol cuando no lo merecía, pero a partir de sus ganas logró justificar la victoria y cada vez está más cerca de lograr el título. Por eso el festejo interminable del final, cuando la impresión predominante indicaba que para salir campeón era obligatorio ganar de esa manera.
A diferencia de otros equipos, Racing no necesita jugar bien para ganar. Lo suyo se sustenta en la actitud. En el partido de ayer, su producción futbolística fue inversamente proporcional al corazón que pusieron sus jugadores. Así, cuando más nublado estaba el panorama, cuando sus creadores no encontraban claridad, las ganas de los muchachos de Merlo alcanzaron para tapar todos los inconvenientes. Por eso no importó que se metiera excesivamente atrás y permitiera que Chacarita lo acorralara contra su arco. Allí surgió Loeschbor para despejar todos los centros que cayeron en su área. Y el resto para colaborar con su esfuerzo.
A Racing le costó de arranque. El planteo de Chacarita le cerró los caminos y hasta impresionó mejor. En el duelo de los volantes, los visitantes sacaban ventaja. Ni Chatruc ni Barros Schelotto podían quebrar la marca de Rosada, que cortaba todos los circuitos ofensivos del rival. En cambio, Bastía no alcanzaba para contener la dinámica de Rivero y la conducción de Moreno. Claro que ante el escaso peso ofensivo, lo bueno que gestaba Chacarita moría en tres cuartos de cancha. Por el contrario, Racing, con menos luces, se mostró más peligroso.
Hasta que llegó la jugada clave que cambió el partido. En el último segundo del primer tiempo, Chatruc fue a buscar una pelota larga que de manera inexorable se iba por el fondo. En su carrera encontró un adversario, provocó un contacto y Brazenas compró. Estévez resolvió con clase, y Racing se llevó al vestuario un premio excesivo. Ya el partido fue diferente. El conjunto de Merlo ya no necesitó ir a buscar, por lo que contó con más espacio para resolver de contra. Además, crecieron Bastía y Barros Schelotto, por lo que la lucha en el medio fue más pareja. Del otro lado, si bien dispuso de la pelota durante mucho tiempo, a Chacarita le faltó imaginación para vulnerar el esquema defensivo que planteó Racing.
En esa geografía, el puntero generó las mejores situaciones, aunque Estévez dilapidó dos chances inmejorables al rematar alto. Y como no aseguró el resultado, el sufrimiento recién se cortó cuando Brazenas pitó el final. Unos segundos antes, a más de uno se le debe haber parado el corazón con el tiro libre de Ramos que rebotó en el palo. Claro que fue un condimento especial para que el triunfo se disfrute más y para que ya se hable de la “suerte del campeón”.

COINCIDENCIAS Y MIMOS DE DOS TECNICOS
Mostaza y Chiche, amigos

En las declaraciones posteriores al partido de ayer coincidieron dos amigos, los dos técnicos que se enfrentaron en la cancha: Chiche y Mostaza. El entrenador de Racing dijo tras el encuentro ante Chacarita que si sus dirigidos ganaron “once de quince partidos, no fue por suerte”, al responder una pregunta por la última jugada del 1-0 frente a Chacarita, en la que un poste privó del empate al equipo perdedor. Por el lado de Sosa, no vaciló en aceptar el resultado a partir de una lectura del partido que no fue muy distinta de la de su colega.
“Los palos también juegan –replicó clásicamente Mostaza Merlo–. Además, Racing ganó porque buscó el triunfo.” Del mismo modo, su colega de Chacarita, Osvaldo Sosa, coincidió con su amigo Merlo al manifestar que “a la victoria de Racing no hay nada que objetarle. Si bien el predominio fue nuestro en los primeros 35 minutos del partido, después nos faltó el gol y la presencia que tuvo Racing. Ahí estuvo la diferencia”, apuntó Chiche.
Los dos directores técnicos también expresaron similares conceptos al indicar que se imaginaban “un partido tan complicado”. Palabras más, palabras menos, dijeron por separado, uno en cada vestuario: “Nos conocemos y sabemos cómo planificamos los partidos, sin descuidar ningún detalle”. Sosa pidió no entrar “en ninguna polémica por el penal” que le terminó dando la victoria a la Academia. “Siempre nosotros vamos a decir que no fue, y si el árbitro (Gabriel Brazenas) lo cobró, fue porque lo habrá visto.”
Finalmente, Sosa no se privó de un último gesto de amistad hacia su compañero y amigo Merlo, y dijo que le “gustaría que Racing se consagre campeón”. Y él, que en su larga trayectoria ha sabido de triunfos y desengaños, quiso manifestar un sentimiento que se ha hecho carne en muchos, racinguistas o no: “Después de tantos años a la espera de un título, se lo merecen”.

 

 

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