Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
DINAR LINEAS AEREAS

Cavallo ajustará otros 3800 millones para cumplir con el deficit cero
Cero en déficit y 3000 en riesgo país

Cavallo admitió que no podrá cumplirse el déficit cero en el último trimestre. Pero dijo que en el Presupuesto 2002 sí se cumplirá y anunció un recorte de gastos adicional por 3800 millones. El Gobierno espera que el FMI autorice los desembolsos pendientes para cubrir el bache hasta fin de año. �Hay que tenerles paciencia�, afirmó el ministro.

Por Maximiliano Montenegro

Domingo Cavallo reconoció ayer que no podrá cumplir con el déficit cero en el último trimestre del año, porque los intereses a pagar en ese período son demasiado elevados. Pero redobló la apuesta: dijo que en el Presupuesto 2002 sí habrá que manejarse con déficit cero y que esto “demandará sacrificios, pero que los argentinos estamos dispuestos a hacer para volver a crecer”, interpretó. Así, anunció que en dicho presupuesto habrá recortes de gastos adicionales por 3800 millones de dólares. El bache fiscal hasta fin de año se cubrirá con los desembolsos de los organismos internacionales, siempre que la misión del FMI, que arribará el próximo lunes a Buenos Aires, apruebe las cuentas del Gobierno que, como se dijo, mostrarán el incumplimiento de la regla acordada con el Fondo. Cavallo confía en que los funcionarios del Fondo no sembrarán más piedras en el camino, aunque admitió que “es natural que tengan sus dudas” y que “no podemos más que tenerles paciencia”. El ministro también confía en que la operación de reestructuración de la deuda, puesta en marcha ayer, será exitosa, y que permitirá reducir los intereses a pagar por la Nación y las provincias en 5000 millones de dólares el año próximo. Está convencido, “porque las alternativas son peores para todos. La alternativa es Rusia y Ecuador, que devaluaron e interrumpieron sus pagos”, recordó. Todo eso al cabo de un día en el que el riesgo país rozó los 3000 puntos.
Aterrizó por la mañana en Ezeiza, procedente de Ottawa, Canadá, donde, en el marco de la asamblea anual conjunta del Fondo Monetario y el Banco Mundial, se reunió con el secretario del Tesoro norteamericano, el presidente de la Reserva Federal y el titular del FMI. En todos esos encuentros cosechó solidaridad y respaldo político. Pero, por tercera vez consecutiva, en menos de un mes, regresó del Norte con las valijas vacías de dólares. Peor aún, ni siquiera logró que las autoridades del Fondo precisaran una fecha para un desembolso de 1260 millones de dólares, previsto para diciembre si el gobierno cumplía la meta de déficit cero. Tales fondos son imprescindibles para enfrentar los abultados vencimientos de intereses de la deuda de fines de noviembre y diciembre, porque pese al impresionante ajuste de gastos que se realizó hasta ahora, el derrumbe de la recaudación no permitirá abonar la factura con los acreedores sin la asistencia de Washington.
Hacia el mediodía era evidente que el riesgo país rompería uno de esos récord impactantes en la opinión pública, esta vez, llegando a la meta de los 3000. Entonces, el ministro ya tenía planeado convocar a los principales representantes del sistema financiero local al auditorio del Banco Nación para anunciar la largada del canje de deuda: “les quiero pedir comprensión y participación a la comunidad financiera local”, los exhortó después (ver aparte). Pero también decidió blanquear los números fiscales del resto del año, que hasta ahora eran manejados con la mayor reserva en el Palacio de Hacienda.
Antes que nada, aclaró que acababa de recibir “la confirmación del presidente de la Nación de que la misión del Fondo va a estar aquí a partir de la primera hora del lunes”. Nunca hasta ayer, la llegada de una misión técnica del FMI para revisar las metas fiscales había requerido de la confirmación de un presidente. Más aún, allá por fines de marzo, a poco de asumir, Cavallo se dio el lujo de ningunear a los enviados del Fondo, que había llegado también para monitorear las cuentas fiscales, al decir en una conferencia de prensa que desconocía si efectivamente estaban en el país, alegando que de esos temas se ocupaban sus subalternos.
El cambio de actitud demuestra que para el gobierno los desembolsos pendientes hasta fin de año del FMI, el Banco Mundial y el BID, son cruciales para llegar al verano. Sin embargo, ayer los escépticos se multiplicaban. “Sin desembolsos del Fondo no llega a Navidad, con el desembolso, por ahí tira hasta fines de enero. No hay mucha diferencia”, comentó a este diario el analista de un banco líder. Después, Cavallo distribuyó un cuadro resumen, con las cifras del sector público para este año y el próximo. “Este año el déficit será de 7800 millones, aunque puede ser un poco menor por el canje”, blanqueó. Esto significa que no sólo no se cumplió en déficit cero en octubre, sino que tampoco se alcanzará en noviembre y diciembre. En consecuencia, el déficit anual será unos 1500 millones superior a lo acordado con el FMI, aunque en Economía esperan que el ahorro de intereses del canje achique esa diferencia a unos 800 o 900 millones.
“Nadie podía esperar que en el trimestre octubre-diciembre, con factura de intereses superiores en 1000 millones al promedio mensual, íbamos a tener déficit cero. Esta es un concepto de que debe seguirse como mínimo sobre una base anual”, sorprendió el ministro.
Cavallo había revelado esos mismos datos el fin de semana a los funcionarios del Fondo con quienes se entrevistó. Y fueron motivo suficiente para que los técnicos del organismo desaconsejaran apurar los trámites para Argentina.
Un integrante del equipo económico comentó a este diario que ya no quedaba demasiado margen para seguir ocultando esa información. Porque también eran requeridos por los principales bancos de inversión que participarán del canje de deuda. El interés de los acreedores por las cuentas fiscales es obvio: necesitan saber cuánta plata queda en las arcas públicas para poder cobrar.
Sea como fuere, ahora la apuesta del ministro es demostrarle a los acreedores que el Gobierno está haciendo un ajuste nunca visto en la historia argentina y que calará la cuchilla mucho más profundo todavía el año venidero. Según las cuentas del ministro, los gastos del sector público se redujeron en 3000 millones entre 1999 y este año. En tanto que planea podarlos otros 3800 millones en el Presupuesto 2002.
Para ello, anunció la extensión durante todo el año próximo del recorte del 13 por ciento para salarios y jubilaciones; la quita del mismo monto a las transferencias por coparticipación a las provincias; y “otros recortes previstos en el presupuesto que demandarán sacrificios”.
Aún así, sólo se podría alcanzar el déficit cero el año próximo “si conseguimos una baja en la factura de los intereses”, admitió Cavallo, que espera que el descuento para la Nación llegue a los 3700 millones de dólares. Para disipar las dudas de la conveniencia de aceptar la propuesta para los acreedores, volvió a correrlos con la vaina: “la alternativa es Rusia, Ecuador y Turquía, que devaluaron la moneda y, en los dos primeros casos, interrumpieron sus pagos, imponiendo a los acreedores y sus pueblos grandes sacrificios”, aseguró.

USARIAN LOS DOLARES DEL CENTRAL PARA TAPAR EL DEFICIT
Ahora vienen por las reservas

Domingo Cavallo anunció que en lo que queda del año se acabó el déficit cero. El problema, frente a la ausencia de financiamiento, es como se cubrirá el nuevo rojo. En Economía esperan que sea con la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, los economistas consultados por Página/12 coinciden en que lo más probable es que se continúen usando reservas del Banco Central para cumplir con los vencimientos de deuda. Una opción peligrosa que podría agravar la delicada situación de los depósitos.
Ricardo Fuente, economista de la consultora Ecolatina, consideró que si bien la opción de recurrir a las reservas para cumplir con los compromisos externos es arriesgada, el Gobierno “todavía tiene un considerable margen”, pues la convertibilidad establece que estas deben cubrir alrededor del 70 por ciento de la base monetaria, que hoy está en torno a los 11 mil millones. La alternativa entonces es utilizar las reservas como puente hasta que llegue el dinero del Fondo. Fuente destacó que en el actual contexto las alternativas no son muchas: o recurrir a las reservas o “posponer pagos de deuda con todo lo que ello acarrea”. El problema que se presenta es que, “si se continúa en esta línea de no enviar partidas presupuestarias en diciembre pueden presentarse dificultades en el financiamiento del Estado”, consideró. La falta de recursos se agravaría no sólo por el pago de deuda, sino también por la caída de la recaudación.
Para el economista de Ecolatina, el déficit cero es consistente con la Convertibilidad, pero en un escenario de crecimiento. “Debió haberse aplicado en el 95, ahora es tarde”, concluyó.
Para el economista de la CTA Claudio Lozano, la negativa del FMI a aportar recursos vuelve “más plausible la posibilidad de un desmadre”. Sin embargo, si los recursos viniesen, solo brindarían “oxígeno temporal”.
El problema es que Cavallo “explicitó el default, es decir demostró que Argentina no puede pagar la deuda en las condiciones actuales, pero sin instrumentarlo, porque sigue pagando”. Que el déficit cero provoque recesión es algo que “no preocupa a los sectores dominantes”, destacó. “La caída de la actividad es una manera de modificar los precios relativos”, es decir, de devaluar sin devaluar, pues permite bajar el costo de la manode obra y restringe las exportaciones. Por otra parte “el déficit cero compulsivo también lleva al desmantelamiento del Estado residual”. Entonces, la actual situación desnuda que “lo que está en juego es el mecanismo de devaluación: u ordenadamente por medio de la recesión o desordenadamente con una fuga de depósitos”, explicó. Ambos casos significan “dolarización y caída de ingresos para los sectores populares”. En tal contexto el problema sería con los acreedores del exterior, a quienes “antes que la magnitud de la deuda les interesa la capacidad del país de mantener un balance de divisas positivo”, algo que una dolarización difícilmente garantizaría. En todo caso, ninguna de las medidas de Cavallo ataca los tres principales problemas de la Argentina “la pulverización del mercado interno, la estructura de ganancias relativas que beneficia privatizadas y bancos por sobre los sectores productivos y la imposibilidad de crecer sin endeudarse”, concluyó.
Para el economista Eric Calcagno, “da lo mismo” que venga o no dinero del Fondo. Ganar tiempo no es lo principal. “¿Acaso no se iba a ganar tiempo con el blindaje, el megacanje y el déficit cero?”, se preguntó. Es necesario darse cuenta que “el FMI apoya cuando los problemas son de liquidez, no de insolvencia, como le ocurre a la Argentina”. Pero la actitud del gobierno es negar la realidad. “Esto no es default, no hay emisión, esto no es una crisis, esto es un plan”, repite. Ahora la clave es la reestructuración de la deuda, pero “por más que se reestructure, su pago sigue siendo inviable”. En este contexto, es necesario hacerse urgente algunas preguntas básicas. “¿Que se piensa hacer cuando las reservas lleguen al mismo nivel del circulante? ¿Por qué esperar a que las reservas se licuen?”, planteo Calcagno. “Aquí el problema estructural es la convertibilidad”, concluyó.

�Quiero pedirle comprensión y participación al sector financiero�

Se puso en marcha el tramo local del canje de deuda. �Cualquier acreedor sabe que un interés del 7 por ciento en un país que crece puede ser pagado. En cambio, intereses del 12, 15 o del 20 por ciento son un camino a la ruina, en el que todos pierden�, dijo Cavallo. Pero los bancos todavía se resisten a bajar a ese nivel la tasa de los préstamos a las provincias.

Por Claudio Zlotnik

“Quiero pedirle comprensión y participación al sector financiero local. Porque esa confianza de la comunidad argentina nos permitirá ganar la confianza en el mundo.” Domingo Cavallo cerró con esa frase su alocución de casi una hora frente a los financistas que presenciaron el lanzamiento del canje local de la deuda. El ministro apeló al corazón de los banqueros. Pero al igual que lo ocurrido con Juan Carlos Pugliese en la época de la hiperinflación, los financistas demuestran que las emociones no cuentan a la hora de los negocios. Según pudo saber Página/12, los principales bancos de la plaza financiera son renuentes a abaratar al 7 por ciento anual los costos de la deuda de las provincias, tal como les prometió Cavallo a los gobernadores. En cambio, las entidades financieras no pondrán reparos y canjearán los títulos públicos que tienen en sus carteras por préstamos garantizados por la recaudación. En este caso, en la city creen que la operación oscilará entre 30 y 35 mil millones de dólares. Frente a la incertidumbre que rodea la reestructuración de la deuda y la especulación de los inversores de que, finalmente, al ministro no le quedará otra alternativa que declarar la cesación de pagos, el riesgo país rozó los 3000 puntos. Cerró en el record de 2964, aunque a media tarde había tocado los 2991 puntos.
A pesar de que el Ministerio de Economía mandó a imprimir un bloc con las principales características del canje de la deuda de las provincias, lo cierto es que todavía no hay acuerdo para que los bancos reestructuren los pasivos de los distritos del interior. En la actualidad, los préstamos bancarios a las provincias alcanzan a unos 9800 millones de dólares y la tasa de interés promedio trepa al 24 por ciento anual. Cavallo quiere que ese costo caída a un máximo del 7 por ciento, y así lo dio a conocer ayer durante el lanzamiento oficial de la operación. Pero las entidades financieras proponen atar el costo del financiamiento al rendimiento de los depósitos. Es decir, a lo que les cuesta obtener el dinero que luego prestan a las provincias. Como referencia, los banqueros apuntan que la tasa de interés pasiva promedio de los depósitos en dólares se encuentra en el 16 por ciento anual. Todavía hay tiempo para negociar: la recepción de ofertas cierra el viernes 30.
El cortocircuito entre los principales bancos con Cavallo en torno a la reestructuración de la deuda de las provincias pone en una situación crítica el último acuerdo rubricado entre los gobernadores y el Ejecutivo: los mandatarios aceptaron una quita del 13 por ciento en la masa de dinero de la coparticipación impositiva a cambio de un abaratamiento de sus deudas. Pero el ministro no está dispuesto a dejar caer los acuerdos. Una alta fuente del Palacio de Hacienda dijo a Página/12 que el ministro “sugerirá” a Roque Maccarone, presidente del Banco Central, imponer castigos a los bancos que se resistan al canje con las provincias. Concretamente, el BC le impondría mayores requisitos, de manera de generarles fuertes costos económicos, a las entidades financieras que rechacen el plan. Algo parecido a lo insinuado con el canje de títulos públicos: a los bancos que no se plieguen, el Central los obligará a computar los “viejos” bonos a valor de mercado, lo que produciría un fuerte impacto negativo en sus balances ya que esos títulos tienen precios de liquidación.
La primera pelea de Cavallo con los banqueros ocurrió hace un par de semanas, al momento de anunciarse el tramo local del canje. La puja se acalló recién cuando el ministro accedió a tomar medidas favorables a los bancos, como el hecho de que las utilidades contables que dejaría el trueque estaría exento del impuesto a las Ganancias. La nueva pulseada volvió a enojar a los banqueros. De hecho, a excepción de Emilio Cárdenas, ningún peso pesado se hizo presente ayer en el auditorio del Banco Nación.
En su discurso, el ministro dio detalles de los beneficios que dejaría el canje local. Y desmintió que haya desventajas para los inversores del exterior. Según Cavallo, el ahorro por la operación ascenderá a 3700millones de dólares el próximo año. Que se elevaría a 5000 millones en caso de que también sea exitoso el trueque con las provincias. “Cualquier acreedor sabe que un interés del 7 por ciento en un país que crece puede ser pagado. En cambio, intereses del 12, 15 o del 20 por ciento son un camino a la ruina. Un camino en el que todos pierden: acreedores y deudores”, intentó convencer el titular de Hacienda. Si todo sale bien, en el 2002 la Nación erogará 7000 millones en intereses de la deuda, contra 10.687 millones abonados este año.
La “Fase 1” del canje, en donde se presentarán las AFJP, los bancos y las compañías de seguro, finalizará el próximo viernes. Los minoristas tendrán una semana adicional. Según se estableció, ellos también recibirán un préstamo garantizado al 7 por ciento, y que podrán transferir mediante una escritura de compraventa. “Esperamos una amplia participación”, señaló Cavallo. En varias consultoras de la city estiman que la operación alcanzará a entre 30 y 35.000 millones, prácticamente la totalidad de los bonos elegibles que están en poder de bancos, AFJP y aseguradoras. Los fondos comunes quedarían exceptuados de la operación.

Riesgo al filo de los 3000
Como consecuencia de una caída promedio del 4,5 por ciento en los títulos públicos, el riesgo país cerró en el nuevo record de 2964 puntos; 200 por encima del cierre del viernes. Por su parte, las acciones retrocedieron 1,2 por ciento. Los depósitos, en tanto, volvieron a caer. El jueves (último dato disponible), las colocaciones totales cayeron en 24 millones, mientras que los plazos fijos perdieron 86 millones. En el caso de los plazos fijos de empresas y particulares, la huida fue menor: 55 millones. El directivo de un banco líder adelantó que ayer fue muy fuerte la fuga de depósitos. A condición de no revelar su nombre, el banquero señaló a este diario que “los ahorristas prefirieron sacar el dinero a pesar de que se les ofrecía una tasa del 20 por ciento anual”. La misma fuente relató que ayer fue un día muy complicado en el terreno financiero. Hubo bancos que cortaron las operaciones con descubierto, aun cuando se tratara de grandes empresas. “La cadena de pagos está totalmente quebrada”, señaló el ejecutivo a Página/12. En este contexto, la tasa interbancaria se situó en el 50 por ciento anual, un nivel similar al mostrado la semana pasada.
Sin garantías internacionales para llevar a cabo el canje global, los financistas creen que la Argentina se declarará en default. Y que el escenario más probable incluye una quita de capital de los títulos de entre 30 y 40 por ciento. La caída en picada de los bonos se da en el marco de esa especulación. El Global 2008, el bono más importante, cayó 4,4 por ciento, a 33,5 dólares.

 

 

PRINCIPAL