Por
Santiago Rodríguez
El
jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra, ya tiene decididos
los cambios que hará en su gabinete. Uno era obligado: el de Aldo
Neri, cuya próxima partida hacia la Cámara de Diputados
deja vacante la Secretaría de Salud al frente de la cual asumirá
ahora Alfredo Stern, un médico radical sin ningún lazo en
la interna de ese partido. El otro era cantado: el de Daniel Figueroa,
quien será reemplazado en la Secretaría de Promoción
Social por la alfonsinista Gabriela González Gass con el objetivo
de darle mayor impulso a esa área. En la cuerda floja quedó
Facundo Suárez Lastra, quien por el momento seguirá a cargo
de la Secretaría de Justicia y Seguridad, aunque nadie se atreve
a pronosticar hasta cuándo.
Las modificaciones en el gabinete porteño serán anunciadas
formalmente antes del fin de semana, aunque en el gobierno de la ciudad
dejaron trascender ayer en qué consisten. Ibarra resolvió
hacer públicas sus intenciones que incluyen también
algunos retoques a subsecretarías y direcciones para evitar
el desgaste que las situaciones de incertidumbre implican para toda gestión,
al comprobar que las versiones sobre los cambios en su elenco de colaboradores.
A diferencia de la reestructuración que hizo a fines de mayo pasado,
cuando incorporó a Neri a su staff, Ibarra no consiguió
mantener sus planes en reserva. En su contra jugó que el Secretario
de Salud estaba obligado a dejar ese cargo para ocupar la banca de Diputados
para la cual fue elegido el 14 de octubre y era un secreto a voces que
el jefe de gobierno aprovecharía la ocasión para introducir
alguna otra modificación en su equipo.
En lugar de Neri jurará Stern, un radical de Ibarra
según lo definen en el propio radicalismo. Es que Stern no responde
orgánicamente a ninguna línea interna de la UCR y su elección
para la Secretaría de Salud corrió por cuenta del propio
jefe de gobierno por consejo de los frepasistas de esa área. El
reemplazante de Neri es un especialista en administración de sistemas
de salud y entre sus antecedentes de gestión figura haber sido
secretario de Salud de Vicente López junto al intendente Enrique
Japonés García y director del Hospital Belgrano
del partido de San Martín.
El de Figueroa es un nombre siempre sonó como pasible de ser relevado
del gabinete porteño a partir del desgaste de sus cinco años
en de Promoción Social, donde se desempeñó como subsecretario
antes de asumir la conducción del área. La intención
de Ibarra es encarar una reformulación de los programas sociales
con énfasis en tres ejes: las políticas alimentarias, la
emergencia habitacional y la asistencia directa a través de subsidios
para los más carenciados.
En ese esquema entra González Gass, quien en su paso como secretaria
de gobierno de la ciudad hacia fines de los 80 ya tuvo a su cargo el área
social. En el gobierno porteño consideran que cuenta con el conocimiento
y la capacidad de gestión como para darle un mayor impulso a la
Secretaría de Promoción Social.
Los cambios apuntan a eficientizar la administración y mejorar
el gasto público, destacaron en el entorno de Ibarra, aunque
en el plano político también puede hacerse una lectura:
el frepasista decidió fortalecer los lazos con el radicalismo aliancista
con el cual mantiene la coalición en la ciudad y se presentó
a las últimas elecciones. La reestructuración en los estamentos
más bajos de la gestión, que acompañarán las
modificaciones de la primera línea, también reflejarán
la distancia que políticamente separa hoy al Frepaso del delarruismo.
Por ese mismo motivo es también que nadie arriesga cuánto
durará Suárez Lastra en su cargo. El punto es que el secretario
de Justicia no sólo se puso la camiseta delarruista en la última
interna radical, sino que últimamente mantiene una posición
muy cercana al gobierno nacional y de ahí las intención
que hubo de reemplazarlo por Ricardo Gil Lavedra.
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