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PELIGRA LA PLAZA DE LA MEMORIA POR LA EMBAJADA DE ISRAEL
Hasta el recuerdo en riesgo

La quiebra del Banco Mayo, que le había prestado 300 mil dólares al Proyecto Hatikva para que realizara un memorial en el predio de la Embajada de Israel, podría derivar en el remate de la plaza.

Por Raúl Kollmann

La Plaza de la Memoria, ubicada en el predio donde se encontraba la Embajada de Israel y dedicada a la memoria de las víctimas del atentado contra esa delegación diplomática, está en el centro de una polémica y escándalo. El predio fue adquirido por el Proyecto Hatikva, que encabezaba el arquitecto León Wasserman, por algo más de dos millones de pesos, de los que quedaron como deuda 300.000. Esa suma fue prestada originalmente por el Banco Mayo, que a raíz de la quiebra fue absorbido por el Citibank. Lo cierto es que ahora el banco reclama el dinero, Wasserman insiste en que hubo un compromiso de donación, el banco lo declaró insolvente y, aunque parece improbable, todo podría derivar en la liquidación y remate de la Plaza de la Memoria.
El entuerto se inició cuando la Embajada de Israel decidió vender el predio de Posadas y Suipacha, donde se levantaba la casona que atacaron los terroristas el 17 de marzo de 1992. En ese terreno se iba a construir un apart-hotel, pero por iniciativa de Wasserman y otros empresarios argentinos y norteamericanos, hubo una recolección de dinero para que se preservara el lugar, construyéndose una plaza en homenaje a las víctimas.
La operación se hizo a través de dos préstamos: El primero, el más grande, de un millón quinientos mil pesos, otorgado por el Republic Bank, que después se constituyó en HSBC. Ese crédito terminó de liquidarse hace un año.
El conflicto surgió con el crédito más chico, de 300.000 pesos. Esa suma fue prestada por el Banco Mayo en época de Rubén Beraja, pero como se sabe la entidad fue liquidada por el Banco Central a raíz de un controvertido proceso en el que Beraja acusó al titular del Central, Pedro Pou, de haberse manejado con criterios antisemitas, mientras que Pou apuntó a Beraja por malos manejos en la administración del banco. Lo cierto es que el crédito de la Plaza de la Memoria, junto con otras deudas de decenas de instituciones judías que solía apoyar el Mayo, pasaron al rubro de incobrables. Existe un fax del propio Citibank, del 16 de febrero de 2000, donde se menciona que “existe una propuesta de cancelar las deudas”, es decir perdonar los créditos sociales y comunitarios, algo que –según Wasserman– estaba conversado cuando el Mayo pasó al Citi. Todo eso no se concretó y, ahora, la persona que había puesto la firma, el propio Wasserman, fue ubicado como crediticiamente “irrecuperable”.
Antes de llegarse a esta situación, la Plaza de la Memoria ya había sido donada a la Ciudad de Buenos Aires, algo que se hizo en un acto en el que estuvieron presentes distintas autoridades y por supuesto también el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra. El problema es que una acción legal contra Wasserman podría cuestionar jurídicamente la donación, por cuanto el crédito fue para comprar el terreno, que dicho sea de paso significó una inversión total mucho más alta: dos millones y medio de pesos.
En resumen, que las idas y vueltas económicas, el traspaso de los créditos de un banco al otro, la promesa de una donación que quedó en veremos y seguramente la crisis general afectan ahora a una plaza en la que figuran, uno por uno, los nombres de quienes murieron en el atentado contra la Embajada de Israel.

 

 

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