Usualmente
un corresponsal es una persona que entrevista a otras personas para una
institución, por ejemplo, un diario. Resulta raro, entonces, que
el diario decida entrevistar a su corresponsal, quien por otra parte no
entrevistó a nadie. Tampoco hizo falta. Eduardo Febbro, el corresponsal
de Página/12 en Pakistán, estaba en un convoy detrás
del que fue emboscado ayer y que terminó con la muerte de cuatro
periodistas. Febbro y sus compañeros también fueron atacados,
pero pueden contar la historia. Y aquí lo hace.
Contanos cómo fue todo.
Mi caravana salió más tarde que la caravana de los
cuatro periodistas y el traductor. Desde hace tres días se viene
produciendo una cantidad de robos y de amenazas de ese tipo, pero nunca
llegó a este extremo. Lo que llamó la atención fue
de qué manera imprevista apareció una cantidad de gente
con armas y en la caravana camino a Kabul, nos hicieron parar y nos robaron
las pertenencias. Bajaron a los occidentales y dejaron a los conductores
y a los traductores. Ahí en las montañas nos sacaron todo:
las cámaras fotográficas, las computadoras. Todas nuestras
pertenencias que tuvieran valor. Eso en medio de una situación
bastante violenta de amenazas y golpes, a pesar de que nosotros no ofrecimos
ninguna resistencia. Y en momentos sentí que esa era la última
vez. Resulta inexplicable lo que pasó, pese a que hubo amenazas
de muerte y algunos golpes. A pesar de esto no parecía haber un
grado tal de violencia que condujera a matar a cuatro personas. Todo pasó
exactamente en el mismo lugar y seguramente a sólo cien o doscientos
metros de donde ocurrieron los hechos.
¿Tenías relación personal con alguno de los
cuatro colegas que murieron?
Conocía a Julio Fuentes (el periodista español) por
haber cubierto dos veces los hechos en la sede de la ONU en Ginebra, en
la época de la Guerra del Golfo.
¿Cuán peligrosa es la zona?
Los periodistas dejaron la vida en el camino de Jalalabad y Kabul,
un camino que hoy es prácticamente imposible transitar, no sólo
por lo que pasó sino por las enormes dificultades que pone la policía
paquistaní para que podamos dejar el territorio paquistaní
para ir a Afganistán. Se trata de un camino maldito: desde hace
cuatro días se producen incidentes constantemente.
¿Ustedes estaban advertidos de que esa zona era tierra de
nadie?
Estando nosotros allá, era muy común que se dijera
que uno de los problemas principales eran los asaltos de tropas irregulares,
de ladrones comunes organizados en la frontera. Pero esto fue eso o fue
un ataque de tropas específicamente.
¿Creés que se trató simplemente de ladrones,
o que se tratan de algunos grupos políticos, etnias o tribus?
Fue una cosa combinada entre una asociación entre política
y mafia. Es obvio que ahí o se es talibán o se es antitalibán,
por lo que no hay muchas posibilidades de que no sea uno u otro. Sabemos
que son tropas que habían pertenecido al ejército de los
talibanes y que hoy están ahí como la gente en Argentina
que quedó armada después de que cayera la dictadura. Este
es hoy el problema que hay en Afganistán. Es la tercera vez que
ocurre un incidente tan grave de un punto de vista mortal, pero son talibanes.
Un
regreso fatal
Azizullah
Haidari, uno de los cuatro periodistas que murieron ayer tras una
emboscada en la carretera que conecta a Jalalabad con Kabul en Afganistán,
es un afgano de 33 años que pasó la mitad de su vida
como refugiado en Pakistán. Haidari comenzó a trabajar
para Reuters en Pakistán monitoreando la radio afgana en agosto
de 1992 y luego se convirtió en un fotógrafo de la agencia.
Su viaje a Kabul lo habría llevado de vuelta a su ciudad natal
por primera vez desde 1983. Haidari emigró a Pakistán
en la década de 1980 como uno más entre más de
tres millones de afganos que escaparon de la ocupación soviética
de su país. Se convirtió en profesor para ganarse la
vida y apoyar a sus padres en Islamabad, y se casó con una
paquistaní, con la que tiene un hijo y una hija. Entró
a Reuters meses después de que facciones de la guerrilla mujaidín
tomaran el poder tras el colapso del gobierno respaldado por los soviéticos,
que preanunció el comienzo de una cruenta guerra civil. Luego
de la retirada de los talibanes de Kabul la semana pasada, Haidari,
nacido el 20 de agosto de 1968 en Kabul, expresó su deseo de
regresar a su tierra natal en la que no había estado por años. |
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