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�Que hagan un esfuercito para retenerlo a Bianchi�

La partida de Boca hacia Japón tuvo como signo ese pedido de los jugadores para los dirigentes. �Si los dirigentes aprovechan este viaje, tal vez Bianchi continúe con el plantel� opinó Traverso.

“En lugar de ir a Japón a pasear y a comprar electrónica, tendrían que aprovechar el viaje para reunirse con Carlos Bianchi y tratar de hacer un esfuercito para retenerlo”. El pedido de Cristian Traverso, horas antes de emprender el viaje a Tokio, suena a clamor dentro del plantel de Boca. “Los méritos de Bianchi están a la vista y nosotros estamos muy cómodos con él. Si los dirigentes aprovechan este viaje, no para convencerlo sino para aclararle algunos puntos, tal vez Bianchi continúe en Boca”, sostuvo el volante, uno de los 21 que el entrenador designó para viajar a Japón a disputar la final de la Copa Intercontinental. El plantel partió, de acuerdo con lo previsto, ayer a las 18 rumbo a Tokio, un vuelo de 36 horas con escalas en San Pablo y Frankfurt. Arribará Japón recién a las 0:50 de mañana miércoles (hora argentina).
“Durante la semana, por lo general, por sus ocupaciones particulares no pueden estar con el plantel como van a hacer ahora, en este viaje -insistió Traverso en declaraciones al programa “Siga, siga”, de Radio Nacional, poco antes del viaje–. Entonces, sería bueno que se acercaran a Bianchi y al plantel, para saber cómo nos manejamos, cómo pensamos, cuáles son nuestros códigos”, explicó. “Es un viaje que a los dirigentes les debe servir para arreglar esto, para estar en contacto con el plantel y no sólo para pasear y comprar electrónica” agregó.
Los jugadores mostraron ayer su confianza antes de la partida. “El Bayern Munich debe ser tan difícil como lo fue la vez anterior el Real Madrid, pero puede ser más complicado porque a Boca ya lo conocen más”, señaló Mauricio Serna. Walter Gaitán, uno de los que puede ser titular el martes, aseguró que el plantel se fue “fortalecido por el triunfo ante Nueva Chicago y por los triunfos anteriores, por el repunte que tuvo el equipo”, a la vez que prometió a los hinchas hacer “todo lo posible para llegar a un buen resultado”.
Traverso pidió que “no se hable tanto del Bayern Munich, que no va a jugar solo. Sería bueno que hablen menos de los alemanes y mucho más de Boca”, mientras que el juvenil Ariel Carreño afirmó sentirse “viviendo un sueño” y atribuyó su inclusión en la delegación “más que nada a la confianza que me dan el técnico y el grupo, porque mi nivel no habrá aumentado de acá a seis meses atrás”.
Bianchi designó 21 jugadores para la excursión a Japón: Córdoba, Abbondancieri, Martínez, Calvo, Burdisso, Schiavi, Barbosa, Rodríguez, Traverso, Serna, Marchant, Villarreal, Pinto, Gaitán, Pérez, Riquelme, Barros Schelotto, Delgado, Barijho, Carreño y Giménez. La ausencia más llamativa en este listado es la del japonés Naohiro Takahara, lo que habría motivado desagrado entre la dirigencia del club, pero el técnico priorizó a los jugadores que participaron de la obtención de la Copa Libertadores, en julio, el pasaporte para esta Intercontinental. eso explica que tampoco Jorginho, que llegó a Boca junto con Takahara después del receso, en agosto. Tampoco viajó el peruano José Petreda, quién no actuará más en el club.
Al frente de la delegación viajó el dirigente Marcelo London, a fines de semana se les unirá el vicepresidente Gregorio Zidar y veinticuatro horas antes del choque con los alemanes llegará el presidente del club, Mauricio Macri, que ayer viajó a Inglaterra. La presencia de Macri podría ayudar a establecer algún nuevo contacto que permita la continuidad de Bianchi al frente del plantel.
El plantel se reunió en Casa Amarilla a las 14, para partir desde allí en micro hacia Ezeiza. Dos anécdotas: Oscar Córdoba llegaba tarde a la cita, lo que motivó la preocupación de Bianchi y retrasó algunos minutos la partida hacia el aeropuerto. El técnico lo hizo llamar por el celular de Serna para saber las causas del retraso. El arquero llegó a las 15 y a esa hora el micro comenzó a moverse, sin que hubiera ascendido todavía Juan Román Riquelme, quien entonces se despidió apresuradamente de quienes conversaban con él y subió a la unidad en medio de las risas y exclamaciones de sus compañeros.

 

 

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