Por
Fabián Lebenglik
Desde Córdoba
Según
escribió Gilles Deleuze, en la cúspide de todo credo o causa
siempre está el retrato del líder, de aquel a quien se venera
o rinde culto por diferentes motivos. Ese retrato se afirma en ciertas
coordenadas: se trata de la imagen de un rostro en tres cuartos perfil,
colocado en un lugar elevado, cuya mirada se pierde, más allá
de las contingencias actuales, en el horizonte de sus ideales,
en un futuro de promisorias realizaciones.
Esas características,
con alguna otra particularidad, como la boina con la estrella, definen
la célebre fotogafía del Che Guevara que, desde 1960, recorrió
el mundo como estandarte revolucionarioa, más tarde como consigna
laica y de a poco, una vez que la industria la adoptó como estampa
pop de los más variados artículos masivos y como tatuaje
corporal, fue perdiendo efervescencia política y revolucionaria
para diluirse en una imagen de difusa rebeldía: desde hace décadas
esa foto integra el selecto puñado de postales mundiales del siglo
XX. En la batalla por los sentidos, contra la foto rembrandtiana del Che
muerto en Bolivia, que dieron a conocer sus asesinos en 1967, la foto
de Che con boina se convirtió en la imagen del Che vivo.
Los historiadores de la fotografía colocan esa toma entre los mejores
retratos de la historia: en las encuestas a grandes fotógrafos,
la del Che está considerada entre las 100 mejores fotografías
de todos los tiempos y si se habla de retratos, es uno de los 10 más
admirados.
Las obras, se sabe, superan a sus autores. En este caso fue Korda, seudónimo
de Alberto Díaz Gutiérrez, el cronista fotográfico
de la Revolución Cubana, que no fue un fotógrafo excepcional,
ni lo pretendió.
Hasta el próximo sábado, 25 de noviembre, se presenta en
las salas del Cabildo Histórico de esta ciudad, la muestra Diario
de una Revolución, organizada por la Municipalidad de Córdoba
y la galería María José Granillo. Se trata de un
conjunto de 120 fotografías de Alberto Korda, curada por el especialista
cubano Fernándo González, de la Fototeca de Cuba.
Alberto Díaz Gutiérrez nació en La Habana en 1928
y murió en París hace seis meses, mientras acompañaba
una exposición de su obra. Inició su carrera de fotógrafo
en 1956, fundando junto a Luis Pierce los Estudios Korda. Después
de trabajar como fotógrafo de modas se inclina por el fotoperiodismo
y en 1959 se dedica centralmente a documentar los aspectos visibles del
proceso revolucionario de la isla, para convertirse en uno de los principales
cronistas gráficos de aquella revolución triunfante. Más
allá de la calidad de sus fotos, no cabe duda de que fue el hombre
adecuado en el momento justo: luego de registrar la agitación de
aquellos días entre la épica y la cotidadianidad
acompañó la vida política y social de Fidel Castro
hasta 1969.
Korda hace un relato absolutamente sincero de cómo tomó
esa foto y la suerte que siguió: La del Che explicaba
es una expresión de un momento muy dramático. El 5 de marzo
de 1960 los norteamericanos hundieron el barco La Coubre, en el Puerto
de La Habana. Hubo 136 muertos. De pronto él se asoma al borde
de la tribuna y mira aquella multitud que cubría toda la calle.
La gente tiraba flores desde los balcones a los féretros. La fotografía
fue tomada con rapidez ya que el Che estuvo un minuto o minuto y medio
asomado en la tribuna donde Fidel Castro pronunciaba su discurso. Ya era
tarde y la luz estaba declinando... Ocurre un fenómeno extraño:
en el momento no se le dio mayor importancia, pero siete años más
tarde, cuando la muerte del héroe convertido en mártir en
Bolivia, la imagen alcanza otra dimensión, la de una nueva mística:
icono-imagen sagrada, objeto de culto y devoción en los lugares
más increíbles de la Tierra.Parece que los seres humanos
que lo admiran consideran en esa mirada todo el carácter que había
en él, su vida interior... No ha sido culpa mía, ha sido
el mundo quien la ha escogido.
La muestra del Cabildo funciona como un registro de los primeros años
de la Revolución y como un diario de la actividad de sus líderes.
Desde la épica, la agitación y las movilizaciones populares,
hasta la curiosidad depotiva: Fidel Castro y el Che jugando al golf, en
ropa de fajina, retratados en poses de golfistas inexpertos, en un contexto
absolutamente rico para el análisis semiótico. En esta misma
línea distendida se ve a ambos pescando en un barco o asistiendo
a partidos de béisbol. Incluso se retrata un encuentro entre el
líder revolucionario y un tigre enjaulado en el zoológico
de Nueva York. También está la infantable secuencia de Castro
reunido con Hemingway.
Tampoco falta, por supuesto, la faceta central de Fidel y el Che como
protagonistas y custodios del proceso polítco. En esa serie se
pueden ver fotos de Castro reunido con Nikita Jruschev o con Sartre y
Simone de Beauvoir. (En las salas del Cabildo Histórico de Córdoba,
hasta el 25 de noviembre.)
AUTOTEXTO
DE UN MAESTRO
La
línea y la sombra
Por
Carlos Gorriarena
Alguna vez leí que el dibujo estilístico es un instante
en la ejecución de algo. Contemplo el dibujo de un célebre
pintor y me convenzo de que los grandes dibujantes son enormes pintores...
Sin embargo, la pintura no es la obra de un instante. En ella participa
una vasta complejidad de elementos ¿Qué le ocurre al pintor
cuando dibuja y se resta a sí mismo partes importantes de lo que
podemos denominar su artillería expresiva y se encuentra
con solo un simple lápiz, un plumín o la caña de
bambú o tacuara? Ante tantas carencias debe sacarle un partido
máximo a esos materiales, porque por supuesto su visión
del mundo no se ha achicado.
El blanco papel es como un fantasma que avala todos los deseos. Estos
deseos, la mayoría de las veces, son descubiertos por el correr
de la mano. Este recorrer de la mano, alguna vez atrapa el fantasma y
lo convierte en algo. Interrumpo la línea y la recupero en otro
sitio... la vulgaridad académica dirá que hemos establecido
un pasaje. Sin embargo no es cierto, hemos otorgado al papel una categoría
de no papel, que poco tiene que ver con un pasaje. Cuando el pintor parte
de una forma preestablecida, el asunto es no quedar atrapado en la cárcel
de la forma, y cuando parte de la mancha de color o de la materia debe
encontrarse con la forma. Esto poco tiene que ver con el dibujo. La línea,
gruesa o fina, redonda o recta, es la que siempre lidera el posible descubrimiento
de lo que no conocemos.
Si es cierto que cuando se descubrió la sombra nació la
pintura, podemos decir que el día que se inventó la línea
nació el dibujo. De cualquier modo, los pintores que no creemos
demasiado en nada y aún menos en la pureza, generalmente arribamos
al dibujo pictórico (ese atractivo contrapunto de dibujo-pintura).
(Dibujos de Gorriarena; Galería Sylvia Vesco, San Martín
522, 1º 4, hasta el 10 de diciembre).
Trama
de artistas
El
programa de cooperación internacional entre artistas Trama
cierra su Taller de Investigación sobre las prácticas
artísticas y su proyección social con un ciclo de
debates en el Goethe-Institut (Corrientes 319), del martes 20 al
sábado 24 de noviembre, con entrada gratuita. Las presentaciones
y ponencias se harán del martes al viernes, de 13 a 21 y
el sábado de 18 a 21. Habrá destacados artistas y
teóricos de la escena local e internacional. El ciclo apunta
a debatir sobre los modos de circulación de obra en el arte
actual, y a analizar estrategias de construcción de sentido
en relación con la proyección social en cada contexto
particular.
Artes
de mezcla
Desde
pasado mañana a las 19 hasta el 28 de noviembre, en el Complejo
Cultural Pasaje Dardo Rocha (en 50 entre 6 y 7), tendrá lugar
el Primer Encuentro de lenguajes múltiples y artes integradas
en la ciudad de La Plata. Las actividades se desarrollarán
en la nave Central, el cine Select y la Sala A: performances, danza,
poesía, videos, conferencias virtuales e instalaciones. El
encuentro será coordinado por Ernesto Heutrley, con idea
y programación Héctor Fiore.
Homenaje
a DAmico
El
jueves 22, a las 21, se realizará un homenaje a la destacada
fotógrafa argentina Alicia DAmico, recientemente fallecida.
Dicho homenaje organizado por la Escuela Argentina de Fotografía
se realizará en ocasión de la Feria de Arte Proarte
en Costa Salguero, Pabellón 6, Salón Auditorio. Se
proyectará un video con la fotógrafa.
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