Por Claudio Zlotnik
El riesgo país batió
ayer un nuevo record, superando la barrera de los 3000 puntos. Exactamente,
cerró en los 3075. Y la Argentina se confirmó como líder
de ese desesperanzador ranking, relegando a Nigeria a 1337 puntos de distancia.
La nueva trepada del riesgo país, esta vez de 109 puntos, no hace
más que reflejar la creciente tensión financiera y la gravedad
de la crisis. En ese contexto, las acciones perdieron 6,1 por ciento y
la tasa de interés interbancaria trepó al 55 por ciento
anual. El viernes último dato disponible, los depósitos
cayeron en 299 millones. ¿Hasta cuánto subirá el
riesgo país? Tomando en cuenta la experiencia de Rusia y Ecuador,
países que se declararon en default abierto, el índice tendría
su techo en los 4500 puntos. Pero aun en el peor escenario, con los títulos
cayendo a una décima parte de su valor nominal, el riesgo país
llegaría a los 5000 puntos. Ese es el límite del horror.
Página/12 hizo el ejercicio de simulación para saber cuál
es sería el máximo de riesgo país, con la colaboración
de analistas de uno de los bancos de inversión más importante
del mundo. Los títulos de la deuda argentina tienen precios de
liquidación. Los que surgieron del último megacanje, que
son los más importantes, cotizan en 30 dólares. La evolución
de estos bonos explican el 70 por ciento de los movimientos del EMBI+,
que es el índice de riesgo país. Los bonos Brady, en cambio,
cotizan entre 45 y 52 dólares debido a que éstos tiene como
garantía bonos del Tesoro estadounidense, y su incidencia en la
elaboración del índice de riesgo país es marginal.
De ese simulacro surgió que si los principales bonos caen a un
promedio de 20 dólares, el riesgo país treparía a
4000 puntos. Si, en cambio, el promedio se desplomara a 14,8 dólares,
el indicador saltaría a 4500 puntos. Para llegar a un riesgo de
5000 puntos se requeriría una desvalorización de los títulos
de hasta 9,6 dólares por cada 100. Una circunstancia que no se
vivió ni en Ecuador ni en Rusia, dos países que se declararon
en quiebra en los últimos tres años.
Cuando Rusia se declaró en cesación de pagos, en agosto
del 98, sus bonos emitidos en los mercados internacionales (Globales)
cayeron a un rango de entre 17 y 25 dólares. Pero los títulos
lanzados exclusivamente para los inversores locales los GKO fueron
los primeros que el gobierno ruso declaró en default se derrumbaron
hasta un rango de 6 a 10 dólares sobre un valor facial de 100.
Estos precios se mantuvieron durante un semestre, y recién empezaron
a recuperarse cuando avanzó la negociación con los acreedores.
El máximo de riesgo país en Rusia llegó a 6890 puntos.
En Ecuador, el desenlace de la crisis no fue sorpresivo y, al igual de
lo que viene ocurriendo en la Argentina, los inversores tuvieron tiempo
para desprenderse de los títulos de la deuda. Los primeros bonos
que Ecuador dejó de honrar fueron los Brady (Par y Discount), cuyos
valores cayeron a 30 dólares. Otro título de importancia,
el llamado PDI, se desplomó a 17 dólares. En ese momento,
el riesgo de Ecuador saltó a 4712 puntos. En un escenario parecido
al que se dio en Rusia o Ecuador, a los bonos argentinos todavía
les faltaría caer entre 5 y 12 dólares más antes
de que el Gobierno se declarase en bancarrota. En ese caso, el riesgo
país se situaría entre 3500 y 4200 puntos.
Más allá de las cifras, el hecho de que los activos se desbarranquen
obedecen a que los financistas no creen que la actual estrategia de Domingo
Cavallo vaya a tener éxito. Para los inversores, la declaración
abierta de default es sólo una cuestión de tiempo. Y que
la Argentina terminará imponiendo una quita del capital de la deuda,
que entre los financistas estiman entre 30 y 40 por ciento.
El indicador más relevante de la crisis lo da el nivel de depósitos.
El viernes pasado, las colocaciones cayeron en 299 millones. Aunque si
sólo se toman en cuenta a los depósitos del sector privado,
la pérdida fue algo menor: 250 millones. En los últimos
treinta días hubo una fuga de 3206millones. Banqueros consultados
por este diario admitieron que la huida de también fue importante
el lunes y ayer. No alcanzó con que las entidades tentaran a los
grandes clientes con tasas de interés superiores al 50 por ciento
para los depósitos en pesos. Frente a este panorama, las acciones
que más bajaron fueron las de los bancos. Los papeles del BBVA
Francés perdieron 8 por ciento y las del Grupo Financiero Galicia,
el 9,7. Desde el Palacio de Hacienda intentaron transmitir un mensaje
de calma a los inversores. Tras calificar que la huida de capitales está
acotada, Guillermo Mondino, designado secretario de Política
Económica, afirmó que la salida de depósitos es
algo que no nos desvela. Y sobre el deterioro de los activos financieros
explicó: Mientras esté abierto el proceso de canje
habrá muchísima volatilidad, concluyó.
Precisamente, en la city creen que la mayoría de los bancos, AFJP
y compañías de seguro aceptarán el convite al canje.
Los inversores locales cuentan con títulos por unos 35.000 millones
de dólares. Sin embargo, la percepción de la mayoría
de los financistas es que, sin garantías adicionales, Cavallo fracasaría
en el canje internacional. Que no le quedará otra alternativa,
entonces, que el default. Y que el riesgo país seguirá escalando.
En el peor escenario, hasta los 5000 puntos.
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