Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
DINAR LINEAS AEREAS

UNA ENCUESTA REVELA QUE LA GENTE RECHAZA EL FALLO DE LA CORTE
Malos datos para largar la campaña

Un sondeo de la consultora Equis revela que una inmensa mayoría repudia la liberación del ex presidente. Mientras, tras un día hiperactivo, coronado por una marcha triunfal por La Rioja, el ex presidente habló y anunció que intentará volver a la Rosada dentro de dos años.

Por Raúl Kollmann

Tres cuartas partes de los habitantes de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires consideran que fue injusto el fallo de la Corte que dejó en libertad al ex presidente Carlos Menem y, además, una amplia mayoría cree que hubo una especie de pacto de impunidad con el gobierno de Fernando de la Rúa, lo que fue clave para que Menem salga de su encierro en Don Torcuato. El descreimiento en el papel de la Justicia se revela también en que una amplia mayoría piensa que, tras el fallo de la Corte, no habrá más condenas para otros acusados de corrupción. Por último, esa especie de temor reverencial que existe respecto de Menem también se ve cuando se habla del futuro político del riojano: una mayoría cree que tiene chances de ser candidato presidencial en 2003.
Las conclusiones surgen de una encuesta exclusiva realizada para Página/12 por la consultora Equis, que conduce el sociólogo Artemio López.
El estudio se hizo durante todo el día de ayer, consultándose 400 personas en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. El método usado fue el telefónico, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico social.
Ya el domingo pasado, este diario había anticipado los resultados de otra encuesta nacional en la que se veía claramente que la gente se opone a que Menem quede en libertad y, además, el 85 por ciento tiene mala o muy mala opinión sobre el ex presidente. En rigor, Menem aparecía como el político peor evaluado de todo el arco político.
En el trabajo de Equis se ve otra vez esa tendencia, esta vez agudizada porque la gente vivió la jornada en la que el ex presidente fue liberado por la Corte Suprema, un tribunal que siempre apareció en las encuestas como muy cuestionado. En general, la Justicia en la Argentina se ubica –en las encuestas de opinión– como una de las instituciones en las cuales los ciudadanos menos confían. Los más adversos a Menem son las mujeres y los habitantes del conurbano, tal vez porque allí funciona en forma amplificada el gran choque con Eduardo Duhalde y Carlos Ruckauf.
La percepción de que se tejió un pacto con la Casa Rosada refleja la desconfianza general que existe respecto de los políticos. Está muy instalada la creencia de que se defienden entre sí o que se manejan de acuerdo a conveniencias propias y a internas partidarias.
Durante los últimos años, cada vez que se testeó en la opinión pública la cuestión de las armas se percibió que la mayoría opinaba que había un delito, un negociado, aunque no entendía bien cómo se hizo y en qué consistió exactamente. El ciudadano tuvo una idea general: que hubo unas armas que figuraban en los papeles como destinadas a Venezuela y Panamá, terminaron en dos países en guerra como Ecuador y Croacia, alguien hizo un gigantesco negocio y en el medio estuvieron especialmente el cuñado presidencial, Emir Yoma, y el propio Menem. En base a esa percepción más bien general, la gente ahora considera que el fallo que libera a Menem es injusto.
Llaman mucho la atención las opiniones sobre las posibilidades del riojano de volver a ser candidato a presidente. El 54 por ciento cree que efectivamente Menem tiene chances de postularse en 2003. Esto también ha sido percibido antes por las encuestas: el ciudadano piensa que Menem es muy astuto y que puede conseguir casi todo. Por ejemplo, en tiempos de la re-re-elección, la inmensa mayoría de los ciudadanos estaba en contra, entendía que era totalmente inconstitucional, pero al mismo tiempo, también una mayoría creía que Menem lo iba a conseguir.
En cuanto a la lucha contra la corrupción, es evidente que la libertad de Carlos Menem refuerza la creencia de que en la Argentina no va preso ningún funcionario político que haya delinquido. Eso se ve nuevamente en la encuesta de Equis: 64 por ciento de los consultados dice que despuésdel fallo de la Corte no van a ser condenados otros funcionarios acusados por corrupción. O sea que la sensación de impunidad no sólo se mantiene, sino que aumenta.

 


 

ANTES DE VIAJAR, EL EX PRESIDENTE VISITO A BALZA
Urso y Cardetti, en la agenda

Por Eduardo Tagliaferro

Carlos Menem se tomó su tiempo para abandonar la quinta de Don Torcuato. No salió corriendo con su “bagayo” luego de que se le notificara su libertad. Precisamente fue en la quinta de su amigo Armando Gostanian donde brindó con sus incondicionales. Los festejos no le impidieron despertarse temprano y, antes de partir hacia La Rioja, donde lo esperaba la “espontánea” movilización organizada por la gobernación provincial, acercarse a la tumba de su hijo Carlitos primero y posteriormente visitar a dos ex funcionarios suyos que por el momento continúan detenidos en la causa por la venta ilegal de armas: el general Martín Balza y el ex ministro de Defensa Antonio Erman González. Todo seguido atentamente por una nube de cámaras televisivas y móviles radiales.
El flamante Renault Laguna azul con vidrios polarizados que forma parte de la flota que lo acompaña en sus desplazamientos partió a las ocho de la mañana de Don Torcuato. Iba acompañado por el chofer y su médico personal, Alejandro Tfeli. En el cementerio musulmán de San Justo estuvo alrededor de 15 minutos. Frente a la tumba de su hijo, muerto el pasado 15 de noviembre de 1995, unas horas después de que ingresara en el fuero federal la denuncia de Ricardo Monner Sans que dio inicio a las investigaciones por la venta ilegal de armas, Menem depositó un pequeño ramo de flores blancas y rezó en silencio. Durante los más de cinco meses en los que estuvo detenido, no había visitado la tumba de su hijo en ninguna ocasión, a pesar de contar con un permiso especial para hacerlo.
El Renault Laguna lo trasladó luego a Campo de Mayo, donde se encuentra detenido Balza, uno de sus más incondicionales soldados. La mayor parte de la reunión fue en privado. Días antes de que se conociera el fallo del supremo tribunal que liberó a Menem, a Emir, y que dinamitó la causa judicial, que los tenía detenidos, Balza había formulado críticas declaraciones contra los ministros que habían firmado los decretos que ampararon la maniobra. Cada vez que algún funcionario se consideró amenazado en convertirse en el techo de las investigaciones, se sucedieron una serie de rencillas y declaraciones mediáticas.
“Hablaron sobre algunas anormalidades que vieron en la causa y sobre el cuadro de sus amores: River Plate”, comentó a este diario el abogado militar Marcelo Lozano, uno de los acompañantes de Balza durante los últimos diez años.
Cuando llegó al casino de oficiales, junto a Balza estaban Lozano y Pablo, uno de los hijos del general. Luego de unos 10 minutos de diálogo informal, en los que Menem y Balza se quejaron de los goles que todos los domingos se pierde el centrofoward riverplatense Martín Cardetti. Ambos continuaron en privado con un diálogo, que según recuerda el propio Lozano, nunca rodea el tuteo. Después de una larga tenida, realizaron una larga despedida. Según comenta Lozano, en esta parte del diálogo ambos se explayaron sobre lo que consideraron “irregularidades” en la investigación de Urso. Balza habría objetado que se le notificó su prisión preventiva antes de tomársele declaración indagatoria y Menem habría protestado por el cambio que tuvo su régimen de visitas. River volvió a ser el centro de la charla. En esta ocasión, las expectativas que ambos fincan en su actual director técnico, el riojano Ramón Díaz.

 

OTRAS VOCES
Julio Nazareno, presidente de la Corte Suprema de Justicia
“El fallo de la Corte ya pasó a la historia. Hicimos una mención genérica para que los magistrados inferiores tengan cuidado con lo que hacen... para que hagan bien las cosas. Yo nunca fui socio de Menem. Entré a trabajar al estudio de Eduardo Menem, cuando Carlos Menem no estaba allí. Jamás trabajé con Carlos Menem. Y si no que me recusen”.
Graciela Ocaña, diputada del ARI
“El fallo de la Corte demuestra la existencia de un pacto de impunidad entre sectores del Gobierno y el menemismo. En los próximos días se verá cuál es el grado de favores que el pacto involucra. El presidente Fernando de la Rúa y Menem deben estar tranquilos porque la decisión de la Corte demuestra que la corrupción del poder no puede juzgarse”.
Mohamed Alí Seineldín, ex militar carapintada detenido
“Yo conozco las pruebas que ha habido sobre la asociación ilícita y durante la gestión del ex presidente la entrega fue total a los intereses anglo-americanos. El Pacto de Olivos firmado por Menem y el ex presidente Raúl Alfonsín tuvo como finalidad evitar el acceso de Duhalde a la presidencia. Se realizaron dos maniobras: una política que fue la Alianza, exclusivamente para derrotarlo a Duhalde, y una criminal que fue la muerte de José Luis Cabezas, para tratar de conseguir lo mismo. La causa por el tráfico de armas afecta a Menem y afecta a Cavallo que casi es el presidente de la Nación. Menem salió gracias al esfuerzo, aparte de los Estados Unidos, de Alfonsín, Fernando de la Rúa y de Jorge de la Rúa. Su libertad favorece al Gobierno para frenar a Duhalde, empezar a acelerar la dolarización y la instalación de bases norteamericanas”.
Leopoldo Moreau, senador de la UCR
“Me parece una doble barbaridad. Por un lado, era un fallo anunciado, lo conocían todos los argentinos, lo que demuestra que fue un fallo trabajado políticamente. Segundo, porque si hay algo que es claro, que es indudable, es que Yoma encabezaba una asociación ilícita. El riesgo país en Argentina no sólo tiene raíz económica; también el revoltijo moral y jurídico en que vivimos en los últimos once años contribuye a que el riesgo país esté donde está”.
Humberto Roggero, presidente del bloque de diputados del PJ
“La Corte no es menemista, ésta es la Corte de mi país. Se crean suspicacias que no responden a la realidad. Nadie puede decir que esta Corte Suprema es de tal o cuál tendencia. Este bloque siempre ha mantenido la postura de dejar actuar a la Justicia, pero en su momento planteamos nuestras críticas a la figura de asociación ilícita que consideramos inconveniente. Si alguien cree que los ministros no actuaron correctamente, existen los mecanismos para juzgar las conductas de los jueces o de los fiscales públicos”.

 

Carlos Menem lanzó de local su candidatura para el 2003

Por Martín Piqué
Desde La Rioja

“Vengo a mi tierra a lanzar mi candidatura a presidente de la Nación”, dijo ayer Carlos Menem desde el balcón de la Casa de Gobierno de la provincia, flanqueado por su esposa Cecilia Bolocco y por el gobernador Angel Maza. Eran más de las nueve de la noche, y cuando pronunció esa frase terminó con la intriga en torno de sus próximos pasos. Estaba en campaña, ya no quedaban dudas. Se lanzaba con todo para recuperar la iniciativa. Si alguien esperaba que hiciera un discurso cauto, medido, centrado en lo emotivo, seguramente se llevó un chasco. Menem optó por la confrontación directa: cuestionó al presidente Fernando de la Rúa y atacó con dureza a sus rivales internos.
Sin nombrarlo, se refirió a Eduardo Duhalde cuando responsabilizó por su detención a una “organización siniestra” compuesta por “nuestros adversarios políticos y algunos que se dicen nuestros compañeros”. Y aunque comenzó diciendo que “vengo sin odio y sin rencores”, no se privó de atacar al juez federal Jorge Urso, el mismo que lo acusó de ser el jefe de una asociación ilícita. Denunció a “un grupo de doctorcitos y leguleyos capitalinos que siempre perjudicaron al pueblo del interior”, y entonces se ganó una de las ovaciones de la noche, acompañada por una catarata de insultos dirigidos al magistrado.
En La Rioja la expectativa era muy grande. A pesar del calor y de la siesta, que hacían de la ciudad casi un pueblo fantasma. Se notaba en las paredes –llenas de pintadas que decían “Menem 2003” o que portaban insultos al juez Urso–, en los pasacalles, en los afiches con la leyenda “Vuelve la esperanza” y hasta en la conversación de la gente. Muchos se ilusionaban con que el regreso de Menem solucionaría los problemas económicos de la provincia, que se declaró en cesación de pagos y está pagando los sueldos con bonos Lecop.
Pero la ansiedad tuvo que esperar unas cuantas horas. El avión que traía al ex presidente aterrizó a las 18.46. Y la multitudinaria caravana que lo acompañó desde el aeroparque hasta la Plaza 25 de Mayo, frente a la sede del gobierno provincial, tardó dos horas para recorrer ocho kilómetros.
Cuando unos minutos después de las 21 el ex presidente y flamante hombre libre apareció en el balcón, el gentío que lo esperaba lo recibió cantando: “Te queremos, Carlos, te queremos”.
Habían pasado dos horas desde que volviera a pisar la tierra que dice amar tanto. Había recorrido la Ruta Nacional 38 en medio de un mar de gente, acompañado por motos, autos, camionetas, camiones llenos de manifestantes y jinetes que lo seguían al galope. El cansancio se le notaba en la cara, y en los movimientos lentos, casi estudiados: el mismo abrazo al aire que copió de Karol Wojtila, y el saludo clásico con los dedos en V. Desde el primer piso de la Casa de Gobierno, sobre una gigantesca bandera que mezclaba los colores patrios con los de la enseña riojana, comenzó su primer discurso tras su detención de casi cinco meses y medio:
–Del pueblo de La Rioja aprendí a ser magnánimo. No perseguiré a nadie, mi vida no tiene espejo retrovisor. Voy siempre para adelante –dijo Menem luego de saludar. Aunque intentó disimular su enojo con quienes lo acusaron de ser el jefe de una asociación ilícita, por un instante su fastidio quedó al descubierto:
–He sido objeto de todo tipo de calumnias, injurias y difamaciones. Pero nada es mejor que la indiferencia –aconsejó. La muchedumbre que llenaba la calle San Nicolás de Bari y sólo una parte de la plaza céntrica reaccionó insultando a Urso.
Los pases de factura no terminaron allí. Tanto De la Rúa como Duhalde tuvieron su parte. La mención al primero motivó los primeros chiflidos del acto, cuando Menem le pidió que “deje de hablar de la herencia recibida”. El riojano, que intentó mostrar un perfil más opositor acorde con el tono de campaña, cargó directamente contra el primer mandatario: “¿Hasta cuándo, señor Presidente, le va a mentir al pueblo?”, se preguntó en voz alta, con estilo acusatorio.
Después de las críticas llegó el turno de los agradecimientos, dirigidos a sus sobrinos –Adrián Menem lo acompañaba en el palco–, a sus abogados –aquí hizo una mención especial para Oscar Salvi y Oscar Roger, permitiéndose un chiste sobre los Oscar de Hollywood– y a “los compañeros gobernadores que me llamaron”. La gratitud también alcanzó al vicegobernador salteño, Walter Wayar, quien estuvo con él durante todo el trayecto desde el aeropuerto.
El acto de cierre había sido organizado minuciosamente por el tesorero del PJ riojano, Raúl Chacón. Pero no fue en éste donde se expresó en su mejor forma la idolatría de la mayor parte de los riojanos para con “su presidente”. Fue en la caravana desde el aeropuerto donde quedó expuesta la relación peculiar del mandatario con sus coprovincianos.
Todo indicaba que la convocatoria de la segunda línea del peronismo local iba a ser un éxito. Pero la masividad del convoy de vehículos y personas superó las expectativas iniciales. Apenas Menem puso un pie en la escalera del avión con las siglas LV-YLC, un coro desafinado de mujeres de Aimogasta, departamento de Arauco, comenzó a gritarle: “¡Te amo, Carlos!”. Menem vestía una remera amarilla y celeste, con rayas horizontales, pero la que se ganaba todas las miradas era Bolocco, de blanco y con una sonrisa que parecía eterna. La chilena se permitió “soplarle” a su esposo que agradeciera las llamadas de solidaridad recibidas de presidentes de Latinoamérica. Y mantuvo la sonrisa mientras sonaba la marchita peronista, cuya letra, según parece, todavía no conoce.
En el aeropuerto, lo esperaban los integrantes de su entorno más cercano. Como el ex interventor del PAMI, Víctor Alderete, que se paseaba con un bastón y confesaba su “enorme alegría” por la liberación de su jefe. “Hay demasiado cariño entre los dos”, explicaba, mientras un grupo de mujeres le pedía una opinión sobre Duhalde, a lo que él se negó con una sonrisa irónica. “Hoy estamos recibiéndolo a Menem”, cortó el petiso.
Cuando la caravana comenzó a moverse hacia la ciudad, una banda con trompetas comenzó a tocar los viejos éxitos, como Matador. No se trataba de la orquesta del Tula, quien se pasó al otro bando al dirigir el festejo por el triunfo electoral de Duhalde, en octubre. Los que sí eran los mismos eran los miles de riojanos que se acercaron a saludar a su “Carlos”. Pobres, mal vestidos, descalzos sobre la tierra, festejaban una especie de revancha contra la hegemonía porteña.

 

PRINCIPAL