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Marx dijo y se desdijo de la quita
de capital para alentar el canje

Con su confuso estilo, el secretario de Finanzas aventuró una eventual quita de capital a la deuda para aquellos que no participen de la Fase 1 del canje, alternativa que luego desmintió. El riesgo país cerró en 3026 puntos.

Daniel Marx, secretario de Finanzas, con el representante de las compañías de seguros.

Hacia el mediodía, el riesgo país se encaminaba a romper otro record. El indicador rozaba los 3200 puntos, con un nuevo desplome de los títulos públicos. La fuerte caída de los bonos estaba motorizada por declaraciones del propio viceministro Daniel Marx. Frente a un grupo de ejecutivos, el funcionario convirtió en realidad el fantasma de los inversores extranjeros: habría una quita de capital sobre los bonos que ingresen en el canje internacional. Ante la reacción negativa de los mercados, Marx se vio obligado a salir al cruce de lo que él mismo había insinuado. “Desmiento que nosotros estemos trabajando con la hipótesis de una quita”, se retractó el funcionario. Esta última aseveración, sumada a la confirmación de que el canje se extenderá una semana más, hasta el viernes 30, mejoró las expectativas de los financistas. Y los bonos recuperaron 2,5 por ciento en promedio. Pese a la baja del riesgo país, el indicador se mantuvo por encima de los 3000 puntos. Exactamente en los 3026, casi el doble que Nigeria, el más inmediato perseguidor en el desalentador ranking. Hacia el final de la tarde llegó la noticia que muchos inversores aguardaban ansiosos: Economía había depositado 199 millones correspondientes a los vencimientos de intereses de dos títulos.
Por la mañana, ante directivos de compañías de seguros, empresas éstas que poseen bonos por unos 5000 millones, Marx dijo que una eventual quita de capital se encararía “según cada uno de ellos” (los acreedores). Semejante revelación tumbó a los mercados ya que, hasta el momento, el Gobierno negó la posibilidad de una quita en el capital de la deuda. No obstante, en el microcentro hay quienes suponen que el desliz del viceministro pudo haber sido adrede, buscando que los acreedores extranjeros se anoten en la “Fase 1” (local) del canje, que Domingo Cavallo lanzó proponiendo una baja de la tasa pero no una quita.
En medio de la crisis económica, la solvencia del Estado se ha vuelto un tema clave. Cada vencimiento de la deuda es seguido con lupa por los inversores. Domingo Cavallo optó por la estrategia de lanzar un canje para abaratar la deuda pero, simultáneamente, se propuso seguir pagando los vencimientos. Sin financiamiento, el Gobierno depende exclusivamente de las reservas del Banco Central y de la recaudación para poder pagar. El problema es que la recolección de impuestos está cayendo en picada y, en un contexto de descenso de los depósitos, las reservas del BC también se achican (ver nota aparte).
Ayer, Economía depositó 100 millones por el cupón del Bonte 2003 y otros 99 millones por los intereses del Bonte 2005. Hasta fin de mes tendrá que desembolsar otros 149 millones, un monto que –suponen en la city– la Tesorería no tendrá problemas en enfrentar. De todas maneras, ante el agravamiento de la recesión, es muy probable que Cavallo vuelva a echar mano a las reservas del Central para pagarles a los acreedores. Como la Carta Orgánica del BC prohíbe la utilización de las reservas para pagar deuda, se utiliza un mecanismo indirecto: el BC le presta los dólares al Nación (a través de un pase) y, a su vez, la entidad financiera lo deposita en la Tesorería para que esta oficina les pague a los acreedores. Por este motivo, los pases activos registraron un fuerte salto en las últimas semanas y se sitúan en torno de los 3000 millones.
La gran incógnita es hasta cuándo soporta este esquema. Por lo pronto, Cavallo cruza los dedos para que el volumen del canje que vence a fin de mes sea lo suficientemente abultado como para bajar los vencimientos de diciembre, que en principio suman 1188 millones. Pero además, los financistas creen que será esencial que el ministro logre un “waiver” del Fondo Monetario y el organismo desembolse 1260 millones, a los que se sumarían otros 600 millones del BID y del Banco Mundial. En ese sentido, desde la próxima semana, cuando desembarque la nueva misión del FMI, se entablará una fuerte pulseada con Cavallo. Los técnicos reclamarán un fuerte ajuste para destrabar los fondos pendientes. El ministro sabe que sus promesas deberán ser lo suficientemente creíbles como para que el Fondo no le suelte la mano a la Argentina.

 


 

CAVALLO DEJO LA CUMBRE DE LIMA ANTICIPADAMENTE
Explicaciones en la noche

Domingo Cavallo regresó ayer de madrugada imprevistamente al país, tras una visita de menos de 24 horas a Lima, Perú, de donde partió sin participar de la reunión de ministros de Economía de Iberoamérica. Fuentes del Palacio de Hacienda aseguraron que el ministro mantuvo intensas reuniones con sus pares regionales durante la noche del martes, buscando tranquilizarlos con respecto a las chances que abre el canje de deuda. El presidente del Perú, Alejandro Toledo, haciéndose eco de aquel planteo, reclamó ayer “un esfuerzo colectivo para darle una mano a Argentina (...), por solidaridad y porque puede tener un efecto de arrastre” sobre otros países en caso de que el primero se caiga.
Argentina evidenció ser, una vez más, el fantasma más temido en la región. La recesión con más de tres años de arrastre y un canje de deuda que podría tropezar al llegar al tramo internacional han puesto en vilo a toda la región. Pero Cavallo sólo destinó la noche del martes a calmar las ansiedades. Se esperaba que la situación argentina fuera el eje del encuentro de ministros de ayer, pero el jefe del Palacio de Hacienda eludió el compromiso y dejó en su lugar a Carlos Sánchez, su secretario de Industria. La versión ofrecida por voceros del gobierno, Cavallo prefirió retornar a Buenos Aires para ajustar los últimos detalles del proyecto de Presupuesto para 2002, que le ha demandado más de un tironeo con diferentes áreas para llegar al déficit cero.
Según fuentes oficiales, Cavallo mantuvo una extensa reunión con el ministro de Economía de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, un empresario y economista que también se desempeño en la Argentina. Frente a él trazó un detallado panorama sobre las posibilidades que se abren a partir del canje de deuda y la necesidad que tiene Argentina de bajar la tasa de interés que paga por sus compromisos externos. Luego extendió el mismo hilo argumental ante los demás mandatarios de Economía presentes en Lima. En todos los países de la reunión siguen de cerca el caso argentino, temerosos de que una debacle podría arrastrar a otros en sus efectos. Kuczynski fue el encargado de justificar la intempestiva retirada de Cavallo. “Hizo un gran esfuerzo para estar aquí, en la cena inaugural (de la XI Cumbre Iberoamericana), pero lamentablemente tenía otros compromisos hoy (por ayer) en Buenos Aires”, señaló el jefe de Economía peruano. Toledo, al hablar ayer ante el plenario de ministros –ya sin la presencia de Cavallo– pidió enfáticamente a los demás países de la región tenderle una mano a Argentina.

 

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