Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


Kandahar no se rinde pero Kunduz puede andar en eso

Un vocero talibán convocó ayer a la prensa en las afueras de Kandahar para desmentir que sus fuerzas estén negociando la rendición, pero lo contrario parecía ocurrir en la otra ciudad que resiste.

Syed Tayyav Agha,
asistente especial del mullah Omar,
habla a la prensa en Spin Boldak.

Por Jonathan Steele
Desde Spin Boldak , provincia de Kandahar

El asistente personal del mullah Mohammed Omar repartió ayer un mensaje dirigido a la prensa mundial diciendo que el intenso bombardeo contra el último bastión talibán no impactó en la moral de su líder moral y espiritual; la declaración decía, bajo juramento de lealtad a Alá, que nunca se rendirían y que pelearán contra la coalición que lidera Estados Unidos hasta la muerte. Sin embargo, a última hora de ayer, el corresponsal en Afganistán de la cadena CNN afirmó que los comandantes talibanes en Kunduz, en conversaciones con los dirigentes de la Alianza del Norte en la ciudad de Mazar-i-Sharif, habrían aceptado rendirse.
Según declaraciones citadas por CNN, el mullah Faizal, un comandante talibán de Kunduz, declaró a los periodistas –a quienes se les permitió observar la reunión– que todas sus fuerzas, afganas y extranjeras por igual, se rendirían. “No pasará nada” violento en Kunduz, presagió Faizal, aunque las conversaciones continuaban para resolver los detalles de cómo se llevaría a cabo la rendición. CNN también citó las palabras de otro comandante, Abdul Rashid Dostum, quien dijo a los periodistas que el problema de Kunduz se resolvería “sin pelear” y que los combates por el control de la ciudad habían cesado. Y señaló que estaba en contacto con dirigentes talibanes de otras partes de Afganistán, incluyendo Kandahar.
Horas antes, en una conferencia de prensa de 45 minutos –en una suerte de Cancillería convertida en un centro de prensa a 35 kilómetros al sureste de Kandahar–, Tayyeb Agha, el protegido de 28 años del mullah Omar, describió a los talibanes como un movimiento que permanece incólume tras 46 días de bombardeo norteamericano. Y explicó: “La ONU ha perdido su autoridad al permitir que las tropas estadounidenses y británicas ataquen Afganistán. Los extranjeros nunca han traído ni paz ni estabilidad para el país. La guerra fue una guerra del Islam. Los gobiernos islámicos podrán ser parte de la coalición que lidera Estados Unidos, pero la gente de la ‘umma’ –la comunidad islámica mundial– está con Afganistán”.
Según Agha, las fuerzas talibanes se retiraron de Kabul y del norte del país disciplinadamente y están listas para defender sus territorios clave: están “bien disciplinadas” y son “suficientes”, y las cuantificó en “miles”. Y sugirió que aunque el movimiento sólo controla tres o cuatro provincias, el momento decisivo llegará cuando pueda recuperar el resto. “Esto no es nuevo. En la época del Profeta, él sufrió derrotas, sus partidarios fueron muertos y se replegaron. Pero, al final, vencieron”, continuó.
Sin embargo, no hubo palabras rimbombantes cuando declaró que los talibanes no se rendirían. “La gente de Kandahar y las provincias vecinas están con nosotros: prometieron luchar para nosotros. No nos rendimos porque ellos han hecho muchos sacrificios por el Islam. Están listos para cualquier clase de sacrificio para servir a la nación.” Aunque los talibanes se retiraron de Mazar-i-Sharif, de Kabul, de Herat y de muchas otras ciudades para proteger a la gente de los bombardeos, ellos no harán lo mismo en Kandahar –dijo Agha–: ya han visto los saqueos y los asesinatos que ocurrieron en esas ciudades y no quieren que eso se repita en su capital espiritual.
Según aclaró Agha, la razón de la conferencia de prensa fue, en primer lugar, rechazar las informaciones recientes de que los líderes tribales pashtunes estaban negociando con los talibanes la rendición de la ciudad de Kandahar. “Se trató de otra batalla del enemigo en nuestra contra; fue sólo propaganda. Ningún líder tribal nos contactó para negociar el traspaso del poder. Ellos estuvieron con nosotros, lo están y lo estarán.” Aunque describió repetidamente los ataques aéreos como una guerra contra civiles inocentes, no exageró las muertes ni los heridos. Dijo que “unos 2000” civiles fueron víctimas de las bombas, lo que cualquier analista aceptaría como un número probable después de siete semanas de ataques. No dijo cuántos talibanes murieron, sólo que fueron “muchos”. Agha empezó la conferencia con una historia del surgimiento del movimiento talibán como reacción al modo en que las facciones mujaidines comenzaron a tirotearse entre sí después del colapso del régimen comunista, en 1992. “Eso causó anarquía en el país, saqueos y matanzas. Era necesario que los musulmanes hiciéramos algo por la seguridad de la gente. Los talibanes, con base en Kandahar, teníamos un programa. Con la ayuda de Alá, nos apoderamos de Kandahar y las provincias vecinas. Cuando se logró la paz y la seguridad, la gente de otras provincias les pedían a las fuerzas talibanas que se hicieran cargo del lugar. Paso a paso, nuestras tropas tomaron el control del 95 por ciento de Afganistán e implementamos la ley islámica. Creamos el Emirato Islámico de Afganistán no para obtener poder, sino para aplicar la ley islámica”. Y agregó que ahora deben resistir ser expulsados porque es su deber islámico: “Queremos satisfacer a nuestra nación y a la comunidad árabe internacional y hacer lo mejor posible para defender nuestra religión mientras estemos vivos. La responsabilidad recae sobre nosotros. No es una elección, es lo que nos ordena Alá”.
Agha admitió que el mullah Omar está en territorio talibán y no desertará ni se rendirá. Durante la conferencia, habló de Estados Unidos con más dolor que con rabia: “El islamismo y la sharia (ley islámica) causan diferencias entre nosotros y Estados Unidos. Gradualmente, esas diferencias se desarrollaron hasta que terminaron con los ataques militares contra los musulmanes de Afganistán; fue un ataque sobre nosotros en nombre de la lucha contra el terrorismo”. Y preguntó: “¿Dónde estaba la ONU cuando empezaron los ataques? La ONU trabaja bajo instrucciones norteamericanas. No podemos decir que la ONU tiene autoridad. EE.UU. gobierna la ONU”.
Kandahar empezó a ser bombardeada hace dos semanas, pero Agha dijo que dejó la ciudad anteayer a la mañana para hacer el camino de 35 kilómetros hasta la fronteriza ciudad de Spin Boldak, donde fue permitido el ingreso de decenas de periodistas. “La situación es calma y normal”, avisó. Agha prometió llevar a los periodistas a Kandahar para que verifiquen ellos mismos la situación, pero se negó a decir cuándo.

Traducción: Verónica Gago.

 

PRINCIPAL