Por Ewen MacAskill,
Jonathan Steele y
Nicholas Watt
Desde Spin Boldak,
Afganistán y Londres
@Estados Unidos y Gran Bretaña están cada vez más
confiados en que lograron cerrar las rutas de escape de Osama bin Laden
y que pronto quedará al descubierto gracias a la búsqueda
que realizan las fuerzas especiales las 24 horas del día. Mientras
una fuente de alto rango de defensa británica dijo que los aliados
estaban acercándose al líder de al Qaida, Washington
subrayó su progresiva agresividad al expresar que prefiere que
Bin Laden sea asesinado a ser capturado vivo.
El secretario de Defensa Donald Rumsfeld permitió entrever lo que
Washington piensa en privado cuando en el programa 60 minutos II de la
CBS se le preguntó si quería que Bin Laden fuera asesinado.
Oh, santo Dios, sí, después dijo Rumsfeld.
Puede apostar su vida a que quiero eso. Sus comentarios llegaron
mientras los talibanes afirmaban de que Bin Laden probablemente
no esté más en sus áreas. Tayyeb Agha, vocero del
líder del movimiento Mullah Mohammed Omar, dijo que los talibanes
no podían estar seguros de los movimientos de Bin Laden luego de
que cortaran sus comunicaciones con el líder de al Qaida después
del lanzamiento de los ataques aéreos norteamericanos. Agha insistió
en que los talibanes todavía tratan al disidente saudita como a
un invitado que estuvo dispuesto a sacrificar su propia sangre por Afganistán
durante la Jihad contra la ocupación soviética. Estados
Unidos no tenía derecho de pedir la entrega de nadie ni de ningún
grupo, dijo.
Cuando le preguntaron repetidamente qué sabía del paradero
de Osama bin Laden contestó: No tenemos idea de donde está.
Nuestra área se limita a tres o cuatro provincias y no hay relación
o comunicación con él. Al Qaida no está
en las áreas que nosotros controlamos. Estaban en diferentes provincias
donde había lucha y no sabemos su número o locación.
La información que tengo es que ellos no están en las provincias
bajo nuestro control. Ya no están en contacto con nosotros debido
a problemas de comunicación. Un influyente diario saudita
dijo que Bin Laden había ordenado a sus partidarios que lo maten
si saben que está en peligro de caer en manos de la fuerza norteamericana.
Citando diplomáticos norteamericanos y europeos que no quiso nombrar,
el diario alWatan dijo que desertores talibanes le habían dicho
a agentes de la CIA en Afganistán que Bin Laden ha grabado un mensaje
como testamento político en que llama a los musulmanes a continuar
los ataques contra intereses estadounidenses. Altas fuentes de Defensa
británica creen que los días de Bin Laden están contados.
Una fuente dijo a este diario: Nosotros no sabemos exactamente dónde
está. Pero nos estamos acercando a él. Todavía ha
evitado caer en la red, pero estamos cada vez más cerca.
Otra fuente dijo creer que Bin Laden se estaba escondiendo en las áreas
controladas por los talibanes cerca de la ciudad oriental de Jalalabad
la cual no está más bajo control talibán.
Estamos buscando en las áreas talibanas, dijo la fuente.
La perspectiva británica fue compartida por el general Richard
Myers, jefe del Estado Mayor Conjunto norteamericano, quien dijo que Bin
Laden se encontraba fugitivo dentro de Afganistán, constantemente
cambiando de escondite. Al hablar en la sede de la OTAN en Bruselas, el
general Myers dijo que fue difícil encontrar el la ubicación
precisa del líder terrorista por obra de esos desplazamientos
permanentes. Seguimos el proceso de selección de las ubicaciones
posibles afirmó. ¿Lo encontraremos finalmente?
No lo sé. Sabemos que le estamos haciendo muy difícil planear
operaciones terroristas porque el está en fuga. No pasa más
de una noche en el mismo lugar. Pero el general Myers advirtió
acerca del peligro de que Bin Laden podría huir a través
de la frontera afgana. Tenemos que enfrentar el hecho de que él
puede partir de Afganistán en algún momento, y si lo hace,
lo vamos a seguir a dondequiera que vaya. Mientras los talibanes
trataban de poner distancia con bin Laden, Estados Unidos decía
que sus aviones de guerra estaban poniendo bajo su mira talibanes
en fuga y terroristas de al Qaida en túneles y cuevasalrededor
de Kandahar. Richard McGraw, un vocero del Pentágono, sostuvo:
Si aparecen, les dispararemos. Aseguró que las 146
misiones áreas sobrevolaron Afganistán el martes. El general
Tommy Franks, comandante de la operación norteamericana, dijo que
podría introducir un limitado número de tropas terrestres
para apoyar operaciones de fuerzas especiales.
De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Giselle Cohen
MANDAN
2000 SOLDADOS A KUWAIT
Vuelve el turno de Irak
Por Duncan Campbell
Desde
Los Angeles
El ex secretario de Estado,
Lawrence Eagleburger, cree que Estados Unidos debería haber destituido
a Saddam Hussein de Baghdad y haberlo expulsado del poder en 1991, durante
la Guerra del Golfo. Sus declaraciones se suman al desembarco de 2000
soldados en Kuwait para participar en ejercicios que pretenden ser una
advertencia a Irak.
Eagleburger, secretario de Estado durante la Guerra del Golfo, fue uno
de los muchos asesores que aconsejó no capturar a Saddam luego
de que las tropas iraquíes se retiraron de Kuwait. Pero esta semana
declaró haber cambiado de opinión. Eagleburger le dijo a
la CNN: Retroactivamente, no estoy seguro de que hayamos hecho lo
correcto. A la vez que entiendo y apoyé totalmente la decisión
del presidente Bush de no perseguir a Saddam en persona, estoy preparado
para admitir que posiblemente fue un error. Sin embargo, Eagleburger
estuvo lejos de haber sido el único en el círculo íntimo
de Bush en aconsejar no realizar una persecución personalizada:
Francamente, no escuché a nadie argumentar tenazmente en
favor de eso, aclaró. Por entonces, la decisión de
no avanzar sobre Baghdad había sido respaldada por políticos
y militares. Nosotros habíamos declarado que nuestro objetivo
era expulsar a los iraquíes de Kuwait. Nunca dijimos que nuestro
propósito era reemplazar al líder de Irak. Y agregó:
EE.UU. podría haber enfrentado la oposición de sus
aliados árabes si la decisión hubiese sido tomada.
Los comentarios del ex secretario de Estado se vuelven más relevantes
n en el escenario actual, donde los halcones que asesoran
al presidente George W. Bush están presionando para que Saddam
Hussein sea el próximo objetivo de la ofensiva militar contra el
terrorismo. En sintonía con ese argumento, dos mil soldados estadounidenses
empezaron a desembarcar en Kuwait para participar de los juegos
de guerra en el desierto. Las tropas se reunirán con 5000
soldados que están estacionados en forma permanente en ese país
y actuarán en una operación de entrenamiento, pero su presencia
está destinada a despertar sospechas sobre las posibilidad de un
ataque sobre Irak.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Verónica Gago.
EE.UU.
OFRECE MUCHO DINERO A CAMBIO DE INFORMACION
Por más que un puñado de dólares
Por Javier del
Pino *
Desde
Washington
George W. Bush dice a menudo
que el lazo se estrecha en torno de Bin Laden, pero esta expresión
habitual en él desde hace días no parece reflejar
avances reales en la operación de caza y captura de Osama bin Laden
por el territorio de Afganistán.
De hecho, EE.UU. tiene la esperanza de que sea un soldado desertor o un
lugarteniente traidor el que ofrezca la pista final sobre el paradero
del terrorista saudita. Para lograrlo, el gobierno de EE.UU. ha iniciado
en Afganistán una campaña de propaganda con volantes y mensajes
radiofónicos que recuerdan la cifra a la que asciende la recompensa
por un soplo sobre el escondite de Bin Laden: 25 millones de dólares.
Tan elevada es esa cantidad que el Departamento de Estado ha tenido que
cambiar sus propias normas para permitir semejante recompensa. El secretario
de Estado Colin Powell confirmó ayer que permitiría elevar
la recompensa a esa cifra, lo que pulveriza el máximo fijado hasta
ahora por las leyes: 5 millones de dólares.
Contra de lo que aseguran algunos medios europeos, fuentes del Pentágono
reconocían ayer que apenas tienen una idea vaga de
las zonas en las que Bin Laden puede estar escondido. Tampoco se descarta
que pueda haber pasado a otro país, lo que se refleja en el refuerzo
de efectivos en las fronteras en los últimos días. El Pentágono
nunca ha dado la cifra exacta de tropas de tierra desplegadas en Afganistán,
aunque se calcula que está entre 200 y 300 efectivos. El Pentágono
asegura que los soldados no lo buscarán cueva a cueva
por miedo a que muchas de ellas sean trampas plagadas de minas y explosivos.
Ahí es donde entra en juego la recompensa: los servicios de inteligencia
esperan que sean los propios talibanes los que entreguen al líder
terrorista por despecho o por avaricia.
Las octavillas y los mensajes de radio recuerdan a la población
que la recompensa está a su disposición: Les pedimos
ayuda porque algunos de estos cobardes y asesinos se han escondido. Con
la ayuda de ustedes sentaremos ante la justicia a los líderes de
Al-Qaeda, dice la propaganda.
* De El País de Madrid, especial para Página/12.
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