Por Ricardo Moreno
Desde
Estocolmo
Los primeros resultados confirmaban
anoche la derrota de los socialdemócratas en las elecciones generales
de Dinamarca. El partido que dirige el primer ministro Poul Nyrup Rasmussen,
que arrasó en las elecciones de 1998, deberá ceder el gobierno
a una coalición de derecha liderada por otro Rasmussen (Anders
Fogh), de 48 años, que logró una holgada mayoría
con alrededor del 33 por ciento de los sufragios, contra el 29 por ciento
de sus rivales.
Anders Fogh Rasmussen lidera el partido Venstre (Liberal), el mayor de
la oposición, que obtuvo el 24 por ciento en las generales de 1998,
mientras que los socialdemócratas lograron el 35,9 por ciento.
En total, en esta nueva consulta los seis partidos de la coalición
de centro-derecha suman el 53,8 por ciento de los votos, contra el 44,1
por ciento logrado por los de izquierda. Tras reconocer su derrota, Poul
Nyrup Rasmussen aseguró que no dimitirá de la presidencia
de su partido a causa del varapalo electoral.
El otro triunfador de estas elecciones será, de acuerdo con los
primeros resultados, el Dansk Folkeparti (Partido Popular Danés),
que lidera Pia Kjaersgaard. La formación es una escisión
del viejo Partido del Progreso, de extrema derecha, fundado en 1972 por
Mogens Glipstrus. Con la prédica del rechazo a los inmigrantes,
llevada en un tono extremadamente agresivo, el Partido Popular Danés
irrumpió con un inesperado 7,4 por ciento en las pasadas elecciones
y ahora capitalizará los efectos de los atentados del 11 de septiembre,
aumentando por lo menos tres puntos aquel porcentaje.
La líder de este partido logró su propósito de hacer
de los inmigrantes, un 4,7 por ciento de la población, el centro
de la campaña electoral, desplazando casi totalmente otros problemas
como la salud, la situación económica y el futuro de las
relaciones con la Unión Europea, que hubieran permitido al primer
ministro mostrar una realidad favorable para su posición de candidato.
Rasmussen, cuyo mandato expiraba el próximo mes de marzo, quiso
aprovechar las buenas perspectivas que los sondeos de opinión adjudicaban
a su partido, en parte como consecuencia del 11 de septiembre, y también
de la buena situación económica, para convocar a elecciones
anticipadas -un recurso previsto en las leyes electorales, seguro
que lograría la victoria. Los cálculos fallaron y las esperanzas
de que el alto porcentaje de indecisos, alrededor del 20 por ciento, pudiera
favorecerle a última hora se desvanecieron anoche.
El nuevo primer ministro, Anders Fogh Rasmussen, cuenta con una personalidad
que recuerda al austríaco Joerg Haider, muy criticado por sus posiciones
reaccionarias y xenófobas. El líder derechista gobernará
presumiblemente en coalición con el Partido Conservador, el Centro
Democrático y el Partido Popular Cristiano, si este último
supera la barrera del 2 por ciento necesaria para estar representado en
el Folketing (Parlamento).
En su comparecencia ante la prensa internacional, el día anterior
a la votación, el futuro primer ministro procuró desmarcarse
de la prédica antiinmigrantes de Pia Kjaersgaard, negando odiar
a los extranjeros. Permítanme decirles que en Dinamarca no
hay racismo ni enemistad hacia los inmigrantes subrayó, en
discordancia con las encuestas de opinión. Lo que ocurre
es que nosotros amamos nuestro sistema de bienestar y tememos que pueda
ser amenazado, cuando la mitad de los inmigrantes no trabajan y reciben
ayuda social. Pero confirmó que habrá disposiciones
mucho más restrictivas para aquéllos.
En una primera reacción a los primeros resultados, el vicepresidente
de los liberales, Lars Lokke Rasmussen, opinó que su bloque tiene
la victoria. Por lo menos 10 partidos disputaron los 179 escaños
delParlamento, una diversidad característica del mapa político
danés que puede dar lugar a inesperadas coaliciones.
Claves
Anders Fogh Rasmussen,
un político comparado con el xenófobo filonazi austríaco
Joerg Haider, ganó las elecciones de Dinamarca ayer en una
coalición de centroderecha donde también ganó
posiciones el Partido Popular Danés, escisión antiinmigrante
de un partido de extrema derecha fundado en 1972.
Sus consignas son parecidas
a las de Haider: las restricciones a la inmigración, basadas
en que lo primero es salvaguardar la seguridad económica
de los connacionales. Eso lo pone en curso de colisión con
la Unión Europea, contra cuya membresía los daneses
votaran en los tempranos años 90.
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