Dos equipos con déficit
en el rubro mística copera jugaron el primer capítulo
de un nuevo intento por enterrar la historia. Finalmente, fue el Corinthians
el que ganó una semana de tranquilidad. Derrotó a San Lorenzo
por 2 a 1 y dejó al equipo de Boedo con el sabor amargo de haber
estado cerca de ganar el partido, o al menos de empatarlo. San Lorenzo
se puso en ventaja en el primer tiempo, pero no pudo mantener el resultado
en el segundo y el Corinthians se lo dio vuelta sin mostrar demasiado.
El miércoles que viene se disputará la revancha en el Nuevo
Gasómetro. Si los dirigidos por Manuel Pellegrini ganan por dos
goles o más de diferencia, clasificarán para la final de
la Copa Mercosur.
San Lorenzo llegó al estadio Pacaembú de San Pablo con expectativas
de mínima y de máxima, pero hasta el hincha más optimista
admitía que un empate como visitante no representaba una alternativa
para desechar. Las bajas de Alberto Acosta y Raúl Estévez
le restaban, a priori, posibilidades ofensivas. Como contrapartida, la
intención del técnico Manuel Pellegrini fue reforzar el
mediocampo, para evitar el armado de los brasileños. Con cinco
volantes, San Lorenzo neutralizó durante todo el primer tiempo
a los creativos del Corinthians, fundamentalmente a Ricardinho, la eventual
manija de los locales. San Lorenzo se paró con Zurita y Michelini
en tareas netamente defensivas, Franco en el ida y vuelta y depositó
en Erviti y Romagnoli la responsabilidad de tener la pelota. Resultó
fundamental el aporte de Paredes, que ganó en su sector y fue salida
permanente. Arriba, Romeo, encargado de buscar la heroica. Que llegó.
A los 15 minutos, Romagnoli ejecutó rápidamente un tiro
libre que parecía intrascendente, Franco bajó la pelota
dentro del área y Romeo definió como el goleador que es.
¿Corinthians? Dependió casi todo el partido de la inspiración
de Luizao, y finalmente fue el jugador de la selección brasileña
el que lo salvó. Durante todo el primer tiempo, contrariando la
mejor tradición brasileña, al equipo dirigido por Wanderley
Luxemburgo le costó entrar por afuera, ya fuese por sus carrileros
o por Gil, que se tiraba a los costados pero no lograba pesar. Dos soberbios
tacos de Luizao pusieron a Deivid y a Gil mano a mano con Saja, pero el
arquero de San Lorenzo evitó el gol en ambas ocasiones. Sin variantes
ofensivas, y con el equipo de Boedo controlando el juego aunque teniendo
menos la pelota, solo cabía temer un aluvión anímico
del Corinthians para dar vuelta la situación.
Fueron en definitiva dos jugadas aisladas, originadas en errores de San
Lorenzo, las que le permitieron al Corinthians revertir el resultado adverso.
Primero Scheidt, a los 19 minutos, anticipó a los defensores visitantes
y derrotó a Saja. Catorce minutos después fue el arquero
el que falló, y permitió a Luizao definir el partido. Sin
Romagnoli (había sido reemplazado por Pusineri), y extenuado por
el calor, San Lorenzo no encontró respuestas ofensivas y se quedó
con las manos vacías, aunque en definitiva más allá
de cómo se dio el partido perder de visitante por un gol
no es definitorio. El miércoles próximo se definirá
todo.
BOCA
LLEGO A TOKIO DESPUES DE UN VIAJE INTERMINABLE
No duerme, pero sueña con la Copa
Luego de 36 horas de viaje,
el plantel de Boca arribó ayer a Tokio para disputar el martes
próximo la final de la Copa Intercontinental ante el Bayern Munich.
En la llegada, Carlos Bianchi dejó en claro que el grupo tiene
una gran confianza en repetir la conquista del año anterior, cuando
se quedó con la Copa ante el Real Madrid.
Venimos a Tokio con las mismas intenciones del año pasado,
es decir ganar el título y dejar bien sentado el prestigio de Boca
y del fútbol argentino, expresó Bianchi, que debió
soportar numerosas preguntas del periodismo japonés sobre la ausencia
del delantero Naohiro Takahara. El técnico aclaró que Takahara
estuvo diez días con su selección y que no se readaptó
al resto del grupo.
Con la intención de que el plantel se acomode lo más rápido
posible al cambio de horario, los jugadores no durmieron a pesar del cansancio
y, por recomendación del preparador físico Julio Santella,
salieron a caminar por las calles de Tokio. A partir de hoy iniciarán
las prácticas de fútbol, donde el entrenador empezará
a definir el equipo para el martes. Las dudas de Bianchi no sólo
pasan por los nombres, sino que todavía tampoco está convencido
del esquema que va a utilizar.
A diferencia de los seis días de anticipación con que Boca
arribó a Japón, ayer se confirmó que su rival apenas
llegará el lunes, treinta y seis horas antes del trascendental
partido. El Bayern jugará el sábado ante el Nuremberg por
la decimocuarta jornada de la Bundesliga y recién al otro día
partirá rumbo a Tokio. En tanto, ayer se confirmó que el
volante bosnio Hasan Salihamidzic sufrió la rotura de ligamentos
de su rodilla derecha en el partido del martes ante el Manchester United
y se perderá el compromiso ante Boca. Esa baja se suma a la del
paraguayo Roque Santa Cruz, que también está lesionado y
no podrá actuar durante cinco meses.
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