Falta de conducción y liderazgo
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Por Martín
Piqué Cuando se conoció el
polémico fallo de la Corte que le abrió la puerta de la
libertad, Carlos Menem optó por no hablar con el periodismo. Ayer,
dos días después de la liberación, y con euforia
apenas contenida por la caravana que el miércoles lo recibió
en el aeropuerto, el ex presidente habló más de una hora
con la prensa en la residencia del gobernador Angel Maza. Elogió
varias veces a la resolución que terminó con su encierro
fue memorable y equivale a una suerte de purificación
del Poder Judicial, dijo, adelantó que sus abogados
estudian el juicio político del juez Jorge Urso y aseguró
que no siente gratitud ni con el gobierno nacional ni con la Corte.
Volvió a ignorar a Eduardo Duhalde y afirmó que el principal
problema del país es la falta de gobernabilidad. Tantas
veces repitió esa palabra que sin quererlo realimentó las
sospechas sobre un presunto pacto con el Ejecutivo. El Gran Hermano Menem atacó con un chiste: Cualquiera de los presentes en esta mesa, el doctor Salvi, el doctor Maza, Cecilia mi distinguida esposa, el senador Menem y el diputado Menem pueden ser preguntados sobre los temas que ustedes crean convenientes y de importancia para este momento. Y así me dejan un poco tranquilo a mí. Algunas risas lo festejaron, y el riojano aprovechó el clima para hacer pasar alguna factura: Quiero dejar ahora un agradecimiento muy especial al dueño de la quinta de Don Torcuato, don Armando Gostanian, que es un gran hermano. Y para todos aquellos que siguen hablando del palacio de Don Torcuato, ahora que ya es un monumento histórico, vayan a visitarlo y van a ver que tiene las famosas diez hectáreas a las cuales hacían referencias algunos medios. La gobernabilidad Mencionó la palabra siete veces en una hora. La utilizó, incluso, para explicar la crisis económica: Falta conducción, liderazgo y cuando no hay liderazgo desaparece la gobernabilidad, y sin ella se puede poner a Mandrake en el Ministerio de Economía y nada va a funcionar. Cuando le preguntaron qué pensaba de una salida anticipada del Presidente, se manifestó completamente en contra: Yo aspiro a que el doctor De la Rúa termine su mandato. Y en todo lo que sea posible, nosotros vamos a estar más allá de las críticas, que son lógicas. Lo vamos a procurar ayudar para que termine su mandato. Y lo termine bien, además. Otra frase propicia para las suspicacias. Las águilas no cazan moscas Menem se despachó a gusto con la interna del peronismo. Habló sobre todos sus adversarios, intentó ningunear a los presidenciables al asegurar que hay muchos más que tienen chances de llegar a la Rosada. Y deslizó también que no descarta encontrar potenciales aliados fuera del justicialismo. Aquí otra vez recurrió a la ironía: Ya veremos cómo se lleva ese juego de alianzas, o ese juego de frentes: no me gusta la expresión Alianza, señaló con picardía. El enemigo de siempre apareció otra vez cuándo escuchó la palabra traición. De ese tema no me gusta hablar. ¿Sabe por qué? Porque las águilas no cazan moscas, afirmó, optando otra vez por la táctica de ignorar a Duhalde. A su izquierda, la cordobesa Martha Alarcia festejaba la ocurrencia con una sonrisa. Pueblo por pueblo La guerra con el bonaerense ya casi no necesita presentación. Después de que terminara la conferencia de prensa, Adrián Menem se jactaba de que los diputados duhaldistas que vio el miércoles en el Congreso parecían derrotados. ¡Tenían unas caras! Y ninguno se acercó a felicitarnos. La euforia que existe en el entorno del riojano se realimenta en el propio Menem, que parece no tener problemas de autoestima: La solución a esta situación tremenda de crisis que vive la Argentina pasa indefectiblemente por la causa nacional justicialista y, modestia aparte, por mi persona. De cualquier forma, la seguridad deberá cotejarse con la realidad cuando el ex presidente comience a caminar las provincias. Ayer, por caso, anunció que la próxima escala de su campaña será en territorio bonaerense, que prometió recorrer íntegramente, pueblo por pueblo, ciudad por ciudad. La primera parada será Mar del Plata, a fin de mes, luego de que Menem regrese de un viaje por Chile y Estados Unidos. Doctorcitos del puerto La ofensiva del menemismo también incluye una andanada de presentaciones judiciales contra los falsos testigos que imputaron al ex mandatario en el caso de tráfico de armas. Uno de los que está en la mira es el secretario de la gobernación bonaerense, Esteban Caselli. Hay muchos que se han prestado a este juego mintiendo ante los jueces de esta causa. Estamos estudiando la posibilidad de querellarlos por falso testimonio agravado cuya pena va hasta 10 años de prisión, anticipó el riojano. Su sobrino y diputado Adrián Menem contó a Página/12 que Salvi y sus asesores están preparando varias causas por daños y perjuicios, falso testimonio agravado y calumnias e injurias. Vamos a tomarnos todo el tiempo del mundo, ahora nos sobra, explicaba el hijo mayor del hermano Eduardo. La revancha abarca también a Urso y al fiscal Carlos Stornelli. Ya está en carpeta un juicio político, una posibilidad que Salvi prudente quiere llevar con cuidado. Menem disfrutaba de su pequeña venganza: cuestionó a los leguleyos y minúsculos doctorcitos del puerto que primero crearon la figura (de jefe de la asociación ilícita) y después trataron de meter a una persona dentro. Golf y amigos La conferencia terminó al mediodía, y Menem se dirigió
a los green del La Rioja Golf Club, donde lo esperaban los empresarios
y pretendidos rivales Martín Castro Videla y Leo MacLean.
A la noche lo esperaba Anillaco, la vieja conocida Hostería Los
Amigos, donde se organizó una cena en su homenaje. Unas horas antes,
demostró que no se olvida de los suyos. Recordó al ex jefe
del Ejército Martín Balza, detenido por contrabando de armas
a Croacia y Ecuador. Y se manifestó optimista porque
dijo confía en que la Cámara de Casación
lo libere. Como decía su ministro de Justicia Rodolfo Barra, Menem
volvió a esgrimir la curiosa teoría de que los actos
del Poder Ejecutivo y de sus integrantes no sonjudiciables.
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