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ROZAS REEMPLAZA A ALFONSIN EN EL RADICALISMO
De la Rúa, robando cámara

El plenario de la UCR fue inusualmente breve y expeditivo. Rozas, ovacionado. De la Rúa participó, con un discurso contundente.

Mesa: Casella fue elegido vicepresidente primero; el rionegrino Pablo Verani, vicepresidente segundo; y el chubutense
José Luis Lizurume, vicepresidente tercero.

Alfonsín, el saliente, y Rozas, el reemplazante.
Abrazo emotivo entre los dos ídolos de la tribuna.

Por Santiago Rodríguez

La leyenda “No habrá otro igual” daba la idea de que se trataba de algún prohombre de la patria, pero no: el de la foto en las remeras no era otro que Angel Rozas. La imagen del chaqueño estampada en el pecho de algunos de los que concurrieron ayer al Comité Nacional de la UCR llamó la atención, aunque no causó sorpresa porque la designación del gobernador de Chaco como titular del radicalismo estaba decidida de antemano. Sí sorprendió, en cambio, que Fernando de la Rúa concurriera al plenario radical y mucho más que diera el discurso que dio. Con una firmeza inusitada, el Presidente arremetió contra Carlos Menem y lo calificó de “incapaz”. Ante un auditorio del que incluso llegó a escapar algún que otro grito de “sacalo a Cavallo”, recordó también que el primer equipo económico que convocó era “el de la Alianza” y ni siquiera con un ajuste decidido “unánimemente con todos los ministros en el gabinete, y con el vicepresidente incluido”, logró sacar el país adelante.
Tal fue la decisión y la contundencia de su discurso, que De la Rúa terminó poniéndole el broche distintivo a un plenario del Comité Nacional de la UCR que hasta el momento de su llegada no salía de los carriles habituales que suelen tener ese tipo de encuentros que tanto gustan a los radicales: delegados y dirigentes que no lo eran –y por lo tanto no tenían la más mínima obligación de estar presentes– apiñados en el salón de la planta baja de la sede de Alsina al 1700, la marcha radical sonando una y otra vez hasta el hartazgo a un volumen ensordecedor y un calor insoportable; todo para convalidar formalmente algo que en aras de la unidad los principales hombres del radicalismo ya habían resuelto antes en otro lugar.
La designación de Rozas como sucesor de Raúl Alfonsín al frente del radicalismo quedó fuera de discusión hace unos días, cuando su único adversario, el bonaerense Juan Manuel Casella, decidió retirar su postulación y accedió a negociar una lista de consenso. Lo que estaba en veremos desde entonces era quiénes acompañarían al chaqueño en la mesa de conducción del partido, pero a la hora en que comenzó el plenario ya había quedado todo resuelto: Casella, vicepresidente primero; el gobernador de Río Negro, Pablo Verani, vicepresidente segundo; y su par de Chubut, José Luis Lizurume, vicepresidente tercero. Las secretarías fueron ocupadas por un representante de cada una de las provincias restantes.
Lo lógico hubiera sido otra cosa, pero cuando De la Rúa entró al Comité Nacional el grito que dominaba el ambiente era “Olé/olé/olé/olé/Angel
/Angel” porque la hinchada era básicamente rozista. De hecho, ya en la puerta había carteles de “Rozas presidente” y cinco colectivos habían llegado desde Chaco especialmente para la ocasión.
De la Rúa tuvo que soportar también que nadie lo vivara e, incluso, el clásico “Alfonsín/Alfonsín”, cuando agradeció al ex presidente por “los esfuerzos para consolidar la unión nacional, por ayudar a mi gobierno y conducir a la UCR como fuerza de apoyo”. Ambos se habían reunido en la casa de Alfonsín por la mañana.
Después, De la Rúa mostró un temple que dejó a más de uno con la boca abierta y se ganó los aplausos al remarcar que Menem “ahora anda diciendo que debe recuperarse el liderazgo que él ejercía; el liderazgo con el que fue incapaz de preservar la nacionalidad de las empresas, incapaz de evitar el endeudamiento que hoy nos acosa, incapaz de evitar el déficit que nos ha dejado como una carga pesada”.
Así como no se la perdonó a Menem, tampoco se la dejó pasar a los radicales que se fueron del Gobierno y lo critican –léase, por ejemplo, Rodolfo Terragno o Federico Storani– por la designación de Domingo Cavallo ni a Carlos “Chacho” Alvarez. Recordó que “al asumir convoqué al equipo económico de la Alianza para seguir los análisis que habíamos trazado y comenzar la reducción del gasto” y también que las primeras medidas de ajuste fueron apoyadas por todos sus funcionarios, “incluido elvicepresidente”. Punto seguido “algunos ministros no comprendieron” la necesidad de reducir los gastos y “en marzo a (José Luis) Machinea se le cayeron los números y vino y me dijo que no podía seguir”.
De la Rúa señaló que al designar a Cavallo pidió “comprensión” a los radicales y trató de tranquilizarlos diciéndoles que “quien gobierna es el Presidente, y la hace con sentido progresista”. Por último, les solicitó apoyo una vez más con el argumento de que “debemos estar ahora más unidos que nunca, porque de nada vale dar vuelta la cara y desentenderse”.
Después de eso, el discurso que antes había dado Rozas advirtiendo que los radicales “debemos asumir que somos el partido de Gobierno” sin que eso implique acompañarlo “con vendas en los ojos” y su compromiso de “levantar las banderas del radicalismo” y hacerlo “competitivo” para el 2003 pasaron a un segundo plano.
También el balance final de Alfonsín como titular saliente de la UCR y su convocatoria, una vez más, a una “unión nacional” que implique “que más allá de nuestras diferencias tenemos que comportarnos como nación y fijar objetivos comunes”.

 


 

DE LA RUA HABLO DE TODO Y EN VARIOS ESCENARIOS
Muchos palos para Menem

Usualmente parco, Fernando de la Rúa tuvo ayer un día parlanchín: habló en el Comité Nacional de la UCR, en “Hora Clave” y ante un grupo de periodistas. Acá, sus principales textuales.
“(La liberación de Carlos Menem) es un tema judicial. Quiero dejar en claro la absoluta prescindencia del Gobierno, que respeta la independencia de la Justicia. Esto es importante que se comprenda bien: el Gobierno no actuó ni para la prisión ni para la libertad.”
“Ahora anda el ex presidente diciendo que debe recuperarse el liderazgo que él ejercía, el liderazgo con el que él fue incapaz de preservar la nacionalidad de las empresas y de evitar el endeudamiento que hoy nos acosa. Hay que aprender la lección: nunca más llevar al país a semejante endeudamiento, causa de la crisis que vivimos.”
“Yo también hubiera querido que, al día siguiente de asumir, se resolvieran automáticamente los problemas. Nosotros seguimos los principios de la UCR, pero la realidad era dura. El déficit era exactamente el doble de lo que decían.”
“Quiero que sepan que aquí quien gobierna es el Presidente, que gobierna con sentido progresista para atender a las necesidades de todos.”
“El clic, el boom o el cambio, lo que quiero es que la gente se ponga las pilas, salga y consuma y que todos enfrentemos la desconfianza.”
“Tampoco quise hacer simplificaciones, los economistas usan mucho esta palabra, es un momento mágico en que se pasa de la desconfianza a la confianza. Puede ser el boom, el shock, lo que importa es el cambio y debemos sacar a la gente de esa carga permanente de pesimismo. La gente recibe cada día un baño de malos pronósticos, de afuera y de adentro.”
“Hay que poner unidad, ponernos las pilas y salir. El país afronta este desafío y el canje sin caer en incumplimientos de sus obligaciones, que las vamos a cumplir.”
“Un ejemplo de la confianza en el país es la experiencia con el cine, un programa de la Secretaría de Cultura: bajaron el precio de la entrada por unos días y pasaron de 40 mil espectadores a 600 mil y ganaron plata; Es decir hay que movilizar esas potencialidades que están guardadas.”

 

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