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Por Romina Calderaro
 Curiosa teoría la de
Nicolás Gallo para explicar que no se va a implementar el Plan
Social “revolucionario” que Patricia Bullrich anunció
antes de renunciar. “A veces se comete el error de vender cuestiones
que quedan muy bien y atrapan los aplausos y los elogios, pero que luego,
al no poderse poner en marcha, empiezan las críticas, que caen
sobre el Presidente. El Plan que anunció Bullrich es una expresión
de deseos que se presentó a la sociedad como rápidamente
implementable y ahora hay que revisarlo”, dijo el secretario general
de la Presidencia. Como si alguien hubiese obligado a Fernando de la Rúa
a estampar su firma en el decreto que creó el ministerio de Seguridad
Social o como si un doble del jefe de Estado y no él le hubiese
tomado juramento a la ex ministra en ese puesto.
Patricia Bullrich asumió el frente del ministerio de Seguridad
Social el 29 de octubre y renunció el 13 de noviembre. “El
Presidente la quería sacar de Trabajo, pero no quería que
renunciara. Entonces creó el ministerio para buscarle un lugar
más que para llevar adelante el plan”, dijo a este diario
una fuente vinculada al gabinete social. El proyecto de Bullrich eliminaba
todas las asignaciones familiares a las personas que cobraran más
de mil pesos de sueldo, y a cambio instauraba un sistema universal para
otorgar a todos los jefes y jefas de familia con ingresos totales inferiores
a mil pesos o desocupados, una asignación de 30 pesos por hijo
menor de 14 años, una mochila con útiles para los escolares
al inicio del ciclo lectivo, y una suma fija de cien pesos para jubilados
que no perciben pensiones.
Al principio, el plan pareció avanzar. El Presidente había
firmado un decreto eliminando las asignaciones familiares tal y como se
asignaban hasta ahora. Pero Bullrich renunció, intuyendo que De
la Rúa nunca disolvería el ministerio de Desarrollo Social,
una de las condiciones que ella puso para asumir. Ayer, el Gobierno comenzó
a reconocer públicamente que el plan está congelado. El
Presidente ya anunció que anulará el decreto que eliminaba
las asignaciones y dijo que a cambio enviará una nueva propuesta
al Congreso para que sea “aprobada por ley”. Gallo agregó
ayer que el plan tenía como objetivo “muy interesante”
la asistencia universal, pero “a través de mecanismos de transferencia
que pueden ser cuestionados porque sacan derechos de unos para dárselos
a los otros”. Entonces, razonó el funcionario, “cualquier
abogado laboralista” podría cuestionar el plan.
“A veces, en el ejercicio interactivo con los medios, los funcionarios
cometen el error de vender cuestiones que quedan muy bien, atrapan los
aplausos y los elogios, pero que luego, al no poderse poner en marcha
empiezan las críticas que recaen sobre el Presidente”, dijo
Gallo en aparente alusión a Bullrich. Lo que omite el ingeniero
es que De la Rúa no sólo le tomó juramento a la ministra
al frente del ministerio de Seguridad Social, sino que firmó el
decreto de creación de esa cartera. Ese ministerio, junto con el
de Cultura, Turismo y Deportes que conduce Hernán Lombardi, fue
presentado por el Presidente como una repuesta a la derrota electoral
del 14 de octubre.
Mientras tanto, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Sartor, sigue
trabajando seguro de que su cartera no se disolverá. Ayer se reunió
con el párroco de La Quiaca, Jesús Olmedo, a quien le entregó
un subsidio de 4000 pesos destinado a dos comedores de niños para
los próximos dos meses. El ministro de Trabajo Gabriel Dumón
tiene a su cargo desde la renuncia de Bullrich las pensiones no contributivas,
la secretaría de la Tercera Edad y Acción social. Pero desde
que se fue “la Piba”, el ministro de Seguridad Social brilla
por su ausencia. “Y yo creo que no van a nombrar a nadie” dijo
a este diario un hombre del entorno del Presidente.
PIDEN
QUE SE GARANTICEN LOS PLANES TRABAJAR
Piquete sin fecha de cierre
Los desocupados de La Matanza,
que hoy entran en su quinto día de protesta, ratificaron que mantendrán
el corte sobre la Ruta 3 hasta tanto el Gobierno firme un compromiso de
continuidad de los planes Trabajar para todo el país. El acuerdo
podría llegar en breve. Ayer el secretario de Empleo, Enrique Martínez,
estuvo en el piquete; se llevó un listado de los reclamos y comprometió
dar una respuesta en los próximos días.
Los piqueteros están acampando frente al hospital Paroissien desde
el lunes y sólo permiten el paso de colectivos con trabajadores
durante dos horas a la mañana y otras dos a la tarde. La visita
de Martínez sirvió para distender el clima; “es la
primera vez que un funcionario nacional se acerca para abrir el diálogo”,
dijeron sobre la ruta, donde el secretario fue despedido con aplausos.
En la reunión, Martínez aseguró que los planes no
van a desaparecer ni va a disminuir la cantidad de beneficiarios.
La Secretaría de Empleo impulsa un proyecto para redefinir el perfil
de los planes de asistencia, con el objetivo de que generen puestos de
trabajo genuinos. El mes que viene va a poner en marcha una serie de emprendimientos
piloto. En el paquete hay, por ejemplo, una fábrica de zapatillas
y huertas comunitarias. La idea es producir bienes que puedan ser comercializados
en el mercado que conforman los mismos desocupados, cuya característica
es el subabastecimiento. Parte de estos proyectos son propuestas que elevaron
los piqueteros, entre quienes hay un buen porcentaje de ex obreros con
capacitación técnica.
El miércoles el Ministerio de Trabajo ratificó ante dirigentes
del movimiento Aníbal Verón y de la línea de Raúl
Castells el mantenimiento de los planes Trabajar. En La Matanza, sin embargo,
quieren que se firme un compromiso a nivel nacional y que se resuelva
la situación de Emilio Alí, preso por encabezar un pedido
de comida a un supermercado.
Aun así, Luis D’Elía y Juan Carlos Alderete calificaron
la reunión con Martínez de “satisfactoria”. Tanto
en el piquete como en el Ministerio no se descartaba la posibilidad de
llegar a un acuerdo en las próximas horas. Durante la tarde de
ayer hubo conversaciones entre Trabajo y la gobernación bonaerense,
de las que se espera que surja una propuesta conjunta que destrabe la
situación.
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