Por Mónica
Gutiérrez
Desde
Córdoba
Cinco militares murieron ayer
cuando intentaban hacer detonar una bomba durante un ejercicio militar
cerca de las Salinas Grandes, en la provincia de Córdoba. El explosivo
había sido arrojado por un avión y al caer a tierra, en
el Polígono de Tiro de Serrezuela, no estalló. Cuando un
equipo se acercó para activarlo, explotó sin darles tiempo
a nada. Ninguno de los organismos oficiales que se encargan de las pericias
explicaron hasta anoche qué pudo haber pasado. Oficialmente se
calificó el hecho como una desgracia, pero fuentes
de la Fuerza Aérea lo adjudicaron a la falta de recursos que
cada vez se nota más en el trabajo diario, y admitieron que
faltó seguridad en las tareas que realizaban los militares.
En el pueblo, la explosión trajo a la memoria la tragedia de Río
Tercero, seis años atrás, mientras muchos vecinos temen
por la seguridad.
Serrezuela tiene apenas 1200 habitantes; muchos de ellos viven de las
Salinas Grandes, en el límite con La Rioja, y algunos trabajan
en el Polígono de la Fuerza Aérea, a 15 kilómetros
del centro del pueblo. La explosión fue terrible, se sintió
un estruendo y una especie de temblor, relató una mujer que
vive en la afueras. Años atrás, los vecinos estaban acostumbrados
a las maniobras militares: Hace tiempo que han disminuido las explosiones
y el ruido de aviones sobrevolando, comentan, como un claro signo
de la reducción del presupuesto de la que se quejan los integrantes
de la Fuerza.
Por eso sorprendieron ayer que los Pampa volvieran a escucharse y, poco
después de las once y media de la mañana, la fuerte detonación.
Una bomba FAS con 250 kilos de explosivo había sido arrojada durante
un ensayo denominado comprobación. Se trata de ejercicios
en los que los pilotos militares prueban la compatibilidad entre la bomba
y el avión que la debe tirar. En eso estaban ayer, cuando la FAS
250 fue soltada desde unos 200 metros. Este tipo de bomba se tira
con paracaídas, para darle tiempo al avión a evitar ser
alcanzado por las esquirlas, contó a este diario el jefe
de Prensa de la Fuerza Aérea, comodoro Jorge Reta.
El militar explicó que por seguridad, los 25 miembros del equipo
de tierra estaba ubicado a 3000 metros del lugar de la caída. Pero
la bomba cayó sin detonar. En esos casos, un equipo especial
debe hacerla explotar, explicó Reta.
Los cinco miembros de ese equipo partieron rumbo a la bomba presuntamente
desactivada. A los pocos minutos se escuchó la explosión
-contó Reta. Y como el tiempo pasaba y no volvían,
los que estaban más lejos fueron a ver. Ahí se dieron cuenta
de lo que había pasado. La bomba destruyó sus cuerpos
por completo. El capitán Eduardo Galetti, oriundo de Santa Fe,
era ingeniero aeronáutico, estaba a cargo del operativo y murió
a causa de la explosión, igual que los suboficiales Jorge Roberto
Sosa y Héctor Oscar Barrios. Los tres dependían del Area
Material de Río Cuarto, un organismo de la Fuerza Aérea.
En el trámite de detonación de los artefactos eran ayudados
por un cabo, Carlos Rocha, y por el suboficial del Ejército Francisco
Quevedo, quienes también fallecieron.
Oficialmente no se conoció la cantidad de heridos, pero se supo
que cinco personas, ninguna grave, fueron trasladadas al hospital de Cruz
del Eje. Ante los micrófonos, los jefes y colegas de los militares
lamentaron el accidente y solamente hablaron del valor humano de
las víctimas. Pero puertas adentro del Area Material, algunos
revelaron que hay sectores que están desmantelados.
Ese organismo es uno de los pocos de su tipo que sobrevive en manos de
la fuerza, mientras otros, como la ex Area Material Córdoba fueron
privatizados hace años. Según dijeron, a la parálisis
de la actividad se agregó la falta de insumos que cada vez
senota más en el trabajo diario y de elementos de seguridad,
lo que habría costado la vida de los cinco hombres.
Carlos Oyola, vocero del organismo, señaló que hace
muchos años que este centro viene haciendo estos operativos y jamás
ocurrió un accidente de este tipo. Las víctimas estaban
altamente capacitadas y hacían apoyo logístico a la Dirección
de Investigación y Desarrollo que depende de la Fuerza.
Personal de la Junta de Accidentes, de la policía provincial y
del Juzgado Federal 2 de Córdoba, a cargo de la causa, trabajaban
para determinar las causas de la explosión bajo un silencio absoluto,
mientras los pobladores buscaban respuestas que les permitieran saber
qué había pasado y les devolvieran la tranquilidad.
CARLOS
TEJEDOR PUEDE ANEGARSE POR UN MURO ROTO
El boquete que amenaza una ciudad
La sospechosa rotura de un muro
de contención, en las afueras de la ciudad de Carlos Tejedor, puso
ayer en vilo a toda la población de esa zona inundada del territorio
bonaerense. El agua comenzó a filtrarse y, si bien estaba lejos
todavía del casco urbano, amenazaba con anegar una estación
generadora de electricidad. Durante toda el día, miles de vecinos
trabajaron en la reparación de la muralla, sin lograr detener la
entrada del agua, por lo que tuvieron que pedir el auxilio de un helicóptero
del Ejército. Incluso, hubo que cortar a pico un tramo de la ruta
226, para que el agua escurriera y no hiciera tanta presión sobre
el muro averiado. Las autoridades locales sospechan que la brecha pudo
producirse en forma intencional.
Miles de pobladores marcharon a pie hasta la zona de la muralla, ubicada
a 2800 metros del casco urbano, llevando bolsas de tierra para tapar la
fisura. Intentamos usar máquinas retroexcavadoras, pero se
entierran, explicó el intendente Carlos Rivas, al argumentar
por qué el trabajo se hacía a mano. No fue necesario
decretar asueto, la misma gente se tomó asueto para ayudar en la
contención del agua, agregó el intendente.
El director de Vialidad del municipio, Horacio González, agregó
que la prioridad es evitar que el agua llegue a la estación
eléctrica de Eseba. Ayer al atardecer, el agua estaba a unos
500 metros de la usina.
Nadie supo explicar cómo se produjo la rotura, un agujero de 15
metros de ancho, en una muralla que fue construida hace 14 años
para proteger a la ciudad del agua que viene desde el norte. Tanto funcionarios
de la comuna como vecinos dijeron que, por sus características,
la perforación habría sido hecha en forma intencional.
Estamos trabajando todos; tenemos el helicóptero del Ejército,
que utilizamos para que traslade cascos de autos viejos, en los que cargamos
bolsas de tierra, porque si las ponemos solas, la fuerza del agua se las
lleva, relató González. El funcionario se mostró
confiado en que antes de la madrugada se podría cerrar
del todo la abertura.
La defensa averiada está a dos kilómetros de la ruta nacional
226 y a otro tanto del pueblo. La estación de Eseba, la empresa
eléctrica que suministra la energía a la ciudad, está
cubierta en todo su perímetro con bolsas de tierra y arena, ante
la posibilidad de que sea alcanzada por el agua. Como si fuera poco, el
Servicio Metereológico anunció para hoy más lluvias.
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