Si no nos das los 15 mil
pesos te vamos a poner el fierro de un homicidio debajo del asiento o
falopa en la guantera, y no salís más, escuchó
atemorizado el camionero Daniel Celesia, cuando se encontraba detenido
en una comisaría de Billinghurst, del partido de San Martín.
Para que no le quedaran dudas, fue torturado. Mientras era golpeado, un
misterioso llamado alertó a la fiscalía sobre el apriete.
Y seis policías de la seccional, incluido el comisario, terminaron
presos, acusados de detener sin pruebas a cuatro personas y amenazar y
torturar al camionero Celesia. Los bonaerenses están sospechados
de haber protagonizado otro hecho similar en perjuicio de dos jóvenes,
a quienes, tras golpearlos, les habrían exigido 500 pesos para
no detenerlos.
Todo empezó el pasado 8 al mediodía, cuando el camionero
se encontraba en el cruce de la Ruta 8 y la avenida Márquez pasando
electrodomésticos desde el camión de un amigo al suyo, con
la ayuda de dos peones. En ese momento, apareció un policía
de civil que advirtió sobre los movimientos a dos patrulleros de
la comisaría de Billinghurst. Una vez en el lugar, los efectivos
les exigieron los papeles de los vehículos y de la mercadería,
y, pese a que todo estaba en regla, llevaron a los cuatro hombres a la
seccional, situada en Márquez y San Guillermo.
A Celesia lo llevaron a un cuarto en el primer piso de la comisaría.
Allí, según el camionero, el suboficial mayor Oscar Enríquez,
en presencia del comisario Omar Contreras, lo amenazó y le exigió
la entrega de 15 mil pesos a cambio de que no se le inventara una causa.
Pero como el hombre le dijo que no tenía dinero, lo esposaron y
le dieron un boleto de compra-venta para que firmara la entrega de un
bien de su propiedad a nombre de un tercero. Después, subieron
el volumen de una radio y comenzaron a darle golpes en el estómago.
Pero cuando la situación se ponía cada vez más difícil
para el camionero, un llamado anónimo a la fiscalía 5ª
de San Martín complicó la estrategia de sus agresores. De
inmediato, un instructor judicial se presentó en el lugar. Para
su sorpresa, Celesia estaba esposado. Los policías no pudieron
quitarle las esposas porque habían perdido la llave. Con la intervención
judicial se demostró que la detención de los hombres había
sido ilegal, que no se le había dado intervención a la Justicia
y entonces se decretó la libertad de los choferes.
Luego de varios días de investigación, quedaron detenidos
a disposición del fiscal Iván Sendot bajo los cargos no
excarcelables de privación ilegal de la libertad, apremios
ilegales y falsedad ideológica, el oficial principal Luis
Díaz, el oficial subinspector Raúl Reguera, el oficial inspector
Arturo Calderón y el agente Omar Caporale, además del comisario
Contreras y el suboficial Enríquez.
Denuncia de adolescentes
Dos menores, ambos de 15 años, denunciaron ayer haber sido
torturados por policías bonaerenses en el partido de San
Isidro. Los dos adolescentes habían sido detenidos por uniformados
de una comisaría local, acusados de haber cometido un robo
en un galpón de la zona. Declararon ante la Justicia que
fueron interceptados cuando caminaban por la zona del Bajo San Isidro,
de regreso del río. Los uniformados los palparon de armas,
pero también los patearon, golpearon y les pasaron corriente
eléctrica por medio de un instrumento que definieron parecido
a una picana.
La denuncia fue realizada ante el juez de Menores de San Isidro,
Néstor Cámere, en presencia del asesor de menores
del distrito, Carlos Bigalli. Las declaraciones de los dos jóvenes
derivaron en la apertura de otra causa, a cargo de la fiscalía
6, que investigará la actuación policial.
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