Nadie
que siga con alguna atención el desenfrenado devenir de la economía
argentina espera que el supuesto diario económico Ambito Financiero
le ofrezca alguna información útil, que vaya más
allá de los intereses políticos o de negocios de sus propietarios
Julio Ramos y Carlos Avila, los dos íntimamente relacionados con
el entorno político y de negocios de Carlos Menem. Lo sorprendente
es que hasta el propio Ambito lo reconozca. Decidido a publicar por lo
menos una nota informada, cortó por lo seguro y ayer reprodujo
en sus páginas centrales, palabra por palabra, las 130 líneas
del panorama económico escrito el sábado pasado por Julio
Nudler en Página/12. En la nota se revelaban todos los detalles
del simulacro desarrollado en una universidad de Nueva York sobre el supuesto
default de un país imaginario, la República de Mañana,
curiosamente similar a la Argentina. “Zafarrancho de default”,
se titulaba el artículo en Página/12. “Afanamos dijo
Ramos”, se debería haber titulado el de Ambito que por lo
menos se dio un gusto: por fin apareció una nota informada, veraz
y bien escrita en sus páginas.
Nadie
que siga con alguna atención el desenfrenado devenir de la economía
argentina espera que el supuesto diario económico Ambito Financiero
le ofrezca alguna información útil, que vaya más
allá de los intereses políticos o de negocios de sus propietarios
Julio Ramos y Carlos Avila, los dos íntimamente relacionados con
el entorno político y de negocios de Carlos Menem. Lo sorprendente
es que hasta el propio Ambito lo reconozca. Decidido a publicar por lo
menos una nota informada, cortó por lo seguro y ayer reprodujo
en sus páginas centrales, palabra por palabra, las 130 líneas
del panorama económico escrito el sábado pasado por Julio
Nudler en Página/12. En la nota se revelaban todos los detalles
del simulacro desarrollado en una universidad de Nueva York sobre el supuesto
default de un país imaginario, la República de Mañana,
curiosamente similar a la Argentina. “Zafarrancho de default”,
se titulaba el artículo en Página/12. “Afanamos dijo
Ramos”, se debería haber titulado el de Ambito que por lo
menos se dio un gusto: por fin apareció una nota informada, veraz
y bien escrita en sus páginas.