Por Javier Lorca
Sobrevivió a la hiperinflación
alfonsinista y también a diez años de menemismo. Pero la
hegemonía de Franja Morada en la universidad más grande
del país la Universidad de Buenos Aires no pudo superar
los primeros dos años del gobierno de Fernando de la Rúa.
Las elecciones estudiantiles de la UBA, que concluyeron el viernes, dibujan
una caída brutal del caudal de votos morados: de controlar nueve
de los 13 centros de estudiantes en 1999 cuando asumía la
Alianza en el país, la agrupación radical pasó
a tener hoy sólo cuatro centros. Para peor, a menos que la oposición
no logre cerrar un frente común, Franja perderá este año
la presidencia de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA),
un espacio que ocupa desde la restauración democrática en
1983. Eso sin contar que justo cuando se acerca la elección
del rector que sucederá al prolongado Oscar Shuberoff ya
no tendrá la mayoría del claustro de alumnos en el cogobierno
de la UBA. De la Rúa lo hizo, podría ufanarse
una virtual campaña que difundiera los méritos de la gestión
presidencial, a semejanza del slogan con el que se despidió el
antecesor Carlos Saúl.
La pérdida de nuestra fuerza electoral tiene que ver con
muchos factores, analizó el actual presidente de la FUBA,
Oscar Zoppi (Franja). La crisis del Gobierno es uno de los elementos
que más repercutió. En el 99, la Alianza representaba
una gran expectativa de cambio. Pero hoy la situación social sigue
siendo muy complicada. Además, el hecho de ser parte del cogobierno
de la universidad hace que los estudiantes nos vinculen mucho con los
políticos. Y, como quedó claro en las elecciones nacionales
del 14 de octubre, hay una pelea muy fuerte entre la gente y la clase
política. En la universidad, Franja es casi la única agrupación
que reconoce su vinculación con un partido político.
Cuando De la Rúa llegó al Gobierno, Franja Morada, aliada
con las diversas agrupaciones del Frepaso universitario, acababa de ganar
holgadamente las elecciones en las facultades de Derecho (con el 51 por
ciento de los votos), Medicina (49 por ciento), Arquitectura (50 por ciento),
Farmacia (85 por ciento), Psicología (67 por ciento), Odontología
(88 por ciento) y Ciencias Económicas (40 por ciento). También
había triunfado, pero con más dificultad, en Veterinarias,
Ciencias Sociales y Filosofía y Letras. En todas esas unidades
académicas, Franja tenía la mayoría de los consejeros
estudiantiles en el cogobierno y, además, en todas, excepto en
la última facultad, presidía los centros de estudiantes.
Las agrupaciones opositoras independientes y de izquierda
eran mayoría en Ingeniería, Ciencias Exactas y Agronomía.
Encabezaban también el centro estudiantil de Filosofía y
Letras.
El año pasado hubo un preaviso de lo que se venía. Entonces,
se votó para renovar la conducción de los centros de estudiantes,
por lo que la elección era optativa (es obligatoria cuando, como
en 1999 y como este mismo año, se eligen representantes para los
consejos directivos de las facultades). A fines del 2000, la Franja, todavía
en Alianza, volvió a perder en las facultades donde ya conducía
la oposición y sumó dos derrotas más: Sociales y
Veterinarias.
Pero la debacle empezó en setiembre pasado. En Ciencias Económicas,
la lista independiente TNT dio la primera sorpresa. Recibió el
36 por ciento de los sufragios, mientras Franja, en Alianza, caía
con el 35 por ciento. Y luego siguieron las derrotas. En Arquitectura
ganó un frente de izquierda, encabezado por la lista maoísta
CEPA, y la agrupación radical sólo alcanzó el 30
por ciento. Otro frente, esta vez con el PO en la cima, se impuso en Psicología,
con el 29 por ciento de los votos, frente al 21 de Franja. Los estudiantes
morados volvieron a perder en las facultades ya opositoras y solamente
conservaron Derecho, Medicina, Odontología y Farmacia. Aún
allí se sintió la baja. En Derecho, por ejemplo, cosecharon
el 23 por ciento de los votos, treinta puntos menos que dos años
antes.
Para el presidente de la FUBA, hay un aliciente para las derrotas: La
caída no es tan abrupta si se tiene en cuenta que en las elecciones
de los últimos años nos presentamos en Alianza y, este año,
lo hicimos solos en casi todas las facultades.
En este escenario, salvo que se juegue a alguna maniobra como no dar quórum,
Franja tiene casi perdida la presidencia de la FUBA, que ostenta desde
1983. Todo depende de qué actitud asumirán las diferentes
agrupaciones opositoras: las de izquierda (CEPA, PO, MST y Venceremos,
principalmente) y las independientes (TNT, SLM!, NBI, FANA y EVET). Si
se alían, están en sobradas condiciones de comandar la federación.
La otra clave es si Franja contará o no con alguna agrupación
aliada entre las que se desmembraron del Frepaso. En ese sentido, habrá
que ver qué actitud asumen el MNR y el Frente Grande. Estas incógnitas
se cerrarán en diciembre, cuando debería sesionar el congreso
de la FUBA.
Lo que sí está definido es que el brazo universitario de
la UCR no tendrá el peso que supo tener en la próxima elección
del rector de la UBA. Hace dos años, Franja Morada (en Alianza)
contaba con 36 consejeros directivos sobre un total de 52. Pero, cuando
en marzo que viene los consejeros de todas las facultades se reúnan
en una asamblea universitaria para elegir al sucesor del radical Shuberoff,
Franja tendrá exactamente la mitad de representantes: 18 consejeros.
Ahora están
pagando
Los estudiantes opositores analizan la debacle de Franja Morada:
Franja está
pagando la falta de coherencia en política educativa del
Gobierno. No se hizo nada de lo prometido durante la campaña,
sino todo lo contrario: se recortó el presupuesto y ahora
quieren sacar el incentivo docente. Y Franja, sobre todo en Buenos
Aires, no tuvo la actitud combativa que había tenido frente
a políticas muy parecidas del menemismo dijo Raúl
Sánchez, secretario general del Movimiento Nacional Reformista
(MNR), que integró la Alianza. También sufrió
un desgaste muy fuerte después de tantos años de conducción.
El estudiantado
de la UBA y otras universidades se posicionó como opositor
al Gobierno y, por eso, repudió a Franja Morada. También
influyó mucho el escándalo de los militantes de Franja
que cobraban Planes Trabajar (N de la R: se trataba de Planes Nuevos
Roles Laborales, del Gobierno porteño). La corrupción
no fue sólo del menemismo y los estudiantes asociaron ese
escándalo con el del Senado, apuntó Guillermo
Caporaletti, de la Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista
(CEPA), en la Facultad de Ingeniería.
La caída
de Franja es la señal de que la política universitaria
de la UCR está agotada. Ya sea por su forma como por su contenido.
Y esto está estrechamente vinculado con la política
aplicada en la UBA por el shuberoffismo opinó Eduardo
De Pedro, de la agrupación independiente NBI, de la Facultad
de Derecho. Con la llegada de la UCR al Gobierno se blanquearon
los propósitos de Franja, que desde el 89 se había
intentado disfrazar de opositora.
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