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D�ale alegría al gol
El pibe Andrés D�Alessandro, �proclamado� por Maradona
 como el mejor del mundo,es un homenaje al candor.


Yamile Pederna y D�Alessandro.


Hizo dos goles, fabricó uno más �el de Cardetti�, y se fue aplaudido. Andrés D�Alessandro fue la figura de la victoria ante Chacarita. 

Por Guillermo Blanco

Según algunos, podría integrar el elenco de �Agrandadytos�. Gente apuntando al cielo para bajar la primera paloma que intente volar, hay en todas partes. Aunque tienen sus razones para apelar a la ironía si sobre el pibe Andrés Nicolás D�Alessandro (15/4/81) se conversa. Y más aún luego de la bendición de plomo que le dio Maradona durante su desprolija conferencia del martes 6, al beatificarlo desde su atrio como el mayor exponente del fútbol mundial.
Luego de debutar en mayo del �99 durante el segundo tiempo del partido que River perdió 2-1 con Unión (ya venía herido tras el reciente 0-3 ante Boca por los cuartos de final de la Copa Libertadores), no se entendió con el profesor Flavio Pérez. Cosas que pasan, como decía José Larralde. Negarse a llevar una bolsa con pelotas, el pedido del profe, el aparente fastidio y un tiempo de ostracismo reflejado en una flaca estadística de 5 partidos hasta el fin de la temporada.
Y no es que en las inferiores hubiera actuado demasiado. Tras pasar por los clubes Parque y Racing de Villa del Parque, su estatura hizo que Delem lo pusiera con cuentagotas para protegerlo, y eso no encajaba con la incipiente personalidad del pibe que quería más. 
Como si esto fuera poco, al decir en su breve exposición de un vendedor en el subte, su padre solía hacer de stopper ante los dirigentes, con todo lo molesto que eso significa. Por entonces se habló de libertad por aquello de la patria potestad, y hasta hubo una prueba en el West Ham, luego de que los ingleses intuyeran sus dotes al mostrarse durante una gira con un seleccionado juvenil. Y hubo hasta una interna dirigencial que lo usó como pretexto para sus intereses. Protegido por uno de esos dirigentes, el pibe debió �atravesar� duros momentos porque otro directivo, con más poder, presionaba para que no tuviera acceso al plantel dirigido por la dupla Gallego-Patricio Hernández.
Al final de su ciclo, la conducción lo utilizó con el Cruz Azul por la Copa Libertadores, fue convocado para el Mundial juvenil Sub-20 de última, tras una lesión de Livio Prieto, y Bielsa lo llevó con la Selección mayor que empató frente al Espanyol de Brindisi en Barcelona. No jugó, sólo se trataba de darle media hora más de horno.
Es lógico que el pibe haya madurado. Y así como algunos pudieron llamarlo �agrandadito�, al menos tres anécdotas echan por tierra con cualquier ironía adversa y lo revelan como un respetuoso referente de las nuevas generaciones futbolísticas, en tiempos en que los ideólogos de la globalización occidental tratan de que se siga perdiendo la identidad en todos los frentes. Por eso es necesario que esto se sepa.
El chico D�Alessandro toma un café en el bar Donney, de la avenida Del Libertador al 2400, cuando advierte la presencia de Alfio Basile. Se anima, se para y va hacia él para presentarse, decirle que lo respeta y sin especular con el qué dirán en River si alguien se entera, le habla de la actualidad de Racing, club del que �todavía� es hincha (con comillas porque uno no puede dejar de pensar que alguna vez Maradona se pasó de Independiente a Boca). Primera muestra de candor.
Cuando finaliza el primer gran homenaje al fútbol juvenil que realizó la escuela Deportea el lunes 5, un chico pide la palabra desde su ubicación en la platea. Baja al escenario, enfrenta el micrófono y se refiere con palabras sentidas (sin jueguitos oratorios, porque no los tiene) a su maestro de infantiles, don Adolfo Pedernera. Agradece, mira hacia su derecha y le da un gran abrazo a la emocionada Yamile, esposa del legendario futbolista argentino que llora emocionada. Segunda muestra de candor.
Esa misma noche, al salir de la sala Pablo Picasso del Complejo La Plaza, el mismo chico de pelito corto, remerita blanca y pantalón sport oscuro busca la espigada figura de César Menotti, quien un rato antes recibió un reconocimiento junto al juvenil campeón mundial �79. Pero el Flaco ya estaba cenando en un restaurant cercano. D�Alessandro se entera,cruza la calle, se acerca a su mesa y le dice que quería conocerlo, que su padre y Ramón Díaz le habían hablado bastante de él, y que un rato antes le habían llegado sus palabras cuando en el homenaje habló de respetar la identidad y el estilo de juego del futbolista argentino. Tercera muestra de candor.
No hay como el tiempo para despejar dudas. Acaso D�Alessandro llegue a demostrar que, como opinó Maradona, es el mejor del mundo. Acaso no alcance a ser un dios pagano y sí un referente de aquellos que siguen luchando para que, en el diccionario del fútbol, la palabra juego siga prevaleciendo sobre otras como fideicomiso, especulación, gerenciamiento, sociedad anónima... 

 

 

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