Por Juan José Panno
En Malvin, en la esquina de la casa de Eduardo Galeano, hay un cartel como esos de �despacio, escuela� que tiene dibujado un pibe jugando a la pelota, para avisarles a los automovilistas de quién es la prioridad. No hace falta que el cartel diga �despacio, botijas jugando al fúbol�; todos entienden de qué se trata. Un país que tiene semejante respeto por el fútbol no podía quedarse afuera de un Mundial y mucho menos si el último pasaporte lo tenía que discutir con los australianos, que tienen menos historia con el fútbol que los talibanes con el feminismo.
Uruguay entró como tenía que entrar: fue el último clasificado de los 32 entre 198 países y aseguró la entrada en el último minuto, del último partido de los 788 que se disputaron por las eliminatorias. Con tanta tradición de sufrimiento, con tanta gesta heroica sobre las espaldas y con un equipo limitado como el que tiene, no podía ser de otra manera: llegó de última.
El 3 a 0 final da una idea falsa y le puede hacer suponer a quien no vio el partido, o desconocía los datos de la reglamentación, que la cosa fue fácil. Nada de eso. En el partido de ida, disputado el martes último en Melbourne, Australia había ganado 1 a 0, lo que obligaba a los uruguayos a ganar por dos goles de diferencia en la revancha. Hay una canción de Jorge Lazaroff que se llama �Pelota al medio� y que dice: �Vamos perdiendo/ eso nos pasa por ser giles/ por salir a buscar empates/ no se puede creer�. Parecía escrita a propósito de la forma en que se había encarado al primer partido. Uruguay empezó a remontar el barrilete con la gente. �La murga es un viento de voces que te empuja hacia adelante�, cantaba Falta y Resto en la retirada del �82. Y empujados hacia adelante, a los 10 minutos de juego, con una corajeada de Darío Silva, los celestes se pusieron 1 a 0. El 2 a 0 llegó a los 24m del segundo tiempo con un cabezazo de Richard Morales, en el peor momento, cuando los australianos bombardeaban el arco de Carini.
Lo hizo Morales, pero lo ayudaron Artigas, Mario Benedetti, Julio Sosa, Juan, el flaco �que es albañil�, el Canario Luna, las chicas que nacieron en el �50 y se llaman Victoria Celeste, la Tota, Don Alfredo, Catusa Silva, los futuros murguistas, los 33 Orientales, China Zorrilla y el Chueco Maciel (Gardel no, porque era francés). Nadie festejaba todavía la clasificación porque el tal Kewell, el diez de Australia, el único jugador de verdad, hacía desparramos, metía centros de muerte sobre el área celeste y provocaba infartos masivos entre los 63 mil hinchas que colmaron como nunca el Centenario.
Como muestra, este dato: Viduka, que no se sabe si juega de tercera línea en los Wallabies o de centrodelantero, cabeceó una pelota en el área chica, sin ningún rival que lo molestara, con Carini fuera de foco y la pelota se levantó increíblemente y se fue afuera, cuando faltaba un puñadito de minutos. Si esa pelota entraba, el 2 a 1 clasificaba a los australianos porque los goles de visitante valen doble. Uruguay se quedaba sin Mundial por tercera vez consecutiva; la feria de los domingos pasaba a ser la de Tristón Narvaja, el reloj del Mercado del Puerto se detenía por un tiempo largo y sobre el Parque Rodó sólo rodarían cabezas de dirigentes.
Pero esa pelota no entró. Y mientras algunos jugadores pedían desesperadamente la hora, Alvaro Recoba fue poseído por los espíritus de Francescoli, Schiaffino, Rubén Sosa, el pardo Abbadie, el colorado Ambrois, Cococho Alvarez y Obdulio Varela, y empezó a gambetear entre dos koalas de verde hasta que le puso la pelota a Morales (Richard Morales o tal vez Franklin Morales, Víctor Hugo Morales, Campeones Morales) y quedó sellado el 3 a 0. Cuando la pelota llegó a la red se escuchó desde Artigas a Maldonado un ruido sordo, seco, impresionante. No se sabe bien si fue el grito de gol o fue el estallido de los termos que se cayeron simultáneamente al piso cuando los tipos uruguayos levantaron los brazos en el festejo final. Cualquier yorugua que se precie se tomará un vasitode medio y medio y gritará, como corresponde: �U-ru-guay, que no ni no�. Y del otro lado del charco habrá que responder: �Vamos, todavía�.
Exagerado
El 3-0 sugiere una diferencia que en realidad nunca existió en el campo de juego. Uruguay, cuando puso la pelota en el piso, fue más que Australia, pero nunca en la relación que marca el resultado final.
Los celestes fueron superiores en varios pasajes del primer tiempo y mostraron peligrosidad con Darío Silva, autor del primer gol, pero se fueron quedando en el segundo período y permitieron la reacción de los australianos, comandados por Kewell, su mejor jugador.
Cuando el partido tomaba un rumbo incierto, Morales se adueñó de la escena. Primero clavó el 2-0 con un cabezazo y después el tiro de gracia, en una buena jugada de Recoba.
El arquero Carini fue una muralla contra la que chocaron los atléticos y tenaces australianos. |
Estadio: Centenario (Montevideo).
Arbitro: Ali Bujsaim (Emiratos Arabes Unidos). Goles: 15m, Silva (U); 70m y 89m, Morales (U).
Cambios: 65m, Morales por Magallanes (U); 72m, Agostino por Muscat (A); 74m, De los Santos por Regueiro (U); 80m, Aloisi por Murphy (A); 81m, Sorondo por Silva (U). |
DARIO SILVA, UNO DE LOS ESTANDARTES
�Nacimos para sufrir�
El festejo del heroe del centenario,
Richard Morales. |
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Darío Silva, jugador del Málaga de España y autor del primer gol en la victoria 3-0 de Uruguay ante Australia, afirmó que la clasificación al Mundial 2002 tiene un sabor especial si se logra con tanto sacrificio. �Hemos sufrido mucho durante casi dos años. Parece que los uruguayos nacimos para sufrir�, dijo sintetizando el sentimiento de 3 millones de compatriotas y agregó: �Cuando se lucha tanto para lograr el objetivo, el sabor y la satisfacción que se tiene es mucho mayor�.
Silva, quien con cinco goles fue el máximo goleador de la selección uruguaya en las eliminatorias, dedicó la victoria a su esposa e hija, quienes en España sufrieron un accidente de tránsito del que se recuperan bien. También dedicó el triunfo a su representante Francisco �Paco� Casal, porque, según dijo, �bancó a la selección a muerte�.
El goleador sufrió una luxación de hombro izquierdo el pasado 14 de noviembre en el partido que Uruguay igualó 1-1 con Argentina por lo que no pudo jugar en el encuentro de ida con Australia. Pese a que el cuerpo médico de la selección uruguaya lo descartó para los dos partidos, el futbolista tuvo una muy buena evolución de la lesión y manifestó su voluntad de jugar el encuentro revancha, lo que causó preocupación en su club frente a la posibilidad de que no estuviera totalmente recuperado. Por su parte, el mediocampista del Inter de Italia y del seleccionado uruguayo, Alvaro Recoba, dedicó la clasificación para el Mundial 2002 a la familia de su compañero Darío Silva. Asimismo, el ex volante de Nacional de Uruguay destacó que pese a que su seleccionado terminó en la quinta posición en las eliminatorias sudamericanas, por detrás de Argentina, Ecuador, Paraguay y Brasil, fue el conjunto que vendió más entradas en los partidos jugados como local.
Ya están los 32 equipos
Uruguay completó el listado de 32 participantes del Mundial de fútbol 2002, que se jugará entre el 31 de mayo y el 30 de junio del año próximo. Habrá cuatro debutantes en la fase final (Ecuador, Eslovenia, China y Senegal), cuyo sorteo se realizará el próximo sábado. Esta es la lista completa de los clasificados:
l Organizadores: Japón, Corea del Sur.
l Campeón del Mundo: Francia.
l Clasificados por Africa: Senegal, Túnez, Sudáfrica, Camerún, Nigeria.
l Clasificados por Asia: China, Arabia Saudita.
l Clasificados por Sudamérica: Argentina, Paraguay, Ecuador, Brasil, Uruguay.
l Clasificados por la Concacaf: Costa Rica, Estados Unidos, México.
l Clasificados por Europa: Alemania, Bélgica, Dinamarca, Croacia, Eslovenia, España, Inglaterra, Italia, Polonia, Portugal, Rusia, Suecia, Turquía, Irlanda. |
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