El argentino José Cibelli (izquierda), vicepresidente de Investigación de la empresa ACT, y Michael West, presidente de la compañía (der.).
Por Eduardo Videla
Desde el nacimiento de Dolly, se supo que llegar a la clonación humana era sólo cuestión de tiempo. Este momento llegó ayer, cuando la empresa estadounidense Advanced Cell Technology (ACT), especializada en biotecnología, anunció que ha clonado embriones humanos con fines terapéuticos. La compañía enfatizó que la experiencia no apunta a crear seres humanos clonados sino a obtener células madre que ayuden a curar enfermedades como la diabetes o el mal de Parkinson, entre otras. Pero esa aclaración no logró calmar a los sectores conservadores que se oponen a estas investigaciones: tanto el presidente George W. Bush como el Vaticano expresaron su rechazo al anuncio. Uno de los responsables de la experiencia es el argentino José Cibelli, vicepresidente de Investigaciones de ACT. En diálogo con
Página/12, Cibelli salió al cruce de los cuestionamientos: �Tenemos una gran presión de las personas que están enfermas y esperan una terapia para sus dolencias�. De acuerdo con el ritmo de las investigaciones, estimó, �habrá que esperar dos o tres años para hacer los primeros implantes de células en pacientes�.
La novedad se conoció ayer, al ser publicada en la revista especializada Journal of Regenerative Medicine. Inmediatamente, la empresa ACT se apresuró a dar cuenta de la noticia en su página web, www.advancedcell.com. �El comité de ética de la empresa nos exige que reportemos inmediatamente los avances a medida que se conocen�, argumentó Cibelli.
El especialista argentino tiene 38 años, se recibió en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de La Plata en 1989 y vive en los Estados Unidos desde 1994. Según explicó a este diario, las experiencias que derivaron en la obtención del primer embrión humano clonado comenzaron en enero de este año. �Tenemos un importante grupo de donantes de óvulos para este tipo de experiencias, más importante aún que para fertilización. Y también tenemos muchos pacientes con afecciones serias, como pacientes diabéticos, con enfermedad de Alzheimer, mal de Parkinson o afecciones en la médula espinal, interesados en estas experiencias�, detalló.
El procedimiento, según precisó, consiste en obtener óvulos �de mujeres que han sido supraovuladas, de la misma manera que se hace para la fertilización in vitro. Lo llevamos al laboratorio y allí, mediante técnicas muy complejas, se remueve el núcleo del óvulo y se le implantan los cromosomas del paciente, de manera que el embrión resultante tiene su mismo material genético�.
De ese embrión se obtendrán las células madre que, al ser cultivadas, son capaces de especializarse y generar cualquier tipo de tejido del cuerpo humano. Esto las convierte en agentes potenciales para la terapia celular, en el tratamiento de las enfermedades mencionadas. Con la clonación, lo que se evita es la posibilidad de rechazo: al tener las células madre el código genético del paciente (donante y receptor a la vez) los nuevos tejidos serán compatibles y el sistema inmunológico los reconocerá como propios.
Los primeros resultados exitosos, dijo Cibelli, se obtuvieron en octubre. Se logró entonces concebir un embrión que vivió apenas tres días y luego detuvo su desarrollo. �El embrión debe llegar por lo menos a los cinco días para poder sacar células madres aptas�, dijo el investigador. Después de esto, viene un período de cultivo, de seis o siete meses, para que las células madre se diferencien y se obtengan las células necesarias para implantar. Por eso, dice Cibelli, se estima que aún faltan dos o tres años para poder hacer las primeras experiencias de terapia celular con tejidos clonados.
¿Cómo se especializan las células madre? �Los protocolos para diferenciaciones celulares se están desarrollando ahora en distintos laboratorios. Hemos logrado neuronas de células madre no clonadas (obtenidas de embriones descartados) con una pureza del 50 por ciento.Pero para poder hacer un implante necesitamos células con un 100 por ciento de pureza�, afirmó Cibelli.
Las reacciones ante semejante anuncio no se hicieron esperar. La Casa Blanca ratificó la oposición �total� del presidente Bush a la clonación humana. �El presidente ha dejado claro en un 100 por ciento que se opone a cualquier tipo de clonación humana�, dijo la portavoz, Jennifer Millerwise. También el Vaticano hizo conocer su rechazo y exigió la prohibición de cualquier tipo de práctica relacionada con esta técnica al afirmar que se trata de �un acto maligno�, según la expresión del representante de la Santa Sede ante la ONU, el arzobispo Renato Martino.
El avance anunciado por la empresa ACT es más un reto a la legislación estadounidense que a las dificultades de la tecnología. Sus investigadores han dado este paso en un momento en el que en EE.UU. existe un vacío legal respecto a la clonación de embriones, ya que su prohibición por parte del Congreso quedó frenada tras los atentados del 11 de setiembre y recién será tratada por el Senado en febrero.
ACT es una pequeña empresa con sede en Worcester (Massachusetts). Su presidente, Michael West, rechazó la posibilidad de que sus experimentos lleven a la clonación completa de un ser vivo. Sin embargo, numerosos científicos contrarios a la clonación humana afirman que esos nuevos embriones, si se implantan en el útero de una mujer, pueden llevar a término la creación de un ser humano. La preocupación en este campo se hizo patente cuando el andrólogo italiano Severino Antinori anunció su intención de crear por este mismo procedimiento un ser humano completo (ver nota aparte). La preocupación por estas experiencias radican en que aún no se conocen los efectos genéticos puede tener en los clones que resulten.
DEBATE ENTRE CIENTIFICOS, POLITICOS Y RELIGIOSOS
La polémica empezó con Dolly
La discusión sobre las derivaciones de la clonación de células embrionarias se agudizó en agosto. Un grupo de investigadores desafió a la comunidad científica mundial con una provocación: presentó en Estados Unidos proyectos a favor de la clonación humana. El grupo liderado por Severino Antinori, un ginecólogo italiano, y por Panayiotis Zavos, un norteamericano, provocó un revuelo entre los científicos. Hasta ahora buena parte del mundo académico se opone a esa línea de investigación. Pero no son los únicos: varios gobiernos se pronunciado en contra. Quienes llevan la oposición más dura son la Iglesia Católica y el gobierno de Estados Unidos, que recientemente se ha opuesto explícitamente no sólo esa opción sino también las investigaciones en el campo terapéutico.
La Cámara de Representantes de Estados Unidos prohibió en agosto la clonación humana, tanto para reproducción como con fines terapéuticos. La sanción aún no está firme porque falta la aprobación del Senado. Aún así la postura tomada por los diputados fue leída como una tragedia entre los científicos de todo el mundo. La media sanción era una clara victoria del presidente George W. Bush, uno de los opositores más fuertes a estas investigaciones.
Pocos días después algo empezaba a cambiar. Bush discutió el tema con representantes de la Iglesia Católica y con algunos expertos y optó por un cambio cauto de posición. El 10 de agosto, el mandatario destinó fondos por 250 millones de dólares para investigaciones sobre células embrionarias. Pero impuso una restricción: los estudios para producir células madres sólo podían hacerse con embriones descartados en las clínicas. Esta decisión fue el resultado de una serie de negociaciones con los sectores conservadores y de la Iglesia que ven en el campo de la manipulación genética una amenaza asociada a prácticas abortivas.
En otros países la situación es distinta. En Israel, este tipo de investigaciones están aprobadas y un grupo de científicos ya ha logrado convertir células embrionarias en pancreáticas, capaces de producir insulina. En Gran Bretaña las condiciones son similares. El gobierno autorizó la clonación de embriones humanos para fines científicos. Esta decisión, que aún no fue confirmada por el Parlamento, prohíbe la clonación reproductiva.
Las potencialidades de este campo, a veces cercanas a la ciencia ficción, comenzaron �aunque nadie ya lo recuerda� en 1952. En ese momento, un grupo de científicos estadounidenses que experimentaba con anfibios, creaba las primeras ranas clonadas. Sus óvulos eran grandes, fáciles de obtener y de manipular. Pasaron cuarenta años, antes de que este proceso consiguiera mejores resultados. Eso ocurrió en febrero del �97, cuando llegó la oveja Dolly. Era el primer mamífero clonado, obtenido por el equipo dirigido por Ian Wilmut, en Escocia. Desde entonces, no se dejó de pensar en la clonación humana.
LA OPINION DE UN ESPECIALISTA EN ARGENTINA
�Es una experiencia muy beneficiosa�
Por E. V.
�Si la clonación es para producir células de cultivo en laboratorio, me parece muy importante, muy beneficioso. Estoy a favor de que esto se logre�, dijo a
Página/12 el biólogo molecular Alberto Kornblihtt, al ser consultado por el significado del anuncio.
Según el especialista, profesor titular en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, �un experimento de clonación de células embrionarias es importante porque estas células tienen una alta capacidad de diferenciación: pueden desarrollarse como tejidos pancreáticos, nerviosos, linfáticos, etc, y reemplazar a los tejidos enfermos. Con la ventaja de que si las células madre adquieren por trasplante nuclear la información genética del mismo individuo que va a recibir el implante, con lo cual se pueden evitar rechazos que sí se producirían con el implante de tejidos provenientes de otro organismo�. Según explicó, en el caso de la clonación �existirá una absoluta compatibilidad de los tejidos a implantar y no habría problemas de rechazos. De todas formas, aún faltan dar muchos pasos para poder realizar estos implantes�.
�Las células madre, originadas a partir de embriones humanos pueden en principio diferenciarse para formar distintos órganos. De acuerdo a los estímulos que se les dé en el laboratorio, se altera el programa normal de desarrollo del embrión. Todavía no se han logrado órganos completos pero sí diferenciación en tipos celulares específicos, que podrían ser reimplantados�, agregó el especialista.
�La Sociedad de Biología Celular de los Estados Unidos �dice Kornblihtt� ha hecho mucho lobby para lograr que se permita continuar y profundizar este tipo de experimentación, en contra de los sectores conservadores, más ligados a la religión, que se oponen a este tipo de experiencias�.
El especialista se mostró contrario a la clonación de seres humanos completos. �Primero, porque no hay ninguna necesidad de hacerlo y segundo, porque puede dar lugar a malformaciones o a provocar problemas genéticos que se desconocen en el nuevo individuo. De todas formas, si alguna vez se logra, no serviría para crear individuos idénticos a aquel que aportó el material genético, porque la personalidad del nuevo individuo dependerá del medio cultural en que sea criado y educado, así como los gemelos tampoco son personas iguales entre sí�, concluyó.
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