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CECILIA BRASLAVSKY, EDUCADORA ARGENTINA EN LA UNESCO
�Las escuelas deben ser permeables, no carcelarias�

Doctorada en la Universidad Karl Marx de Alemania Oriental, ex miembro del gobierno menemista, hace quince meses se postuló y fue elegida directora de la Oficina Internacional de Educación de la Unesco. Recorriendo el mundo, descubrió que educar es un fenómeno mucho más diverso de lo que cree, que no tiene recetas fijas y cumple roles cambiantes.

 Por Nora Veiras

--Después de quince meses en la Unesco, ¿cómo evalúa el contraste entre lo que pensaba que se iba a encontrar y lo que se encontró en cuanto al estado de la educación en los distintos países?

  --Pensé que me iba a encontrar con lo que me encontré: con un mundo muy diverso, en el que hay por lo menos siete tipos de situaciones muy diferentes. Por un lado, un vacío educativo que continúa siendo muy importante en países como Nigeria, donde el 70 por ciento de los chicos y el 85 por ciento de las nenas no van a la escuela. Por otro lado una situación de desintegración de los sistemas educativos en algunos países de Europa del este, donde hubo un sistema integrador, moderno, homogéneo, poco promotor de la creatividad, pero que cumplió funciones sumamente importantes. Sistemas de mercado más bien regulados, donde el componente público desde el punto de vista de control por parte del conjunto de la población para ver lo que está ocurriendo es fuerte, como el de Holanda que pese a ser sistemas de mercado integran garantizan valores universales, derechos humanos en la formación de las personas. Por otro lado, procesos muy innovadores de creación de comunidades de aprendizaje de muy diferente tipo. Algunos países cuyos ejemplos se están discutiendo sobre el papel de las nuevas tecnologías. Otros donde hay esfuerzos por crear sistemas en red mucho más amplios que articulen lo local, con lo nacional, con lo universal. Lo que me resulta particularmente impactante es la vivencia de la diversidad. Nosotros repetimos durante muchos años que las escuelas y los sistemas educativos eran muy homogéneos y parecidos en todo el mundo. La realidad es que, en parte porque la realidad cambió mucho en estos diez años y en parte porque nuestro análisis era demasiado enfático en lo que hace a la homogeneidad y poco abierto para notar la diversidad en las prácticas cotidianas, no veíamos de la misma manera los elementos homogéneos y los elementos diferentes.

  --¿Quiere decir que la universalización de la educación no garantiza homogeneidad?

  --Primero que no garantiza homogeneidad y segundo que hay prácticas indiferentes en escuelas muy diferentes y prácticas muy diferentes también dentro de una misma escuela.

  --¿Por ejemplo?

  --Estuve visitando escuelas de Nigeria. Me encontré con una escuela muy humilde, un gran galpón, con paredes construidas solamente hasta la mitad, que funcionaba bien. Gracias a esa construcción tuve una oportunidad única de ver tres clases de un quinto grado de enseñanza del inglés que tenían un mismo tema y que estaban siendo desarrollados por tres profesores distintos. Lo maravilloso, porque era casi una situación experimental, fue ver cómo una maestra enseñaba con puntero y con una lógica repetitiva como se enseña la Biblia o el Corán en escuelas religiosas. Ella tomaba el puntero, iba señalando lo que iba leyendo, los chicos lo repetían a coro dos o tres veces. Es decir lo que estaba enseñando era memoria y repetición. En el aula de al lado había un maestro que leyó el cuento completo en voz alta --era el mismo texto--, les preguntó a los chicos qué habían entendido, los chicos empezaron a contestar, los hacía intervenir uno por uno, no en coro, utilizaba todo el cuerpo, el contacto visual con los niños. En la tercera aula estaban trabajando en pequeños grupos leyendo el cuento y discutiendo sobre el cuento. Este redescubrimiento de la diversidad entre países, en tipos modelos de gestión, de horizontes, la diversidad de culturas es para mí como experiencia personal mucho más fuerte de lo que imaginaba.

  --A partir de esa experiencia que describe en Nigeria quiere decir que el rol del maestro sigue siendo la clave.

  --El rol de los docentes es absolutamente clave en la inmensa mayoría de las visitas que hago. Fuera de América latina, Europa y en algunos lugares muy particulares de Asia, las nuevas tecnologías no existen y donde existen se usan mejor o peor de acuerdo a cuál sea la política de su introducción en las escuelas y también de acuerdo a cuáles sean las expectativas, las posibilidades de maestros y profesores. Esto tiene que ver con la forma en la que las nuevas tecnologías están extendidas fuera de las escuelas, el acceso que los maestros tienen fuera del sistema educativo, si hubo o no hubo capacitación, la riqueza del país. En algunos países asiáticos, por ejemplo Malasia, hay estrategias de introducción de las nuevas tecnologías financiadas por el Estado que es un Estado con recursos muy superiores a los de otros países y que son muy creativas. La de buses circulantes: como si fueran colectivos 60 equipados con dos líneas de computadoras y con maestros especialmente formados para la introducción de las nuevas tecnologías. También en ese caso el maestro es clave, en el grado, en un nuevo rol, el maestro formador de formadores. No he visto ningún caso de prácticas educativas que funcionen razonablemente bien y que no estén articuladas en torno de un profesional de la promoción de los aprendizajes.

  --Usted habla de la gran diversidad y las posibilidades de riqueza en las estrategias de cambio. En América latina en los 90 se practicaron reformas educativas con criterios semejantes producto de criterios de organismos de crédito internacional que bajaron una línea no teniendo en cuenta justamente las diversidades de cada país ¿Cómo analiza a diez años los resultados de esas reformas?

  --Creo que hay una confusión en los tiempos cuando se habla de las reformas educativas y de la influencia de los organismos internacionales o de la capacidad de autogenerar ideas. Me parece que en América latina la influencia de los organismos de crédito fue más fuerte en los 80 que en los 90. Ya en los 90 había una comunidad de políticos, de gente en las políticas educativas, de investigadores, de dirigentes sindicales más consistentes después de siete, ocho años de democracia según los países y que en los 90 tuvieron un componente más creativo que las del 80 --lo cual no quiere decir que las reformas hayan sido mejores--. En segundo lugar no creo que hayan sido tan homogéneas. Por comparar dos casos, en Chile se comenzó por programas y proyectos y, en particular, por el de 900 escuelas rurales, en los 90, ya con la democracia. La municipalización que había sido el consejo de los organismos de crédito internacional se había hecho en los 80 con (Augusto) Pinochet. En cambio en la Argentina donde también por recomendación de organismos de crédito y de pensadores ajenos a la región y desde intereses muy concretos, la transferencia de las escuelas primarias se había hecho durante el período de la dictadura muy tempranamente, la transferencia de las secundarias ya se hizo un poco distinto, pero se hizo desde el Ministerio de Economía y todo el proceso que se intentó de desarrollo de nuevos contenidos educativos, de promoción de la innovación y demás tuvo algunos componentes más creativos. Los organismos de crédito nunca plantearon que hubiera que desarrollar contenidos básicos comunes o que hubiese que cambiar los contenidos educativos. Sin embargo, en Uruguay se hizo una reforma curricular importante, en muchos estados de Brasil también que creo que no tuvo el impacto que muchos esperábamos ni de ninguna manera el impacto necesario, pero tuvo alguno, en particular de los cambios de los libros de textos. Ahora tenemos, por ejemplo, en todos los países de América latina un cambio de orientación en matemática, que es muy importante porque todos los chicos de estos países están aprendiendo en cuarto, quinto, sexto grado de primaria probabilidad y estadística, lo que les permite interpretar cuadros estadísticos en los diarios, cosa que antes les resultaba muchísimo más difícil de hacer porque a fines de la escuela primaria había teoremas y probabilidades y estadística estaba a fines de la secundaria. Estos pequeñitos cambios algo han dejado y algo están dejando. O el cambio de orientación en la enseñanza de la Lengua donde se asumió en toda América latina un abordaje comunicativo en lugar de un abordaje estructuralista, lo cual en algunos espacios por lo menos abre la puerta a la promoción de la lectura, a recuperar la idea de la creación, de la lectura de cuentos, de poemas. De cualquier manera hay mucho por hacer. Pero también hay mucho más hecho de lo que se piensa, hay problemas de continuidad o discontinuidad.

  --Usted hizo referencia al proceso de municipalización que se hizo en Chile durante la dictadura, en la Argentina está despuntando el debate por un proceso de descentralización a nivel municipal que apareció en la provincia de Buenos Aires. ¿En qué medida un proceso semejante usted lo considera beneficioso o perjudicial para revertir la inequidad que existe dentro del sistema educativo?

  --No tengo suficientes elementos para hacer un análisis en profundidad de ningún caso en particular. Me parece que hay dos cuestiones a diferenciar: una es cómo involucrar a los municipios para transformarlos en socios de un proceso de un mejoramiento de la calidad y la equidad educativa que es absolutamente indispensable. Sin la cooperación del municipio, sin su involucramiento, es muy difícil lograr que las escuelas construyan membranas permeables en vez de paredes carcelarias. Las escuelas para formar como corresponde tienen que tener membranas permeables, no tienen que tener paredes carcelarias. Los miembros de la comunidad tienen que entrar a las escuelas, tienen que contar sus experiencias; los padres y las madres tienen que colaborar de distintas maneras, tienen que ser respetados, tienen que poder tener un horario en el cual discutan, puedan hablar con los directores, acercarles sugerencias. Otra cosa es tirarle a alguien algo por la cabeza que no está preparado para recibir. Creo que en lo que hay que avanzar en el mundo es en la comprensión de la necesidad de intervención de todos los niveles de gobierno público en la promoción educativa. Esto es muy difícil de manejar, pero también puede haber reacciones de tipo fundamentalista en el sentido "esto está desde el vamos mal" o "esto está bien por definición". Me parece que hay que estar muy abiertos a pensar las alternativas instrumentales sin perder nunca de vista los grandes objetivos educativos o las grandes promesas educativas: formar para el autoaprendizaje, el desarrollo personal, la capacidad productiva y la empleabilidad y la ciudadanía.

  --Durante el siglo XX la escuela pública fue en muchos países la institución de la integración social. ¿Sigue cumpliendo ese rol en una sociedad tan segmentada como la que se está configurando en la Argentina?

  --Creo que la escuela pública fue probablemente en todo el mundo y no sólo en la Argentina el más importante espacio de integración social. En América latina, la escuela pública hizo las dos cosas a la vez, ayudó y contribuyó a integrar y contribuyó a estratificar dentro de la integración. Me parece que sigue cumpliendo ese papel aunque tal vez con menor eficacia. No estoy del todo segura de que esta disminución de la eficacia en la capacidad de integración de la escuela pública se deba a la propia escuela pública. Creo que también se debe a que los espacios a dónde están integrados son cada vez menos, entonces los chicos y los jóvenes de pronto están integrados mientras están en la escuela porque no tendrían ningún otro lugar en donde estar; el problema es que cuando se  les acaba el tiempo escolar no tienen a dónde ir. En algunos países africanos y también asiáticos es interesante porque uno ve que los chicos siguen yendo al último grado. No hay un después, sigue siendo una institución de referencia. En momentos de crisis y angustia uno tiende a sobreexigir a la educación, a los ministerios de Educación y a pedirles soluciones que ellos no pueden dar y que tienen que dar los gobiernos en su conjunto, los encargados de las políticas económicas, de trabajo, sociales. La educación contribuye al desarrollo, pero requiere ciertos niveles de desarrollo para poder dar respuestas adecuadas al caso.

  --En Buenos Aires, chicos que están egresando del secundario se ponen en las remeras la leyenda "Desocupados 2002". ¿Qué se le dice a ese chico?

  --Esto tiene que ver con la globalización en el sentido de que el mercado de trabajo se está globalizando cada vez más. Jeremy Rifkin escribió hace un par de años un libro El fin del trabajo, allí decía que iba a haber cada vez menos oportunidades de trabajo. El libro está siendo muy criticado porque en los Estados Unidos hasta el 11 de setiembre --aunque la recesión había empezado un poquito antes--, lejos de producirse una disminución de los puestos de trabajo disponibles, se produjo una explosión de la demanda de trabajadores especialmente en el sector servicios. Pero ¿qué es lo que pasa? Esto se produjo en Estados Unidos, como en ciertos momentos en Australia, en Italia, en Alemania. En un solo día en el que revisé varios diarios de distintos países del mundo encontré avisos de visas para ir a los países desarrollados más o menos de 300 mil puestos de trabajo. Entonces hay cada vez más gente que trabaja, pero en relación al conjunto de la población también hay cada vez menos puestos de trabajo; la gente estudia más años y los puestos que se abren y tienen alto valor agregado se abren en las economías dinámicas, donde hay una emergencia de la nueva economía. La transferencia de fondos por gente de los países menos desarrollados que va a esos puestos de trabajo, formada en los países menos desarrollados con el dinero de los contribuyentes es muy grande. En esta dinámica de mercado de trabajo fuertemente globalizado todo cambia, todo es nuevo y hay cosas que no entendemos y hay formaciones que no estamos logrando dar de manera adecuada. Porque al mismo tiempo que aparece ese fenómeno de "Desocupados 2002", cuando se habla con empresarios dicen que tienen una enorme dificultad para conseguir personas capaces de desempeñar ciertos trabajos en los cuales habría oportunidades porque no tienen las capacidades del caso.

  --Pero en este mercado globalizado, los que se van son los que tienen mayor formación, los que tienen posibilidades de pelear algo mejor en el extranjero.

  --Cada persona que se va con una formación alta es equivalente a una cantidad enorme de dinero, porque además aquí la educación universitaria es gratuita. Ese brain-drean, esa gente se va con una formación que han pagado todos, también los más humildes, los más pobres, los excluidos porque de una u otra manera mientras trabajaban estaban pagando también el estudio de estas personas calificadas que deciden emigrar. Ahí hay mucho para pensar. ¿Vamos a seguir con un sistema abierto, con un sistema de gratuidad total y absoluta de la formación sin compromiso de devolución?

  --Habla de préstamos...

  --No sé, hay millones de alternativas, algunas que seguro inventó otro antes y otras que podrán crearse. No soy una especialista en temas universitarios, pero es evidente que acá hay un problema que es nacional y global. Habrá que revisar las reglas de juego a nivel global. Si hablamos de interdependencias crecientes y liberalización de los mercados, estamos aceptando que el mundo es único y que hay que construir ciertas reglas de juego para el mundo que permitan también globalizar las oportunidades y ciertas normas éticas. Esto de que los pobres del mundo paguen formación, por ejemplo, en informática para que después los países más ricos abran las fronteras discriminadamente sólo a aquellos que poseen titulaciones en informática financiadas en los países más pobres no puede formar parte de reglas de juego que hagan que el mundo verdaderamente sobreviva.

  --En Argentina la urgencia porque las cuentas cierren lleva a la supresión del Fondo de Incentivo Docente y a grandes recortes en los presupuestos educativos provinciales, esto se da en un marco donde la cantidad de alumnos sigue aumentando. ¿Cómo es posible mejorar la educación en un contexto de ajuste, de reducción de fondos y de incumplimiento de los compromisos asumidos que se traduce en pérdida de días de clase?

  --Hay que ser muy creativo para conciliar dos principios básicos que son de la misma importancia. El primero es que hay que tender a no gastar más de lo que se tiene, éste es un principio de economía doméstica que todos en nuestras casas aplicamos. El segundo tiene que ver con que en algún momento tomamos algún préstamo: las sociedades tienen que ser capaces de hacer inversiones, asumir compromisos y cumplir esos compromisos. Hay crisis en numerosos países en los cuales se asumen compromisos, no se cumplen y se entra en coyunturas de falta de credibilidad que obligan a un esfuerzo muy grande por parte de las autoridades de la sociedad para reconstruir la posibilidad de innovar y de sostener algunas innovaciones o cambios, incluso para evitar procesos de disgregación como el que existió en Rusia. Hay que analizar caso por caso y no quisiera incursionar en ningún caso concreto de la Argentina, porque no tengo los elementos suficientes. Sí quisiera dar un ejemplo positivo en el Uruguay donde se privatizaron algunas empresas y se definió que todos los recursos de las privatizaciones iban a ser para nuevas construcciones escolares, para poder atender a toda la matrícula que está creciendo en especial en la secundaria. O en Alemania, donde se privatizaron los teléfonos y se decidió que todo el producto de la privatización telefónica iba a ir no sólo a ciencia y técnica sino también al organismo de cooperación internacional de ciencia y técnica para promover un desarrollo científico-técnico ligado al intercambio internacional, de modo tal que Alemania se abra al mundo para ofrecer el conocimiento generado y para recibir el conocimiento articulado en otros países y al mismo tiempo para construir de conjunto nuevos conocimientos y nuevas formas de aplicación de conocimientos. Uno puede ver algunas dinámicas positivas de las que se puede aprender mucho.

  --El tema es que acá con el discurso de invertir más en educación, en seguridad, en pagarles mejor a los jubilados, privatizaron todo y ahora reducen todo.

  --Hubo países en los que se produjeron privatizaciones de activos que dejaron un capital muy importante y que quizás no se haya aplicado a prioridades que permitiesen un incremento del capital humano y un desarrollo a mediano y largo plazo y un mejoramiento de la equidad a corto plazo como para mejorar también la gobernabilidad y ampliar la posibilidad de integración y cohesión social.

  --¿Hay algún país desarrollado que haya reducido los presupuestos de educación, ciencia y tecnología?

  --(Piensa.) Es una excelente pregunta, sinceramente creo que no, pero no podría decirlo con certeza. Sí uno ve mecanismos cada vez más mixtos de financiamiento con múltiples tendencias a la innovación: la participación de los distintos niveles de gobierno el municipal, el provincial, el nacional, la participación de las empresas, las familias... pero países que hayan disminuido el gasto total de educación son muy difíciles de encontrar. Países que mejoren la eficiencia y al mismo tiempo incrementan la inversión en educación sí hay.

  

 

POR QUE CECILIA BRASLAVSKY
Sin recetas rígidas

Por N.V.

  La pedagoga Cecilia Braslavsky se doctoró en Educación en una universidad que ya no existe de un país que tampoco existe. Egresada del Colegio Nacional Buenos Aires y de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, hizo su posgrado en la Universidad Karl Marx de Alemania Oriental.       Desde entonces, principios de los 80, ha recorrido un largo camino en el que la puesta en entredicho de la mayoría de las certezas la convenció de dejar de pregonar lo que ya no existe. En los 90 cosechó una andanada de críticas de aquellos que no le perdonaron su incorporación al gabinete del Ministerio de Educación durante el gobierno de Carlos Menem. Ella se propuso un objetivo preciso y lo logró: actualizar y reformular los contenidos de los planes de estudio convocando a los especialistas más prestigiosos de cada disciplina. La tarea de transformar en realidad esos cambios todavía está lejos de ser una práctica cotidiana en las aulas, pero el trabajo base está hecho.

  Está dispuesta a los desafíos. Hace poco más de un año se postuló y fue elegida directora de la Oficina Internacional de Educación de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) con sede en Ginebra. Un lugar privilegiado para observar el mundo y comprobar que la diversidad de problemas y soluciones hace impensable la creencia en recetas únicas. Estuvo en Buenos Aires para participar del Seminario Internacional Educación y Nuevas Tecnologías, organizado por el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación IIPE-Unesco. Está convencida de que "no hay democratización posible del acceso a la información y al conocimiento sin interconectividad, sin acceso a Internet. Así como sin libros no se puede, sin acceso a Internet no se puede. Incluso lo que se está haciendo es dejar de actualizar las bibliotecas y construyendo bibliotecas virtuales. Con esto hay que vivir" dice, pero aclara que el rol del maestro sigue siendo la clave así como la necesidad de resolver viejos problemas sin solución con los nuevos que plantea la incorporación de la tecnología.

 

 

 

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