Por Maximiliano Montenegro
Empresarios, banqueros y sindicalistas irán a la mesa de concertación convocada por el Gobierno para el jueves, con propuestas concretas para salir de la recesión. Tales propuestas, según aseguran los empresarios de la UIA, principales promotores de la iniciativa, cuentan con el visto bueno de Domingo Cavallo, con quien los dirigentes de la entidad fabril mantienen hoy un diálogo cotidiano. Entre las más fuertes, se cuentan un tipo de cambio diferencial para los exportadores a Brasil �que supondría una devaluación del 30 por ciento�; la suscripción obligatoria de un bono patriótico a tasa cero por dos años para personas físicas y empresas con ganancias extraordinarias en los últimos años; y un impuesto especial a las empresas petroleras, para que el Estado se apropie del excedente que les genera que la baja del crudo no sea trasladada al precio de los combustibles. Estas medidas entrarán en colisión con otros sectores del poder económico, que miran con recelo la nueva entente empresario-sindical y temen quedar, por primera vez, en la mira del ajuste.
El acercamiento entre Cavallo y los empresarios nucleados en la Unión Industrial terminó de consolidarse semanas atrás, cuando el titular de la entidad, José Ignacio de Mendiguren, tranquilizó al ministro asegurándole que, durante la celebración de la Conferencia Industrial, realizada la semana pasada en Parque Norte, no habría voces reclamando abandonar de la Convertibilidad. Como es sabido, los industriales se quejan, desde la devaluación del real en enero del �99, de que los precios en dólares de la producción nacional quedaron descolocados no sólo frente a sus competidores brasileños sino también de otras partes del mundo.
Ayer, De Mendiguren ratificó que tal problema sigue estando en la agenda de la Unión, pero que la propuesta acercada al presidente el domingo último, en Olivos, apunta a solucionarlo sin tocar la regla 1 peso igual a 1 dólar, al menos para el ciudadano común. �Llevamos propuestas muy concretas sobre como mejorar el tipo de cambio real de la economía sin tocar el cambio nominal y darle tranquilidad a la gente de que ninguno de estos grupo está pidiendo la devaluación, ni salir de la Convertibilidad�, afirmó.
La aclaración sirvió para despejar las dudas que resquemores que provocaba en el Gobierno el diálogo entre industriales y sindicalistas, siendo que tanto Rodolfo Daer como Hugo Moyano, dispararon en más de una oportunidad en los últimos meses misiles contra la Convertibilidad y el tipo de cambio fijo. Esta certeza tranquilizó también al titular de la Asociación de Bancos de la Argentina y presidente del Banco Galicia, Eduardo Escasany, quien aceptó formar parte de la mesa con sindicalistas e industriales.
La propuesta sobre el tipo de cambio planteada por el Grupo Productivo -UIA, cámara de la construcción y pequeños productores rurales� no desagrada a Cavallo, porque rescata una de sus medidas más controvertidas. La idea es incorporar el real al denominado factor de empalme, lo cual mejoraría �según los cálculos de los técnicos� los precios de la producción nacional en un 30 por ciento frente a la producción brasileña. Este tipo de cambio comercial podría ser extendido después al resto del comercio exterior, incorporando una canasta de monedas al factor de empalme, que contemple las variaciones de los tipo de cambios de los principales socios comerciales. Pero dejaría expresamente excluidos en su aplicación a las exportaciones de petróleo y energía, favorecidas por ventajas comparativas naturales.
Las otras medidas fogoneadas desde el Grupo Productivo, seguramente encontrarán mayor oposición entre empresas privatizadas y banqueros, aunque contarían con el guiño del Ministerio de Economía:
Se propone exigir un �aporte patriótico� a las empresas con ganancias extraordinarias en los últimos años. En un principio se pensó en un impuesto, pero en las últimas horas �a pedido de Escasany� la propuesta tomó la forma de un préstamo o bono a tasa cero al gobierno por dos años. Sea como fuere, el bono sería de suscripción forzosa para todas aquellasfísicas y empresas con ganancias en promedio superiores a 1 millón y 5 millones de dólares, respectivamente, en los últimos tres años. El objetivo es con esos recursos �se estima que se recaudarían unos mil millones anuales� podrían suspenderse recortes de gastos previstos en el Presupuesto 2002, que no harían otra cosa que seguir profundizando al recesión, al quitarle todavía más poder de compra a los consumidores: �hay que mantener el déficit cero, pero a través del aporte de los que tienen ganancias extraordinarias y no de medidas contractivas, como no pagar aguinaldo�, comentó un dirigente industrial a este diario.
Por caso, se quiere suspender la poda anunciada a partir de enero en las asignaciones familiares de aquellos que ganan entre 1000 y 1500 pesos, y para los que tienen hijos de entre 18 y 14 años. De acuerdo con los cálculos de Economía, esos recortes preveían �ahorrar� al fisco poco más de 600 millones de pesos. La posibilidad de dejarlos sin efecto, teniendo asegurado su financiamiento, es uno de los ítem que más aplaudieron los sindicalistas en la mesa de concertación.
Los empresarios también consideran imprescindible, como una forma de tender una red de contención social, el rápido lanzamiento del plan social que anunció Patricia Bullrich antes de renunciar �generalización de las asignaciones familiares a desocupados y trabajadores en negro�, pero sin recortar la prestación a aquellos que las perciben en la actualidad.
Otra medida fuerte sería retener para el Estado el excedente obtendrían las empresas petroleras si no trasladaran la baja en el precio internacional del crudo al precio de los combustibles, como ha venido sucediendo en los últimos años. �El precio del crudo cae en el mundo, lo que implicaría una caída del precio del combustible. La propuesta sería que en lugar de registrarse esa quita, el Estado pueda retenerla para oxigenar el presupuesto�, explicó ayer Mendiguren. La estimación es que esta fuente podría acercar al fisco unos mil millones adicionales al año.
Finalmente, los empresarios del GP pusieron sobre la mesa de concertación la propuesta de una reforma tributaria integral a partir de marzo. Tal reforma incluiría la generalización de ganancias a todos los sectores hoy exentos, incluyendo las rentas financieras y compra y venta de paquetes accionarios. Sobre este último punto, la reacción del establishment financiero no se hará esperar.
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