Por Mariana Carbajal
El anuncio de la primera clonación de un embrión humano generó una ola de objeciones y rechazos. El Vaticano, el presidente norteamericano George W. Bush, países de la Unión Europea y el mismo Fernando de la Rúa, la Iglesia Ortodoxa Rusa y la Iglesia Evangélica condenaron el experimento de la empresa norteamericana Advanced Cell Technology (ACT) y lo calificaron como �moralmente� inaceptable. Pero los argumentos éticos y morales no fueron los únicos esgrimidos para cuestionar la novedad. Prestigiosos investigadores, entre ellos Ian Wilmut, creador de la oveja Dolly, pusieron en duda la magnitud del avance científico. Algunos consideraron que se puede lograr un objetivo similar �esto es, conseguir células madre para crear tejidos que ayuden a curar enfermedades como diabetes o el mal de Parkinson� sin necesidad de manipular embriones humanos.
�Como presidente de la Nación Argentina y haciéndome eco del sentir de nuestro pueblo sin distinción de posiciones políticas y religiosas expreso mi rechazo a experimentos cuyas consecuencias para el futuro de la Humanidad son de extrema gravedad�, sentenció De la Rúa en un comunicado de prensa y recordó que la clonación de embriones humanos se encuentra �expresamente prohibida� en el país por el decreto 200/97 firmado por el ex presidente Carlos Menem luego del nacimiento de la oveja Dolly. Para De la Rúa, los ensayos sobre clonación humana �contravienen principios éticos fundamentales� y suponen �el traspaso de un límite que más allá de la factibilidad técnica, debe ser considerado como moralmente infranqueable�. La Argentina quedó así, una vez más, alineada con la Santa Sede y los Estados Unidos.
Advanced Cell Technology, especializada en biotecnología, anunció el domingo que ha clonado embriones humanos con fines terapéuticos y enfatizó que la experiencia no apunta a crear seres humanos clonados sino a obtener células madre que ayuden a curar enfermedades. Uno de los responsables de la experiencia es el veterinario argentino José Cibelli, vicepresidente de Investigaciones de ACT.
Una de las pocas voces que se escucharon en el país en favor del procedimiento fue la del epistemólogo Gregorio Klimovsky. �Se trata de una hazaña científica de primera magnitud comparable con la invención de los antibióticos�, aseguró en diálogo con
Página/12. A su entender, �no hay argumentos éticos en contra: producir clonación es producir vida�. Antes de las seis semanas de vida, �el embrión no es un ser humano porque no tiene sistema nervioso central�, sostuvo Klimovsky y estimó que �la Iglesia, por más terca que sea terminará cambiando de opinión sobre la clonación del mismo modo que tuvo que hacerlo con la condena a Galileo�.
Tampoco cuestionó la experiencia en sí misma el médico Juan Carlos Tealdi, coordinador de Bioética del Hospital de Clínicas, aunque sí puso reparos en el impacto que podrá tener en la sociedad: �Profundizará las diferencias entre ricos y pobres, entre quienes puedan pagar los tratamientos� que surjan a partir de la clonación terapéutica y �quienes no�, opinó al ser consultado por este diario.
El investigador Daniel Salamone, integrante del equipo científico encabezado por Lino Baranaño que viene experimentando en clonación animal en el país, puso sus reparos. �Entiendo que la investigación en clonación terapéutica es importante porque puede salvar vidas, pero no me convence absolutamente. Estoy de acuerdo en que es necesaria una forma de producir células madres, pero no me simpatiza la idea de producir un embrión para eso. Hay otras formas alternativas, por ejemplo, a partir de un óvulo al que puede engañárselo químicamente de que ha sido fecundado�, dijo a Página/12 Salamone, profesor de la Facultad de Agronomía de la UBA.
Para el Vaticano, �a pesar de que se hayan declarado intenciones humanistas que anuncian grandes curaciones�, el experimento �es un grave acto moral� que hay que condenar �inequívocamente�. Lo que los científicos norteamericanos han llamado �un embrión primitivo� debería ser considerado efectivamente como un ser humano que tiene los mismos derechos que unadulto, argumentó el Vaticano en un duro comunicado oficial. Además, consideró que existen otros caminos, moralmente lícitos y válidos desde el punto de vista científico para conseguir células madre. Entre estos destacó el uso de células madres extraídas de individuos adultos, de la sangre materna o de fetos abortados de manera natural. El mismo argumento repitió aquí la Iglesia Católica Argentina en la voz del obispo auxiliar de Córdoba y presidente de la comisión episcopal de Fe y Cultura, monseñor José Rovai y del sacerdote Alberto Bochatey, director del Instituto de Etica Biomédica de la Universidad Católica Argentina. �El embrión es ya evidentemente un ser humano y no se puede estar experimentado con él y desechándolo�, señaló Rovai.
Bush no sólo cuestionó el procedimiento llevado adelante por el equipo de científicos de Massachusetts. Exhortó al Congreso de los Estados Unidos a que prohíba la clonación humana, incluso la terapéutica. �No se debe crear vida para luego destruirla�, declaró el presidente norteamericano y calificó al experimento como �moralmente equivocado�.
Desde Roma, el ministro de Sanidad italiano, Girolamo Sirchia, calificó como �crimen contra la humanidad� la clonación humana. �La experimentación en este campo es ilícita y debería ser castigada con penas severas�, agregó. La ministra alemana de Educación y Ciencia, Edelgard Bulmahn, tildó de �irresponsable� la iniciativa de ACT.
La Católica no fue la única Iglesia que levantó su voz en contra del experimento. También lo rechazó la Iglesia Evangelista y en Moscú, la Iglesia Ortodoxa Rusa anunció que excomulgará a todo científico ruso que practique la clonación de seres humanos y a toda persona que reciba tratamiento médico basado en tales procedimientos.
Bush pidió la prohibición.
�Es moralmente equivocado.� |
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�Es una nueva era�
En medio de una controversia internacional por la clonación de embriones humanos, los científicos de la empresa biotecnológica Advanced Cell Technology implicados en el experimento dieron a conocer detalles de su experimentación. Los investigadores relataron cómo, tras meses de ensayos, el 13 de octubre de 2001 vieron �bajo el microscopio aquello a lo que aspirábamos: pequeñas esferas de células que se dividían, no visibles aún a simple vista�. El informe fue publicado ayer por la revista Scientific American. Allí, el equipo afirma que el logro �representa la aurora de una nueva era en medicina, que demuestra que el objetivo de la clonación terapéutica está ya al alcance�.
Al mismo tiempo, los autores diferencian su trabajo sobre clonación terapéutica y el proceso de clonación reproductiva, que aspira al nacimiento de un bebé clonado. La clonación reproductiva, dicen, involucra riesgos �que hoy en día no la garantizan�. �Respaldamos una restricción de la clonación con propósitos reproductivos hasta que no se resuelvan los aspectos de seguridad y de ética en torno a ella�, dice el informe.
Los científicos definen la clonación terapéutica como aquella que, �por ejemplo, pretende usar el material genético de las células del propio paciente para generar los islotes pancreáticos para curar una diabetes, o de células nerviosas para reparar una médula espinal dañada�.
El proyecto, dicen, comenzó a principios de 2001, con consultas con especialistas en ética, abogados, especialistas en fertilidad, para finalizar en la búsqueda de mujeres dispuestas a contribuir con óvulos. Los esfuerzos de ACT, según los científicos, se centran en los sistemas nervioso y cardiovascular, en perturbaciones autoinmunes y en enfermedades de la sangre y la médula ósea.
�Cuando logremos producir células nerviosas a partir de embriones clonados, esperamos no sólo curar médulas espinales dañadas sino también tratar perturbaciones cerebrales como el mal de Parkinson y el mal de Alzheimer; la embolia y la epilepsia aprovecharán también de este progreso�, añaden los científicos. |
Los científicos cuestionan el avance
Aunque en un principio la noticia fue recibida con entusiasmo, ayer se conocieron duros cuestionamientos de la comunidad científica internacional al logro de Advance Cell Technology. Las dudas corrieron por cuenta de especialistas de primer nivel. Ian Wilmut, del Instituto Roslin de Edimburgo �que en 1966 produjo la oveja Dolly, el primer animal clonado-, calificó el experimento norteamericano de �resultado provisional�, señalando que era �escaso� su potencial de utilización inmediata. A juicio de Wilmut, no está suficientemente comprobado que los embriones producidos por ACT sean �verdaderos clones�, pues, a su estadio de desarrollo, deberían haber tenido �muchas más células�.
Un �verdadero progreso� habría sido si los embriones se hubieran mantenido con vida �al menos durante siete días�, dijo Wilmut a la BBC de Londres. �Es imposible decir a qué distancia se hallan ellos (los científicos de ACT) de la producción de células madre utilizables. Pero este informe no contiene nada que permita deducir una aplicación inmediata de esta tecnología�, añadió.
La científica alemana Christiane Nüsslein-Volhard, Premio Nobel de Medicina, también fue fuertemente crítica. Calificó el experimento de �condenable� y señaló que sus resultados son tan escasos que no han significado paso alguno adelante en el progreso científico. �Puesto que se sabe ya por experimentos con ratones que la clonación tiene resultados muy bajos, si es que los tiene, no debería ser probada en caso alguno con un ser humano�, dijo la científica.
Se trata �más de una provocación que de un anuncio científico��, declaró a su vez el profesor Jean-Paul Renard, especialista de clonación animal del Instituto Nacional francés de Investigación Agronómica (INRA), para quien los resultados �preliminares�, que parecen ser más bien un �fracaso�. �Se está todavía lejos de su utilización terapéutica �comentó Renard�. Se sabe que el embrión (clonado) de apariencia normal tiene muy pocas posibilidades, alrededor de 5 por ciento, de desarrollarse totalmente. De ese 5 por ciento, la mitad presenta rápidamente anomalías fisiológicas: inmunitarias, cardiopatías, anomalías vasculares, y no está excluido que malfuncionamientos se manifiesten también en células diferenciadas procedentes de tales clonaciones�, agregó. Y, �de todos modos, si se obtienen líneas celulares, es necesario verificar que las mismas guardan todas sus pontencialidades de diferenciación�.
El biólogo norteamericano Glenn McGee, por su parte, no optó por las medias palabras: para él se trató simplemente de una �operación publicitaria�. |
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