Aunque el presidente Fernando
de la Rúa prefiere negar en público nuevas modificaciones
a su gabinete, los rumores sobre cambios no se detienen. La última
versión supone que en un par de semanas José Dumón
abandonará el Ministerio de Trabajo para pasar a Justicia a cubrir
la vacante que dejará Jorge de la Rúa si finalmente se va
del Gobierno. Si se cumple, el cordobés Jorge Sappia quedaría
al frente de Trabajo, luego de una breve rentrée como secretario
de la cartera, cargo que asumirá este viernes. Los cambios se anunciarían
en la segunda semana de diciembre.
De a poco, las versiones de cambios van armando el rompecabezas que quedó
incompleto con la renuncia de Patricia Bullrich al Ministerio de Seguridad
Social, el cargo que le creó De la Rúa casi a medida pero
en el que duró apenas un par de semanas. Ese ministerio quedó
interinamente a cargo de Dumón. Lo curioso es que Dumón
es de la idea que Seguridad Social desaparezca y que las cosas queden
más o menos como eran antes de que Bullrich cambiara todo para
crear la Agencia Social. El jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, también
quiere reducir el número de ministerios y le cierra la propuesta
de fusionar Seguridad Social, Desarrollo Social y Salud en una única
cartera, pero De la Rúa sería más propenso a mantener
la arquitectura ministerial tal como está.
Eso en cuanto a las estructuras, en cambio, lo que ya casi nadie niega
es que habrá nuevos nombres. Que Jorge de la Rúa se va del
Gobierno es algo que se viene hablando desde hace mucho, pero en los últimos
días en la Rosada ya se lo da como un hecho. Para reemplazarlo
suena el nombre de Dumón que, de esa forma, tendría un paso
breve por Trabajo que sin embargo le alcanzó para armar un buen
canal de diálogo con el sindicalismo de los gordos.
El enroque cerraría con el ascenso de Sappia a ministro. En su
momento, a Sappia no le gustó que lo volvieran a convocar para
ser segundo de la cartera laboral, un cargo que ya ocupó durante
la gestión de Alberto Flamarique. No obstante, Sappia aceptó
luego el ofrecimiento y jurará esta semana, pero la secretaría
funcionaría como trampolín.
No es de las únicas modificaciones que se habla. Todos dan como
un hecho que el presidente de la Cámara de Diputados, Rafael Pascual,
será el próximo Ministro del Interior cuando abandone la
Cámara. Como publicó Página/12, colocaría
a cargo de la Secretaría de Seguridad al cavallista Alfredo Castañón
para suplantar al desgastado Enrique Mathov. Pascual llevaría como
segundo al diputado cordobés Mario Negri dado que con el actual
viceministro, Lautaro García Batallán, no mantiene una buena
relación. Ramón Mestre, en tanto, le dejaría su lugar
a Pascual a cambio de Salud o de la nueva cartera social unificada, si
es que esta iniciativa finalmente prospera. Lo que es seguro es que los
días de Héctor Lombardo como ministro están llegando
a su fin, un dato que ya se venía analizando y que se consolidó
con los últimos desbarajustes en el PAMI.
Con De la Rúa siempre es muy difícil anticipar cambios,
analizaba ayer un hombre de la Rosada. El funcionario aceptaba que algunos
datos requerían una definición rápida como el caso
Lombardo o la situación en el aire en que quedó la ayuda
social, algo que si se mantiene podría llegar a crear una crisis
asistencial el año que viene. Para este funcionario, cabía
la posibilidad de que De la Rúa decidiera esperar todavía
el desenlace de lo que sucederá con la misión del FMI, el
canje de la deuda y de la concertación social. Y que recién
después de eso se dedicaría a pensar las modificaciones
según el panorama con que se encuentre. Obviamente, si la misión
del Fondo o el canje fracasan, los cambio serían mayores y más
profundos. De la concertación podría surgir el Ministerio
de la Producción, una idea por la que vienen empujando los industriales.
No sé si va a funcionar. Si hay algo que sabemos es que a
De la Rúa no le gusta que le impongan las cosas por los diarios,
remataba el funcionario.
Disparen contra Pato
El ministro de Trabajo, José Dumón, reanimó
el enfrentamiento que mantiene con su antecesora, Patricia Bullrich,
a quien acusó de estar en campaña y de que sólo
le interesa aparecer en los diarios. La ex ministra volvió
a atacar a Dumón porque dejó sin efecto su iniciativa
de pedir declaraciones juradas a los sindicalistas. En este sentido,
Dumón afirmó lo único que hizo con respecto
a ese tema fue acatar a la Justicia que notificó al
Ejecutivo que la decisión era prima facie ilegal. Y
remató: Lo que todos deben saber, aún los que
están en campaña, es que la transparencia debe ser
siempre con la ley, planteó Dumón, quien reiteró
que no tiene facultades para pedir declaraciones juradas.
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NUEVAMENTE
DESPIDOS EN DESARROLLO SOCIAL
Sartor sigue afilando la tijera
Ya parece una costumbre. El
ministro de Desarrollo Social, Daniel Sartor, ordenó ayer el despido
de 84 empleados de su cartera. Argumentando que resulta perentorio
readecuar la dotación de personal a las actividades esenciales,
Sartor firmó la resolución 116/01, por medio de la cual
dispuso la reestructuración de dos programas del ministerio.
Se trata del Plan Solidaridad, que beneficia a 20.000 familias indigentes,
y del programa Unidos, que alcanza a 600.000 personas de todo el país.
Con estas medidas, el ministro sigue con su ola de recortes por razones
de restricción presupuestaria. Razones que, curiosamente,
no incluyen a su hermano Raúl, a quien contrató como asesor
por 4000 pesos mensuales.
Sartor ya había anunciado un paquete de despidos que afectaría
a 150 empleados contratados de los planes Solidaridad y Unidos. Ayer les
tocó el turno a los primeros 84, todos trabajadores con funciones
técnicas y muchos de ellos con más de cuatro años
de antigüedad en el ministerio. Además, en el caso del programa
Unidos, los despidos comenzaron en un sector clave: el área de
monitoreo y evaluación, que se encarga de supervisar el funcionamiento
del plan de distribución de cajas alimentarias para
evitar el clientelismo. Es llamativo que lo primero que desmantelen
sea el área de monitoreo y evaluación, decía
ayer a Página/12 uno de los afectados por la ola de despidos.
El Plan Solidaridad, el otro proyecto que cayó en la reestructuración,
atiende a 20.000 familias y consiste en el reparto de una caja de alimentos
y en un subsidio de 40 pesos. Y se ejecuta a través de promotores
locales, en su mayoría jóvenes de las comunidades beneficiadas.
Ahora, con la disposición de Sartor, las familias se quedarán
sin asistencia. Quedan sin ningún tipo de prestación
denunció una empleada del ministerio. Y los promotores
también quedan en la calle. Son chicos que recibían un subsidio
de 300 pesos, y luego de 150 pesos.
La resolución firmada por Sartor prescinde de 84 técnicos
de los programas Unidos y Solidaridad. Y también incluye a trabajadores
de la Unidad de coordinación y asistencia financiera.
El despido se produce luego de que se implementara una reducción
salarial del 12 por ciento. En mayo, Solidaridad gastaba 113.900
pesos en salarios en la sede central. En diciembre, tendría que
pagar 40.000: el 35 por ciento de lo que se invertía en mayo,
se quejaba una empleada en diálogo con este diario.
Sin embargo, el descuento en los sueldos parece no haber sido suficiente
para Sartor. Acorde con su única promesa disminuir el gasto
al asumir en la cartera que debe combatir la pobreza, el ex militante
de Franja Morada sigue con su política de achicamiento de
la estructura del ministerio. Una disminución que afecta
a los trabajadores pero que, por lo visto, no cuenta para con los familiares
del ministro.
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