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Dumón dejaría Trabajo para pasar
a Justicia, lo reemplazaría Sappia

Jorge de la Rúa dejaría definitivamente el gabinete. Los cambios consiguientes se realizarían a partir del 10 de diciembre, coincidiendo con el desembarco de Rafael Pascual en Interior. Quedaría pendiente de resolución la estructura
del área social.

José Gabriel Dumón, ministro de Trabajo, según parece por muy poco tiempo más.

Aunque el presidente Fernando de la Rúa prefiere negar en público nuevas modificaciones a su gabinete, los rumores sobre cambios no se detienen. La última versión supone que en un par de semanas José Dumón abandonará el Ministerio de Trabajo para pasar a Justicia a cubrir la vacante que dejará Jorge de la Rúa si finalmente se va del Gobierno. Si se cumple, el cordobés Jorge Sappia quedaría al frente de Trabajo, luego de una breve rentrée como secretario de la cartera, cargo que asumirá este viernes. Los cambios se anunciarían en la segunda semana de diciembre.
De a poco, las versiones de cambios van armando el rompecabezas que quedó incompleto con la renuncia de Patricia Bullrich al Ministerio de Seguridad Social, el cargo que le creó De la Rúa casi a medida pero en el que duró apenas un par de semanas. Ese ministerio quedó interinamente a cargo de Dumón. Lo curioso es que Dumón es de la idea que Seguridad Social desaparezca y que las cosas queden más o menos como eran antes de que Bullrich cambiara todo para crear la Agencia Social. El jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, también quiere reducir el número de ministerios y le cierra la propuesta de fusionar Seguridad Social, Desarrollo Social y Salud en una única cartera, pero De la Rúa sería más propenso a mantener la arquitectura ministerial tal como está.
Eso en cuanto a las estructuras, en cambio, lo que ya casi nadie niega es que habrá nuevos nombres. Que Jorge de la Rúa se va del Gobierno es algo que se viene hablando desde hace mucho, pero en los últimos días en la Rosada ya se lo da como un hecho. Para reemplazarlo suena el nombre de Dumón que, de esa forma, tendría un paso breve por Trabajo que sin embargo le alcanzó para armar un buen canal de diálogo con el sindicalismo de los “gordos”. El enroque cerraría con el ascenso de Sappia a ministro. En su momento, a Sappia no le gustó que lo volvieran a convocar para ser segundo de la cartera laboral, un cargo que ya ocupó durante la gestión de Alberto Flamarique. No obstante, Sappia aceptó luego el ofrecimiento y jurará esta semana, pero la secretaría funcionaría como trampolín.
No es de las únicas modificaciones que se habla. Todos dan como un hecho que el presidente de la Cámara de Diputados, Rafael Pascual, será el próximo Ministro del Interior cuando abandone la Cámara. Como publicó Página/12, colocaría a cargo de la Secretaría de Seguridad al cavallista Alfredo Castañón para suplantar al desgastado Enrique Mathov. Pascual llevaría como segundo al diputado cordobés Mario Negri dado que con el actual viceministro, Lautaro García Batallán, no mantiene una buena relación. Ramón Mestre, en tanto, le dejaría su lugar a Pascual a cambio de Salud o de la nueva cartera social unificada, si es que esta iniciativa finalmente prospera. Lo que es seguro es que los días de Héctor Lombardo como ministro están llegando a su fin, un dato que ya se venía analizando y que se consolidó con los últimos desbarajustes en el PAMI.
“Con De la Rúa siempre es muy difícil anticipar cambios”, analizaba ayer un hombre de la Rosada. El funcionario aceptaba que algunos datos requerían una definición rápida como el caso Lombardo o la situación en el aire en que quedó la ayuda social, algo que si se mantiene podría llegar a crear una crisis asistencial el año que viene. Para este funcionario, cabía la posibilidad de que De la Rúa decidiera esperar todavía el desenlace de lo que sucederá con la misión del FMI, el canje de la deuda y de la concertación social. Y que recién después de eso se dedicaría a pensar las modificaciones según el panorama con que se encuentre. Obviamente, si la misión del Fondo o el canje fracasan, los cambio serían mayores y más profundos. De la concertación podría surgir el Ministerio de la Producción, una idea por la que vienen empujando los industriales. “No sé si va a funcionar. Si hay algo que sabemos es que a De la Rúa no le gusta que le impongan las cosas por los diarios”, remataba el funcionario.

 

Disparen contra Pato

El ministro de Trabajo, José Dumón, reanimó el enfrentamiento que mantiene con su antecesora, Patricia Bullrich, a quien acusó de estar en campaña y de que sólo le interesa aparecer en los diarios. La ex ministra volvió a atacar a Dumón porque dejó sin efecto su iniciativa de pedir declaraciones juradas a los sindicalistas. En este sentido, Dumón afirmó “lo único que hizo con respecto a ese tema fue “acatar a la Justicia que notificó al Ejecutivo que la decisión era prima facie ilegal”. Y remató: “Lo que todos deben saber, aún los que están en campaña, es que la transparencia debe ser siempre con la ley”, planteó Dumón, quien reiteró que “no tiene facultades para pedir declaraciones juradas”.

 

NUEVAMENTE DESPIDOS EN DESARROLLO SOCIAL
Sartor sigue afilando la tijera

Ya parece una costumbre. El ministro de Desarrollo Social, Daniel Sartor, ordenó ayer el despido de 84 empleados de su cartera. Argumentando que “resulta perentorio readecuar la dotación de personal a las actividades esenciales”, Sartor firmó la resolución 116/01, por medio de la cual dispuso la “reestructuración” de dos programas del ministerio. Se trata del Plan Solidaridad, que beneficia a 20.000 familias indigentes, y del programa Unidos, que alcanza a 600.000 personas de todo el país. Con estas medidas, el ministro sigue con su ola de recortes por “razones de restricción presupuestaria”. Razones que, curiosamente, no incluyen a su hermano Raúl, a quien contrató como asesor por 4000 pesos mensuales.
Sartor ya había anunciado un paquete de despidos que afectaría a 150 empleados contratados de los planes Solidaridad y Unidos. Ayer les tocó el turno a los primeros 84, todos trabajadores con funciones técnicas y muchos de ellos con más de cuatro años de antigüedad en el ministerio. Además, en el caso del programa Unidos, los despidos comenzaron en un sector clave: el área de monitoreo y evaluación, que se encarga de supervisar el funcionamiento del plan –de distribución de cajas alimentarias– para evitar el clientelismo. “Es llamativo que lo primero que desmantelen sea el área de monitoreo y evaluación”, decía ayer a Página/12 uno de los afectados por la ola de despidos.
El Plan Solidaridad, el otro proyecto que cayó en la “reestructuración”, atiende a 20.000 familias y consiste en el reparto de una caja de alimentos y en un subsidio de 40 pesos. Y se ejecuta a través de promotores locales, en su mayoría jóvenes de las comunidades beneficiadas. Ahora, con la disposición de Sartor, las familias se quedarán sin asistencia. “Quedan sin ningún tipo de prestación –denunció una empleada del ministerio–. Y los promotores también quedan en la calle. Son chicos que recibían un subsidio de 300 pesos, y luego de 150 pesos.”
La resolución firmada por Sartor prescinde de 84 técnicos de los programas Unidos y Solidaridad. Y también incluye a trabajadores de la “Unidad de coordinación y asistencia financiera”. El despido se produce luego de que se implementara una reducción salarial del 12 por ciento. “En mayo, Solidaridad gastaba 113.900 pesos en salarios en la sede central. En diciembre, tendría que pagar 40.000: el 35 por ciento de lo que se invertía en mayo”, se quejaba una empleada en diálogo con este diario.
Sin embargo, el descuento en los sueldos parece no haber sido suficiente para Sartor. Acorde con su única promesa –disminuir el gasto– al asumir en la cartera que debe combatir la pobreza, el ex militante de Franja Morada sigue con su política de “achicamiento de la estructura del ministerio”. Una disminución que afecta a los trabajadores pero que, por lo visto, no cuenta para con los familiares del ministro.

 

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