Por José
Natanson
La última vez, el Gobierno
fue anticipando la mala nueva de a poco. Según reconocen los funcionarios
de la Rosada, esta vez la estrategia será la misma, aunque hay
que ver si les dará resultado. En cualquier caso, en los primeros
días de diciembre el Gobierno no tendrá más remedio
que anunciar un nuevo crecimiento del índice de desempleo. Aunque
el Indec todavía no terminó de procesar las planillas con
los datos recogidos de octubre, las primeras proyecciones ya circulan
por unos pocos despachos oficiales, e incluso llegaron a oídos
de Fernando de la Rúa. La desocupación se ubicaría
encima del 19 por ciento, por lo que podría superar el record histórico
de 18,6 de mayo de 1995, en el peor momento del tequila.
¿Cómo hacer para diluir el impacto de la noticia?, se preguntan
en la Rosada cada vez que tienen que anunciar una variable negativa. Según
sostiene un hombre cercano a De la Rúa, es imposible esconder los
números del Indec, que deberán ser difundidos sí
o sí en los primeros días de diciembre. La estrategia,
entonces, sería similar a la utilizada en la última medición,
cuando también hubo que anunciar un crecimiento del desempleo.
En aquella oportunidad, la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, se
anticipó unos días a la fecha prevista y dijo que la desocupación
iba a crecer un poco. Más tarde, el secretario de Empleo,
Horacio Viqueira, aseguró que la cifra podría superar los
16 puntos. Finalmente, el Ministerio de Economía confirmó
el índice de 16,4. La clave es ir anunciando los datos poco
a poco, como por goteo. Cuando se anuncia el índice oficial ya
todos los conocen. Es lo único que podemos hacer, aseguran
en la Rosada. Más allá de la estrategia, es innegable que
la noticia será impactante, sobre todo si se compara con el 16,4
por ciento. Los nuevos datos fueron recogidos por los encuestadores en
octubre, se terminarán de procesar en noviembre y se difundirán
en los primeros días de diciembre. Aunque anticipaban una suba,
en el Gobierno reconocen que los primeras resultados son peores de lo
previsto: el desempleo promedio arañará los 19 puntos, aunque
podría ser incluso mayor. Esto equivale a unos 2.600.000 mil personas
sin trabajo sobre una población económicamente activa de
14 millones de personas.
En realidad, si se miran con atención los indicadores de actividad,
el incremento de la desocupación no debería ser tan sorprendente.
La construcción, una de las actividades que concentra más
mano de obra, cayó brutalmente en octubre, registrando una baja
del 17,1 por ciento en comparación con el mismo mes del año
pasado. La industria, el comercio y los servicios también registraron
caídas abruptas. Por ejemplo, el lunes el INDEC informó
que la facturación de los supermercados disminuyó un 10,3
por ciento.
En cuanto a la distribución geográfica de la desocupación,
los picos se concentrarían en algunos centros urbanos como Rosario,
Mar del Plata y Tucumán, además de otras localidades más
chicas como Bahía Blanca, Catamarca y Concordia. Se registraría,
también, un crecimiento en la Capital y en otras ciudades que históricamente
tienen menos porcentaje de desocupación, como Córdoba.
Una de las claves para explicar la suba sería el crecimiento del
desempleo en el Gran Buenos Aires, el distrito más grande del país.
En mayo, el índice fue del 17,2 por ciento, con unos 800.000 desocupados.
Hoy, la cifra rondaría el 20 por ciento. Una número récord,
que resulta aún más impresionante si se tiene en cuenta
que equivale a casi un millón de personas sin trabajo. Esta última
medición coincide con un informe que la consultora Equis, que dirige
Artemio López, elaboró para el ministro de Trabajo de la
provincia de Buenos Aires, Aníbal Fernández: de acuerdo
con la encuesta de Equis, el desempleo sería del 20,5 por ciento
(ver recuadro). En el Gobierno reconocen la gravedad de la situación.
Sabíamos que iba a ser alto, pero no creíamos que
era para tanto, asegura un funcionario que accedió a los
datos. Y agrega una interpretación: Además de ser
una pésima noticia, el índice genera incertidumbre en un
momento clave. Las últimas iniciativas, como el pacto con los gobernadores
o la convocatoria a una concertación económico-social, apuntan
justamente a darle un marco de previsibilidad a la economía.
En este escenario, el anuncio complicaría los planes inmediatos
del Gobierno. El anuncio va a ser justo cuando estamos tratando
de recuperar la confianza en la economía. ¿Quién
va a invertir, o arriesgarse a gastar, a pedir plata prestada, si piensa
que mañana puede perder el trabajo?, se pregunta el funcionario.
628 desocupados más
por día
El informe de Equis fue elaborado en base a datos propios recogidos
en diferentes localidades del Conurbano y el interior de la provincia
de Buenos aires. Según la consultora, el total de desempleados
en el Gran Buenos Aires será de 1.036.540 personas. Entre
octubre de 2000 y octubre de 2001, se agregan 628 desocupados por
día. Antes, sobre todo el en Gran Buenos Aires, el
aumento de la desocupación se paliaba en parte con trabajo
en negro o informal. Pero ahora ni eso, asegura Artemio López,
director de Equis.
Dentro de los sectores encuestados, el crecimiento se registra sobre
todo en la zona de clase media y clase media alta de San Isidro
y Vicente López, y en las zonas más pobres, que incluyen
los partidos de Florencia Varela, Esteban Echeverría y Malvinas
Argentinas.
Una de las principales explicaciones es la caída de
los índices de construcción, que fue brutal en los
últimos meses, asegura a Página/12 Aníbal
Fernández, ministro de Trabajo de Carlos Ruckauf. Pero
también se sufrieron caídas graves en otras ramas,
en la industria, en los servicios y el comercio. La situación
es gravísima, y eso que la medición se hizo antes
de las inundaciones, concluye Fernández.
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Rozas arma el partido
El flamante titular del Comité Nacional del radicalismo,
Angel Rozas, presidirá mañana la primera reunión
de la nueva mesa de directiva del radicalismo, en la que se definirá
la estrategia que adoptará la nueva conducción partidaria.
A partir de las 12.00, en la sede de la UCR de Alsina y Entre Ríos,
Rozas encabezará el encuentro del que participarán
las autoridades que reemplazaron a la administración saliente
que lideraba Raúl Alfonsín: el vicepresidente, el
bonaerense Juan Manuel Casella, el vice segundo, el rionegrino Pablo
Verani, y el vice tercero, el chubutense José Luis Lizurume.
A pesar de la crisis y de la desesperanza, los dirigentes
debemos asumir que estamos en medio de una tempestad y salir a enfrentarla
y derrotarla, aseguró Rozas, cómodo en su nuevo
rol de jefe del radicalismo.
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