Lanzados como novedad en los
70, los cigarrillos light o suaves coparon el
mercado tabacalero bajo la consigna de ser menos perjudiciales que sus
pares los comunes. Sin embargo, un estudio presentado ayer
en Ginebra por el Instituto Nacional contra el Cáncer (NCI) de
Estados Unidos, echa por tierra tal aseveración y asegura que se
trata de una afirmación engañosa por parte de
las tabacaleras, mediante la cual buscan desalentar a los fumadores
que quieren abandonar el hábito. Según el NCI, que
los cigarrillos suaves contengan menos nicotina no implica una disminución
en la dependencia sino, al contrario, una intensificación en el
consumo de cada cigarrillo, lo que deriva en mayor riesgo de contracción
de cáncer de pulmón, arteriosclerosis y enfermedades cardiovasculares.
El trabajo, que servirá de introducción a la celebración
del Primer Convenio Internacional contra el Tabaquismo, en Ginebra, sostiene
que la expansión de los cigarrillos light apunta a calmar al fumador
preocupado por su salud y, al mismo tiempo, mantener el consumo, perjudicando
a quienes están dispuestos a abandonar el vicio definitivamente.
Por ello, el NCI busca desmitificar la idea de que los suaves, al contener
menor cantidad de nicotina que los comunes, son menos nocivos para la
salud. Como explicó Theodor Abelin, profesor de medicina preventiva
de la Universidad de Berna, con este tipo de cigarrillos los fumadores
no se sienten bien ni obtienen la dosis de nicotina a la que están
acostumbrados, por lo que inhalan más profundamente
absorbiendo más monóxido de carbono y alquitrán,
lo que conlleva mayores riesgos de cáncer, arteriosclerosis
y enfermedades cardiovasculares. Para Abelin se trata de una estrategia
de las tabacaleras, que buscan retrasar la adopción de medidas
legislativas contra el tabaquismo más que ayudar al fumador a superar
su adicción.
La conclusión a la que llegan los miembros del NCI es terminante:
la amplia oferta de cigarrillos bajos en nicotina para los fumadores
en Estados Unidos no ha frenado el aumento de cáncer de pulmón
entre los de más avanzada edad, lo que juega en contra de
las propagandas de las tabacaleras, mostrando que los cigarrillos suaves
no reducen el riesgo de contraer enfermedades cancerígenas.
Por ahora, sólo en la Unión Europea y en Brasil se adoptó
una directiva que prohíbe cualquier tipo de referencia al bajo
contenido en nicotina en las marquillas de los cigarrillos suaves. La
medida entrará en vigor el próximo 30 de enero en Brasil
y en septiembre del 2003 en Europa.
El informe del NCI se complementa con otro realizado en 1999 por el Instituto
Nacional del Consumo de Francia, en el que se ofrecían datos en
la misma dirección: demostraba que mientras un fumador de cigarrillos
normales da 12 pitadas por cigarrillo, con las que traga 546 milímetros
de humo; el de cigarrillos suaves o extrasuaves, debido a su necesidad
de aspirar nicotina, da 15 ó 16 pitadas y traga 868 milímetros,
es decir, un 37 por ciento más que el fumador de tabaco normal.
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