Llanto, impotencia, frustración
por haber dejado escapar el sueño de obtener por segunda vez consecutiva
la Copa Intercontinental, bronca e indignación por la actuación
del árbitro danés Kim Nielsen, rezumaban en el vestuario
boquense tras la derrota. Los jugadores coincidieron en que el hombre
de menos, por la expulsión de Marcelo Delgado, fue determinante
en la producción del equipo, pero apuntaron al arbitraje como el
factor desequilibrante del cotejo. Carlos Bianchi evitó opinar
sobre el tema y, a pesar del resultado, dijo sentirse orgulloso por lo
que rindieron sus dirigidos. Estoy seguro de que le van a seguir
dando muchas alegrías a Boca, dijo el entrenador.
Las lágrimas de Juan Román Riquelme, sentado solo sobre
el pasto y observando el festejo de los jugadores alemanes a través
de la pantalla gigante del estadio Nacional de Tokio alcanzaron para explicar
la bronca y la impotencia que sintieron él y sus compañeros
tras la caída.
Su mejor amigo dentro del plantel, Cristian Traverso, prefirió
disparar su bronca cargando de culpas al árbitro. El árbitro
nos metió el dedo en la cola. Sabemos que cuando juega un sudamericano
y un europeo y dirige uno de ellos, a nosotros todo nos va a costar el
doble, opinó Traverso, y agregó: No quiero hacerlo
absoluto responsable de la derrota, pero el tipo nos condicionó
y mucho. Porque once contra once estábamos controlando bien el
partido, pero después de la expulsión, se hizo lo que se
pudo.
En la misma frecuencia de Traverso, el colombiano Mauricio Serna también
apuntó sobre el arbitraje de Nielsen. Cuando el de negro
no quiere, no se puede hacer nada. Nos metieron la mano en el bolsillo.
Es cierto que Boca no jugó bien, pero tampoco es posible hacerlo
con un hombre menos durante 75 minutos. Quizás si nosotros hubiéramos
tenido once, habría sido diferente, pero bueno, al final cambia
el partido, cambia el funcionamiento para nosotros, se nos hace mucho
más difícil llegar al arco rival, pero aún así
creo que las dos jugadas más claras del partido las tuvo Boca,
puntualizó el capitán, que agregó: Sabíamos
que el Bayern era un equipo calculador y así jugó.
El colombiano remarcó que, sin Bianchi en el banco a partir de
enero del 2002, el equipo deberá tratar de superarse. Hay
que seguir luchando y lo único que nos da felicidad es saber que
la gente de Boca siempre está con nosotros. No nos hacemos ningún
reproche porque en la cancha dimos todo lo que teníamos para dar,
concluyó.
Por otra parte, con visibles gestos de pena, el arquero Oscar Córdoba
remarcó: Siempre estuvimos remando desde atrás. Primero
con la lesión de Martínez, después con la expulsión
y, por último, esperando que pasen los minutos para llegar al empate.
Sobre la actuación del juez, el arquero colombiano se mostró
más cauteloso que sus compañeros al señalar que no
era el momento adecuado para realizar un juicio determinante. Uno
vive el partido en caliente, se excusó. Sobre la salida de
Bianchi del equipo, Córdoba afirmó: Se merece el mejor
de los recuerdos.
Finalmente, el entrenador analizó el encuentro ante los alemanes
y manifestó estar orgulloso de sus jugadores a pesar de la derrota.
Esta derrota por un gol es bastante rara, hace que me sienta muy
orgulloso de este grupo de jugadores y estoy seguro de que le van a seguir
dando muchas alegrías a Boca, dijo Bianchi, quien en tres
años y medio consiguió para Boca nada menos que seis títulos.
Prefiero no dar una opinión sobre el árbitro porque
tendría que decir lo que no pienso, se excusó Bianchi,
que sobre la expulsión de Delgado consideró que cambió
la fisonomía del partido. Bayern Munich comenzó a monopolizar
la pelota y se hizo muy difícil jugar de igual a igual.
LA
SATISFACCION DEL BAYERN MUNICH
Suerte que no hubo penales
Estoy muy contento de
que no llegáramos a los penales, admitió Ottmar Hitzfeld,
el técnico del Bayern Munich, quien opinó que Boca era
uno de los mejores rivales del mundo pero señaló que
al equipo argentino le faltó creatividad, aunque aceptó
que la expulsión de Delgado tuvo que ver con esa falla. Alejado
de la polémica por el arbitraje, Hitzfeld aseguró que el
fútbol tiene mucho que ver con la buena suerte y el sufrimiento.
Lo importante es creer en los jugadores.
Esta es la segunda Intercontinental que obtiene el técnico alemán:
había ganado la primera con el Borussia Dortmund en 1997. Fuimos
muy pacientes. Dada la categoría del rival, sabíamos que
íbamos a tener pocas oportunidades de gol. En la primera parte
no pudimos conseguir el 1-0, pero mejoramos. Jugamos muy bien y aunque
no fue un partido veloz resistimos y conseguimos la victoria.
Hitzfeld dijo que la clave de la victoria estuvo en el hecho de que los
argentinos no son tan fuertes en las pelotas altas. Siempre fuimos muy
peligrosos, en todo el partido, y ganamos merecidamente.
El entrenador celebró la dimensión de la conquista. Hemos
abierto una nueva página en la Historia dijo y eso
quiere decir que somos el primer club del mundo. Pero siendo realistas
tenemos que regresar a la Bundesliga, añadió.
Queríamos el título reconoció el arquero
Oliver Kahn, uno de los dos alemanes que fueron titulares en el Bayern.
Cuando se puede demostrar que se es el mejor equipo del mundo, uno se
motiva al máximo. Sobre todo cuando se juega contra un rival que
ha jugado con todo lo que el fútbol te permite.
Esto es sensacional, ganar la Intercontinental y además meter
el gol -dijo el ghanés Samuel Kuffour. El gol se lo dedico
a mi hija Gloria, y a mi mujer también. ¿El auto que me
gané por ser el mejor del partido? Se lo daré a mi madre,
que vive en Ghana.
Sólo el manager general del Bayern, el ex jugador Uli Hoenness,
habló del árbitro Nielsen: Menos mal que estaba despierto
y se dio cuenta de lo que buscaban los argentinos, dijo airado el
manager. Siempre hacen lo mismo insistió. En
el mano a mano, buscan la falta y se dejan caer. Son muy buenos actores.
Tratan de tomar desprevenido al árbitro.
Qué se dijo
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Vicente Pernía, ex jugador de Boca: Lamentablemente,
Delgado fue víctima del encubrimiento arbitral que existe en
la Argentina, donde no se castiga a los pícaros. Creo que hay
que ser drástico con los que simulan. En ese sentido, la actitud
del árbitro fue irreprochable. Los jugadores argentinos deben
aprender de estas cosas, porque acá, en el medio local, se
les permiten ciertas picardías que luego padecen cuando juegan
a nivel internacional. Bianchi acertó en el planteo, porque
antes de la expulsión de Delgado el partido estaba controlado
y Boca tuvo tres situaciones claras para convertir. Después
se hizo lo que se pudo. Me provocó mucho dolor la imagen de
Riquelme llorando después del partido. Se nota que quiere la
camiseta, que ama al club. Eso es muy bueno y debe servir como ejemplo
para todos los chicos que vienen de las divisiones inferiores. El
ciclo de Bianchi fue excepcional en todos los aspectos, pero no hay
que asustarse o creer que con su partida se termina el mundo. Al contrario,
los directivos deben buscar un técnico de su mismo perfil para
que los éxitos continúen
Pedro Pompilio, vicepresidente de Boca: Boca cumplió
un papel aceptable dentro de las condiciones extrañas en
las que se planteó. Fue una verdadera tristeza haber perdido,
porque al comienzo del primer tiempo se veía muy accesible
Aquí no termina un ciclo, sino que comienza un nuevo sueño:
estar en Japón el año próximo. Habrá
que pensar ahora en un nuevo técnico, pero todavía
tenemos tiempo para encarar esa resolución
Antonio Roma, ex arquero de Boca: Con once hombres,
Boca hubiera obtenido el triunfo cómodamente. Bayern es un
equipo tosco, con muchas limitaciones. La figura fue Córdoba:
entró a la cancha muy confiado, descolgó cualquier
cantidad de centros y en sus salidas estuvo siempre impecable y
sobrio
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OPINION
Por Pablo Vignone
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Teorías conspirativas
Entre las múltiples teorías conspirativas que circulan
intentando explicar (y absorber menos traumáticamente) la
derrota, éstas son las más plausibles:
a) Joseph Blatter, titular de la FIFA, dijo la semana pasada que
ve en el Kaiser Franz Beckenbauer a su más legítimo
sucesor. Beckenbauer es, por supuesto, el titular del Bayern Munich.
Blatter y Beckenbauer vieron juntos el partido en el palco oficial.
Por lo tanto, la FIFA arregló el partido.
b) El árbitro danés Kim Nielsen no podía dormir
desde que vio en TV cómo cayó en la trampa que le
tendió Diego Simeone para que echara a David Beckham durante
el Argentina-Inglaterra de Saint Etienne, Mundial de Francia, 1998.
Ayer quedó a mano con su conciencia, perjudicando a otro
equipo argentino.
c) Esta podía haber sido la última Copa Toyota, la
última Intercontinental de Tokio, porque el sponsor tenía
dudas de la eficacia de su inversión. Si hubiera ganado Boca
por segundo año consecutivo, se habría hecho aburrido
y el negocio se habría caído definitivamente. Alguien,
entonces la FIFA, los japoneses o el canchero del Nacional
de Tokio arregló al árbitro de Dinamarca, país
que, como todo el mundo sabe, linda con Alemania.
Mientras la victoria es mérito, la derrota suele ser normalmente
culpa. Y si el éxito es el lógico producto de la propia
superioridad, el fracaso parece tiene que ser visto,
necesariamente, como la responsabilidad de un factor exógeno.
El árbitro es el que está más a mano. La FIFA
viene después. Un hincha se preguntaba airado en TV: ¿Dónde
estaba Grondona?. Al vicepresidente de la FIFA se le podrán
cuestionar algunas actuaciones, pero, en ésta, la verdad,
¿qué tenía que ver?
Después de ver todo el partido, más los alargues,
la teoría conspirativa que más me seduce, para ser
sincero, es la siguiente:
z) Acostumbrado a que la indulgencia de los árbitros argentinos
juegue a su favor, Boca incurrió en un exceso de confianza.
Luego incurrió en un exceso de cautela. Y por lo tanto, más
tarde, se vio sumergido en un océano de lamentos. Boca conspiró
contra sí mismo. Tristemente, tuvo éxito.
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San
Lorenzo, por la final
San Lorenzo deberá ganar
hoy por dos goles de diferencia para acceder a la final de la Copa Mercosur
cuando reciba en el Nuevo Gasómetro al Corinthians, de Brasil,
por el encuentro revancha de las semifinales del torneo. Como perdió
2-1 el partido de ida jugado en San Pablo, el equipo de Manuel Pellegrini
sabe que con una victoria por un solo tanto deberá dirimir el pasaje
a la final en la definición por tiros desde el punto del penal.
Alberto Acosta fue descartado al no recuperarse de la contractura en el
cuádriceps de la pierna derecha, y está en duda Walter Erviti:
su reemplazante sería Mario Santana. Lucas Pusineri jugará
por Zurita.
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