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LA VISION DE CARLOS BIANCHI EN EL VESTUARIO ARGENTINO
“Fue una derrota bastante rara”

Se mezclaban el llanto de Riquelme con la impotencia de Serna, en el cierre de un ciclo de tres años y seis títulos. El entrenador evitó hablar del árbitro, pero afirmó que la expulsión de Delgado �cambió la fisonomía del partido�, y dijo estar �orgulloso de los jugadores�.

Carlos Bianchi recibe la medalla en la triste ceremonia que vivió Boca, tras el partido.

Llanto, impotencia, frustración por haber dejado escapar el sueño de obtener por segunda vez consecutiva la Copa Intercontinental, bronca e indignación por la actuación del árbitro danés Kim Nielsen, rezumaban en el vestuario boquense tras la derrota. Los jugadores coincidieron en que el hombre de menos, por la expulsión de Marcelo Delgado, fue determinante en la producción del equipo, pero apuntaron al arbitraje como el factor desequilibrante del cotejo. Carlos Bianchi evitó opinar sobre el tema y, a pesar del resultado, dijo sentirse orgulloso por lo que rindieron sus dirigidos. “Estoy seguro de que le van a seguir dando muchas alegrías a Boca”, dijo el entrenador.
Las lágrimas de Juan Román Riquelme, sentado solo sobre el pasto y observando el festejo de los jugadores alemanes a través de la pantalla gigante del estadio Nacional de Tokio alcanzaron para explicar la bronca y la impotencia que sintieron él y sus compañeros tras la caída.
Su mejor amigo dentro del plantel, Cristian Traverso, prefirió disparar su bronca cargando de culpas al árbitro. “El árbitro nos metió el dedo en la cola. Sabemos que cuando juega un sudamericano y un europeo y dirige uno de ellos, a nosotros todo nos va a costar el doble”, opinó Traverso, y agregó: “No quiero hacerlo absoluto responsable de la derrota, pero el tipo nos condicionó y mucho. Porque once contra once estábamos controlando bien el partido, pero después de la expulsión, se hizo lo que se pudo”.
En la misma frecuencia de Traverso, el colombiano Mauricio Serna también apuntó sobre el arbitraje de Nielsen. “Cuando el de negro no quiere, no se puede hacer nada. Nos metieron la mano en el bolsillo. Es cierto que Boca no jugó bien, pero tampoco es posible hacerlo con un hombre menos durante 75 minutos. Quizás si nosotros hubiéramos tenido once, habría sido diferente, pero bueno, al final cambia el partido, cambia el funcionamiento para nosotros, se nos hace mucho más difícil llegar al arco rival, pero aún así creo que las dos jugadas más claras del partido las tuvo Boca”, puntualizó el capitán, que agregó: “Sabíamos que el Bayern era un equipo calculador y así jugó”.
El colombiano remarcó que, sin Bianchi en el banco a partir de enero del 2002, el equipo deberá tratar de superarse. “Hay que seguir luchando y lo único que nos da felicidad es saber que la gente de Boca siempre está con nosotros. No nos hacemos ningún reproche porque en la cancha dimos todo lo que teníamos para dar”, concluyó.
Por otra parte, con visibles gestos de pena, el arquero Oscar Córdoba remarcó: “Siempre estuvimos remando desde atrás. Primero con la lesión de Martínez, después con la expulsión y, por último, esperando que pasen los minutos para llegar al empate”. Sobre la actuación del juez, el arquero colombiano se mostró más cauteloso que sus compañeros al señalar que no era el momento adecuado para realizar un juicio determinante. “Uno vive el partido en caliente”, se excusó. Sobre la salida de Bianchi del equipo, Córdoba afirmó: “Se merece el mejor de los recuerdos”.
Finalmente, el entrenador analizó el encuentro ante los alemanes y manifestó estar orgulloso de sus jugadores a pesar de la derrota. “Esta derrota por un gol es bastante rara, hace que me sienta muy orgulloso de este grupo de jugadores y estoy seguro de que le van a seguir dando muchas alegrías a Boca”, dijo Bianchi, quien en tres años y medio consiguió para Boca nada menos que seis títulos. “Prefiero no dar una opinión sobre el árbitro porque tendría que decir lo que no pienso”, se excusó Bianchi, que sobre la expulsión de Delgado consideró que “cambió la fisonomía del partido. Bayern Munich comenzó a monopolizar la pelota y se hizo muy difícil jugar de igual a igual”.

 


 

LA SATISFACCION DEL BAYERN MUNICH
“Suerte que no hubo penales”

“Estoy muy contento de que no llegáramos a los penales”, admitió Ottmar Hitzfeld, el técnico del Bayern Munich, quien opinó que Boca “era uno de los mejores rivales del mundo” pero señaló que al equipo argentino le faltó “creatividad”, aunque aceptó que la expulsión de Delgado tuvo que ver con esa falla. Alejado de la polémica por el arbitraje, Hitzfeld aseguró que “el fútbol tiene mucho que ver con la buena suerte y el sufrimiento. Lo importante es creer en los jugadores”.
Esta es la segunda Intercontinental que obtiene el técnico alemán: había ganado la primera con el Borussia Dortmund en 1997. “Fuimos muy pacientes. Dada la categoría del rival, sabíamos que íbamos a tener pocas oportunidades de gol. En la primera parte no pudimos conseguir el 1-0, pero mejoramos. Jugamos muy bien y aunque no fue un partido veloz resistimos y conseguimos la victoria.”
Hitzfeld dijo que la clave de la victoria estuvo en el hecho de que “los argentinos no son tan fuertes en las pelotas altas. Siempre fuimos muy peligrosos, en todo el partido, y ganamos merecidamente”.
El entrenador celebró la dimensión de la conquista. “Hemos abierto una nueva página en la Historia –dijo– y eso quiere decir que somos el primer club del mundo. Pero siendo realistas tenemos que regresar a la Bundesliga”, añadió.
“Queríamos el título –reconoció el arquero Oliver Kahn, uno de los dos alemanes que fueron titulares en el Bayern–. Cuando se puede demostrar que se es el mejor equipo del mundo, uno se motiva al máximo. Sobre todo cuando se juega contra un rival que ha jugado con todo lo que el fútbol te permite.”
“Esto es sensacional, ganar la Intercontinental y además meter el gol -dijo el ghanés Samuel Kuffour–. El gol se lo dedico a mi hija Gloria, y a mi mujer también. ¿El auto que me gané por ser el mejor del partido? Se lo daré a mi madre, que vive en Ghana.”
Sólo el manager general del Bayern, el ex jugador Uli Hoenness, habló del árbitro Nielsen: “Menos mal que estaba despierto y se dio cuenta de lo que buscaban los argentinos”, dijo airado el manager. “Siempre hacen lo mismo –insistió–. En el mano a mano, buscan la falta y se dejan caer. Son muy buenos actores. Tratan de tomar desprevenido al árbitro.”

 

Qué se dijo
Vicente Pernía, ex jugador de Boca: “Lamentablemente, Delgado fue víctima del encubrimiento arbitral que existe en la Argentina, donde no se castiga a los pícaros. Creo que hay que ser drástico con los que simulan. En ese sentido, la actitud del árbitro fue irreprochable. Los jugadores argentinos deben aprender de estas cosas, porque acá, en el medio local, se les permiten ciertas picardías que luego padecen cuando juegan a nivel internacional. Bianchi acertó en el planteo, porque antes de la expulsión de Delgado el partido estaba controlado y Boca tuvo tres situaciones claras para convertir. Después se hizo lo que se pudo. Me provocó mucho dolor la imagen de Riquelme llorando después del partido. Se nota que quiere la camiseta, que ama al club. Eso es muy bueno y debe servir como ejemplo para todos los chicos que vienen de las divisiones inferiores. El ciclo de Bianchi fue excepcional en todos los aspectos, pero no hay que asustarse o creer que con su partida se termina el mundo. Al contrario, los directivos deben buscar un técnico de su mismo perfil para que los éxitos continúen”

Pedro Pompilio, vicepresidente de Boca: “Boca cumplió un papel aceptable dentro de las condiciones extrañas en las que se planteó. Fue una verdadera tristeza haber perdido, porque al comienzo del primer tiempo se veía muy accesible Aquí no termina un ciclo, sino que comienza un nuevo sueño: estar en Japón el año próximo. Habrá que pensar ahora en un nuevo técnico, pero todavía tenemos tiempo para encarar esa resolución”

Antonio Roma, ex arquero de Boca: “Con once hombres, Boca hubiera obtenido el triunfo cómodamente. Bayern es un equipo tosco, con muchas limitaciones. La figura fue Córdoba: entró a la cancha muy confiado, descolgó cualquier cantidad de centros y en sus salidas estuvo siempre impecable y sobrio”

 

OPINION
Por Pablo Vignone

Teorías conspirativas

Entre las múltiples teorías conspirativas que circulan intentando explicar (y absorber menos traumáticamente) la derrota, éstas son las más plausibles:
a) Joseph Blatter, titular de la FIFA, dijo la semana pasada que ve en el Kaiser Franz Beckenbauer a su más legítimo sucesor. Beckenbauer es, por supuesto, el titular del Bayern Munich. Blatter y Beckenbauer vieron juntos el partido en el palco oficial. Por lo tanto, la FIFA arregló el partido.
b) El árbitro danés Kim Nielsen no podía dormir desde que vio en TV cómo cayó en la trampa que le tendió Diego Simeone para que echara a David Beckham durante el Argentina-Inglaterra de Saint Etienne, Mundial de Francia, 1998. Ayer quedó a mano con su conciencia, perjudicando a otro equipo argentino.
c) Esta podía haber sido la última Copa Toyota, la última Intercontinental de Tokio, porque el sponsor tenía dudas de la eficacia de su inversión. Si hubiera ganado Boca por segundo año consecutivo, se habría hecho aburrido y el negocio se habría caído definitivamente. Alguien, entonces –la FIFA, los japoneses o el canchero del Nacional de Tokio– arregló al árbitro de Dinamarca, país que, como todo el mundo sabe, linda con Alemania.
Mientras la victoria es mérito, la derrota suele ser normalmente culpa. Y si el éxito es el lógico producto de la propia superioridad, el fracaso –parece– tiene que ser visto, necesariamente, como la responsabilidad de un factor exógeno.
El árbitro es el que está más a mano. La FIFA viene después. Un hincha se preguntaba airado en TV: “¿Dónde estaba Grondona?”. Al vicepresidente de la FIFA se le podrán cuestionar algunas actuaciones, pero, en ésta, la verdad, ¿qué tenía que ver?
Después de ver todo el partido, más los alargues, la teoría conspirativa que más me seduce, para ser sincero, es la siguiente:
z) Acostumbrado a que la indulgencia de los árbitros argentinos juegue a su favor, Boca incurrió en un exceso de confianza. Luego incurrió en un exceso de cautela. Y por lo tanto, más tarde, se vio sumergido en un océano de lamentos. Boca conspiró contra sí mismo. Tristemente, tuvo éxito.

 

San Lorenzo, por la final

San Lorenzo deberá ganar hoy por dos goles de diferencia para acceder a la final de la Copa Mercosur cuando reciba en el Nuevo Gasómetro al Corinthians, de Brasil, por el encuentro revancha de las semifinales del torneo. Como perdió 2-1 el partido de ida jugado en San Pablo, el equipo de Manuel Pellegrini sabe que con una victoria por un solo tanto deberá dirimir el pasaje a la final en la definición por tiros desde el punto del penal. Alberto Acosta fue descartado al no recuperarse de la contractura en el cuádriceps de la pierna derecha, y está en duda Walter Erviti: su reemplazante sería Mario Santana. Lucas Pusineri jugará por Zurita.

 

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