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MEDIA SANCION A LA SUBA DE IMPUESTO A GRANDES GANANCIAS
Pacto de viejos amigos para cobrar

El proyecto logró sumar el apoyo de la Alianza, ex frepasistas y cavallistas. El PJ, en contra. Chrystian Colombo, también.

Darío Alessandro y Horacio Pernasetti, como en los viejos tiempos, arreando a una Alianza grande.

Por David Cufré

La Cámara de Diputados dio anoche media sanción al proyecto de ley que sube en 10 puntos la alícuota del impuesto a las Ganancias. Las empresas con utilidades superiores a los 5 millones de pesos anuales, y las personas con rentas de más de un millón deberán pagar a partir de 2002 un 45 por ciento de Ganancias, contra el 35 que integraron este año. Eso, en caso de que el Senado acompañe la decisión de la Cámara baja y transforme el proyecto en ley. Finalmente, los jefes de los bloques de la Alianza y radical, Darío Alessandro y Horacio Pernasetti, consiguieron el apoyo de los diputados del Frepaso, el ARI y el Frente para el Cambio, fracciones en que quedó dividida la Alianza original, y con 100 votos superaron la oposición de los justicialistas, que sumaron 79. El bloque de Acción por la República, el partido de Domingo Cavallo, también votó en favor de la iniciativa, lo que muestra el interés del ministro en que sea sancionada.
“En un momento de crisis como el que atraviesa la Argentina, que obligó a tomar medidas inequitativas como el recorte en jubilaciones, cómo no vamos a exigir a aquellos que tienen una elevada capacidad contributiva aporten un 10 por ciento más”, argumentó Alessandro. En la misma línea, el frepasista Alejandro Peyrou cuestionó aspectos técnicos del proyecto, pero dijo que “si la opción pasa por bajar más los ingresos de los jubilados o aprobar un impuesto imperfecto, nos quedamos con esta propuesta imperfecta”.
El punto es exactamente el que planteó Peyrou. Los diputados de la Alianza elaboraron el proyecto de ley que aumenta la tasa de Ganancias ante las dificultades fiscales. Para cumplir con la meta de déficit cero en 2002, tal como exige el FMI, el Gobierno está resuelto a aplicar un fortísimo ajuste del gasto. Pero aun así, como las estimaciones oficiales sobre la evolución de la recaudación el próximo año son desalentadoras, es preciso también aumentar impuestos. La suba de Ganancias aportaría unos 1000 millones de pesos. Los contribuyentes serán unas 100 personas físicas que ganan más de un millón de pesos al año, y unas 260 compañías con utilidades mayores a los 5 millones. Entre estas últimas figuran la mayoría de las privatizadas y los bancos.
Cavallo aspira a que el proyecto se convierta en ley esta misma semana, para lo cual debería aprobarlo el Senado en una sesión sobre tablas. Sin embargo, el justicialismo no apoya la iniciativa y probablemente ni siquiera habilite su tratamiento para antes del viernes, último día de las sesiones ordinarias. En tal caso, el Poder Ejecutivo podría incluirlo en el temario de las sesiones extraordinarias. Pero se supone que el PJ se seguirá resistiendo.
Los diputados peronistas Oscar Lamberto y Jorge Remes Lenicov explicaron las razones de su oposición. Dijeron que una suba de Ganancias al 45 por ciento afectará la variable más castigada en el último tiempo: la inversión. El justicialismo, en cambio, comparte la línea de otro proyecto que sube la tasa de Ganancias, del 35 al 40 por ciento, elaborado por los diputados radicales Beatriz Nofal y Carlos Maestro. En este caso, se aclara que el cobro de esa tasa es cuando se distribuyen dividendos, mientras que se fija una alícuota del 25 por ciento para las empresas que no lo hacen y reinvierten utilidades.
La estrategia del justicialismo sería dejar caer la ley AlessandroPernasetti, y avanzar con la de Nofal-Maestro, pero una vez que el Ejecutivo envíe al Congreso el Presupuesto 2002. En el marco de ese debate, la oposición estaría de acuerdo en producir una reforma tributaria “de fondo” que suba Ganancias. Dentro del Gobierno, Cavallo encontró un opositor a la ley que se votó ayer: el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo. “El Gobierno no quiere más impuestos”, le dijo ayer Colombo a los diputados peronistas antes de la sesión. La disputa, ahora, se trasladó al Senado.

 

Suspenden ejecuciones

La Cámara de Diputados dio ayer media sanción a otros dos proyectos trascendentes. Uno, redactado por el justicialista Oscar Lamberto, establece la suspensión por 180 días hábiles de las ejecuciones por quiebras, concurso preventivos y garantía de hipotecas. La iniciativa excluye determinadas situaciones, como cuando se trate de acciones por cuotas alimentarias, por accidentes y enfermedades laborales, los procesos a entidades financieras y los casos donde el Estado es demandante. El proyecto se giró al Senado para su aprobación definitiva. También volvió a la Cámara alta un proyecto que limita al 7 por ciento los intereses que se les retiene a las provincias por las deudas que mantienen con los bancos y que están garantizadas con la coparticipación. De este modo, el Congreso presiona a los bancos para que acepten el canje de la deuda provincial a una tasa del 7 por ciento.

 

CRECE LA PREPONDERANCIA DEL CAPITAL EXTRANJERO
Ganadores a pesar de la crisis

Según los últimos datos disponibles, publicados ayer por el Indec, las 500 mayores empresas no financieras de la Argentina acaparan el 26 por ciento del producto bruto del país y casi el 68 por ciento de las exportaciones. Más impresionante aún es el arrollador avance del capital extranjero: ya controla casi el 80 por ciento del valor agregado y casi el 90 por ciento de las utilidades generadas por este selecto club de empresas. Y la creciente participación de las firmas privatizadas en la apropiación de las ganancias.
El estudio del Indec, titulado “Grandes Empresas en Argentina”, sólo cuenta con información actualizada al año 1999. Recién en unos 10 días estarán los datos disponibles de la encuesta correspondiente al año 2000. Pero, igualmente, el estudio sirve para comparar la evolución de este grupo de empresas, que en aquel año generaba más de un cuarto del PBI, es decir, unos 78.000 millones de dólares. Las cifras son las siguientes:
u Entre 1995 y 1999, el capital extranjero pasó de controlar 255 a 306 empresas del grupo de las mayores 500.
u Más notable aún es su preponderancia sobre todos los indicadores económicos del grupo. Su participación en el valor agregado creció del 68 al 79 por ciento; su tajada en las utilidades se incrementó desde el 69 por ciento a casi el 90 por ciento; y la nómina salarial controlada por extranjeros pasó del 55 al 65 por ciento del total.
u Asimismo, quedó en evidencia que la mayor parte del comercio exterior está controlado por capitales extranjeros: el 76 por ciento de las exportaciones y el 84,5 por ciento de las importaciones están en cabeza de estas firmas.
Un párrafo aparte merecen las empresas privatizadas. La participación de éstas entre las 500 mayores firmas que operan en el país creció notablemente en la segunda mitad de los noventa si se analiza la torta de utilidades del grupo. Así, de acaparar el 50 por ciento de las ganancias netas en 1995 pasaron a quedarse con el 67,5 por ciento en 1999. De otro modo, la tasa de rentabilidad sobre patrimonio neto de las empresas privatizadas se elevó ese último año al 12,7 por ciento, lo que representó 2,6 veces la utilidad obtenida por el resto de las grandes empresas, que alcanzó al 4,9 por ciento.
Aun en 1999, el primer año en que empezó a sentirse la profundidad de la recesión, las ganancias de las empresas privatizadas con capital extranjero creció fuertemente. Así, mientras que éstas incrementaron sus ganancias en 1916 millones de dólares, el resto de las empresas del grupo experimentaron pérdidas por 4414 millones.

 

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