El ministro de Salud, Héctor
Lombardo, no pudo precisar ayer en qué momento el PAMI estará
en condiciones de saldar sus deudas con los prestadores y, por el contrario,
hizo una afirmación que no permite augurar el mejor de los futuros
para la obra social: Todo depende de la recaudación y de
los ahorros por la reestructuración en marcha. Y el panorama
es todavía menos alentador a partir de la interna desatada en la
cúpula misma del PAMI. Mientras el interventor Raúl Pistorio
aseguró que la crisis no generó abandonos de personas
y se resolvieron las emergencias, su segundo, Eduardo Trivisono,
lo criticó públicamente por la forma en que encaró
su gestión y admitió que se perdió
un chico, en referencia a la muerte de Sergio Martínez Yofre por
falta de atención.
Lombardo habló mucho, recurrió a frases como se va
a solucionar el problema del PAMI y en el año 2002 vamos a tener
un PAMI con déficit cero o no murió y lo vamos
a salvar. Pero nada dijo en concreto acerca del modo de solucionar
los problemas que a diario enfrentan los miles de beneficiarios que vieron
cortadas sus prestaciones y sus palabras remitieron en todos los casos
a un futuro por otra parte incierto. Valga, por caso, su afirmación
en el sentido de que primero hay que mejorar la recaudación.
Para eso están los nuevos planes de competitividad, y el éxito
que se logre va a mejorar la situación económica. Por otro
lado, están las acciones de reestructuración (de la obra
social) que se están llevando adelante.
Una cosa, en cambio, sí dejó en claro Lombardo y fue su
desacuerdo con la ley aprobada por el Congreso que establece una partida
extra de 160 millones para la obra social. Se aprobó una
ley sin saber de dónde se va a sacar la plata, se quejó
primero y después remarcó que no podemos sacar recursos
de otro lado para mandar al PAMI.
La opinión de Lombardo acerca del auxilio financiero que el Parlamento
aprobó para el PAMI puso de manifiesto sus diferencias con Pistorio.
Al contrario que el ministro, el interventor consideró que lo
que hace el Congreso es tratar de paliar el déficit coyuntural
y especuló que con una inyección de 160 millones de pesos,
equivalente a un mes prestacional, se puede destrabar el conflicto
con los prestadores y empezar el 2002 con nuevas pautas.
Pistorio no tiene, de todos modos, tantos problemas con Lombardo quien
lo puso al frente del PAMI como con su segundo. Mi enfoque
no acuerda con el doctor Pistorio en cómo encaró la gestión,
señaló Trivisono y admitió que por el corte de las
prestaciones médicas y sociales lamentablemente perdimos
un chico y así podemos perder más gente. De ese modo,
se convirtió en el primer funcionario en reconocer que Martínez
Yofre un chico riojano de 11 años con problemas neurológicos
falleció por falta de atención, cosa que aún ayer
Lombardo siguió negando con el argumento de que no era afiliado
de la obra social.
Trivisono quien desde años reporta a Lombardo, pero sintoniza
del grupo Sushi deslindó su responsabilidad personal en la
muerte del chico porque correspondía que como subinterventor,
pudiese haber tenido decisiones y firma para inicialar resoluciones. Sin
embargo, Pistorio se encargó directamente de dejarme sin ningún
tipo de atribuciones.
El funcionario sostuvo que lo que habría que hacer es sentarse
con todos los actores, renegociar la deuda, consolidarla y salir para
adelante porque la obra social no debe ser privatizada
y confió en que salvar al PAMI es posible a partir
de su normalización y el cambio de el modelo
prestacional. En ese sentido, explicó que con las 70 mil
camas que hay en hospitales públicos se podría hacer un
sistema de respuestas rápidas a través de un teléfono
0800 e implementar un modelo de atención domiciliaria, denominado
El geriatra en casa.
Frente a las declaraciones de su segundo, Pistorio lo desmintió
y afirmó que no hubo abandono de personas y se resolvieron
la emergencias. También dijo que la situación por
la que atraviesa el PAMI ha generado una corriente de trabajo en
diferentes ámbitos para ver cómo salir de la crisis.
MATILDE
MENENDEZ REAPARECIO EN UN ACTO PUBLICO
Acá la nota de color soy yo
Por Irina Hauser
Estoy supernerviosa,
confesó con una gran sonrisa ante un auditorio de doctores, doctoras,
prestadores médicos y militantes peronistas. Matilde Svatetz de
Menéndez eligió uno de los días más críticos
del PAMI para ir por su revancha y volver al mundo de los micrófonos
y las tarimas de la política, un arte que no desplegaba a sus anchas
desde que en 1994 se tuvo que ir de la obra social de los jubilados asediada
por denuncias de corrupción. La excusa para la reaparición
de la ex funcionaria, devenida rubia y con melena lacia, fue la presentación
del Instituto de Capacitación Dr. Ramón Carrillo el
mismo nombre de su vieja agrupación partidaria del Sindicato
de Médicos Argentinos (SUMAR).
Alguna vez soñó con ser candidata a vicepresidenta en la
fórmula que llevó a Carlos Menem a la reelección.
En la semana posterior a la liberación del ex presidente, aprovechó
el contexto y se pudo materializar su regreso público de la mano
del dirigente sindical de la sanidad, Carlos West Ocampo alineado
con Rodolfo Daer, quien finalmente no acudió al evento. Al
ex presidente Matilde no le pierde el rastro: no faltó a verlo
a Don Torcuato, y cada vez que puede intenta hacer planes con él.
Rodeada de hombres del sindicato, la psiquiatra ex interventora del PAMI
se mostró como la anfitriona del acto. Cómo
le va doctor, cómo le va doctora, saludaba mientras
intentaba sostenerse en unas empinadas sandalias blancas que terminaban
acordonadas en los tobillos. Sus compañeros de la mesa de oradores
abarcaron en breves discursos las malas condiciones en que trabajan los
médicos argentinos, la falta de convenios colectivos de trabajo,
la pobreza, la clonación, las Torres Gemelas, los contratos basura,
y por fin la importancia de la capacitación de los trabajadores
de la salud, tema del nuevo instituto.
Matilde, con tailleur azul, estaba ubicada justito a la altura de un frondoso
arreglo floral. Entre el público circulaba una revista con el título
Mala praxis: la industria del siglo que una mujer con blusa
de seda verde rechazó diciendo no gracias, soy una de las
tantas coladas del partido. Cuando le tocó hablar, la ex
funcionaria que será secretaria de docencia se puso
de pie y comenzó a repartir agradecimientos a la mujer de Carrillo,
al decano de Medicina de la UCA, consejeros de la UBA, los prestadores,
y los todavía fieles del PAMI. Los médicos tenemos
que estar organizados y capacitados, dijo entre frases similares
y alguna cita de Eva Perón. El secreto de la calidad es el
amor, remató después de que le leyeron mensajes de
aliento de la diputada ultramenemista Lelia Chaya y de Lorenzo Miguel,
entre otros.
¿Por qué vuelve al ruedo aquí y ahora? le
preguntó Página/12.
Esto no es volver a la política sino trabajar como médica
llegó a contestar Menéndez cuando el sindicalista
Miguel Sagués la interrumpió al grito de yo la ayudo
a responder, lo que pasa es que para nosotros el aporte de ella como ex
funcionaria es muy importante.
Acá la nota de color soy yo, refutó ella. Y
dijo que le basta con ser congresal del PJ sin planes específicos
y dedicarse a lo profesional y gremial.
Menéndez renunció al PAMI cuando dueños de clínicas
psiquiátricas fueron filmados pagando una coima para la obra social
de los jubilados, y sumó causas por adelantos de dinero a prestadores,
entre otras barbaridades. Si quedaba algún resquicio para investigar,
la Corte Suprema ya se encargó de amenazar a todo juez que pretenda
hurgar en las conductas de funcionarios.
Feroz
represión de una protesta
de discapacitados en Plaza de Mayo
Por Alejandra Dandan
Quedamos de cuarta: pareció
la represión de la época del jopo. Este fue uno de
los análisis que anoche se escuchaban en el Departamento Central
de Policía. Durante la madrugada, cincuenta hombres de la fuerza
habían montado un operativo violentísimo contra un grupo
de discapacitados que dormían en Plaza de Mayo. El operativo se
hizo sin orden judicial y fue un escándalo. El jefe de la Policía,
Rubén Santos, atribuyó la responsabilidad al poder
político. Off the record, fuentes cercanas a la jefatura
aseguraban que la instrucción fue dada por el ministro del Interior,
Ramón Mestre, a pedido de Héctor Lombardo, a cargo del Ministerio
de Salud y uno de los más incómodos con la protesta. Esta
hipótesis fue desmentida por los dos funcionarios.
La plaza estaba silenciosa. Frente a la Casa Rosada quedaban unos treinta
integrantes del Foro para la Promoción y Defensa de los derechos
de personas con discapacidad (Foro-Pro). La asociación coordinada
por el padre Pablo Molero de la arquidiócesis de Buenos Aires,
terminaba el primero de los dos días de protesta programados. Se
juntaron allí para reclamar una deuda de 8 millones de dólares
que el PAMI mantiene con esas instituciones. Pero no fue una manifestación
común y eso fue lo que más molesto al Gobierno: en medio
de la plaza, los discapacitados reprodujeron el escenario del cotolengo.
Trasladaron hasta allí todas sus herramientas: pusieron camas,
colchones, mesas de luz, armarios y heladeras: Quisimos sacar a
la luz lo que sucede a diario en nuestras instituciones, comentaba,
a la tarde, el padre Molero.
Sin duda molestaron: rápidamente las imágenes fueron tomadas
por las cámaras de televisión. Mientras se difundía
ese escenario, Molero y otros representantes terminaban de tramitar la
instalación de una carpa que finalmente fue lo único rechazado.
La fiscal Elsa Miranda, del fuero contravencional porteño, fue
quien siguió todos los pasos que iba dando la concentración.
Ella aceptó toda la modalidad, excepto la carpa. Cuando terminó
el día, todos los posibles conflictos estaban resueltos. La fiscal
abandonó el lugar y conoció todo lo ocurrido recién
ayer a la mañana.
La policía entró a Plaza de Mayo a las 3.15. Eran cincuenta
civiles y uniformados en carros de asalto y armados a cargo de Raúl
Androzzi, el jefe la Superintendencia Metropolitana. Sobre la plaza, las
dos columnas que fueron avanzando sólo encontraron las camas y
las treinta personas dispuestas a llevar adelante una vigilia que finalizaba
ayer a la tarde. Entre ellos estaba el padre Molero, algunos discapacitados
y familiares: Nos dieron con todo: era una relación de 6
a uno para que te des una idea, dice ahora Daniel Lipani del Foro-Pro.
La decisión de sacarlos estaba tomada. En la plaza sólo
dejaron las muletas y las sillas de los discapacitados.
El secretario de Seguridad y jefe político de la fuerza, Enrique
Mathov, no se encontraba en el país. Sus voceros aseguraron que
estaba en Uruguay cuando los hombres de Santos recibían la orden.
En su lugar, dentro del ministerio no quedó nadie. El único
funcionario que quedaba con poder necesario para movilizar a las tropas,
era Mestre. El ministro nunca se comunicó con Santos ni con
Lombardo por este tema, dijeron anoche sus voceros que en cambio
aseguran que la policía puede intervenir de oficio en estos casos.
Este tipo de campamento no puede hacerse en plazas como éstas
y la policía no necesita ninguna orden para intervenir, dijeron.
Sin embargo, la defensora del Pueblo, Alicia Oliveira, asegura que sin
orden judicial este tipo de operativos no puede llevarse adelante. Por
eso, desde la Defensoría del Pueblo, ayer le enviaron un oficio
al jefe de Policía pidiendo el nombre de la persona o del organismo
desde donde había partido la orden.
Los discapacitados mientras tanto seguían sin saber quién
había ordenado sacarlos de la plaza. A la tarde, el subjefe de
la Policía, Osvaldo Cannizzaro, los convocó para pedirles
disculpas. Mientras tanto, Héctor Lombardo aseguraba que lamentaba
los hechos y mientras también se alejaba del entorno de presuntos
responsables, aseguraba que investigaría el origen del operativo.
En este terreno cada vez más conspirativo, el Foro buscó
algún canal oficial para presentar el petitorio. El padre Molero
se entrevistó con funcionarios de la jefatura de ministros para
proponerles un plan de pagos para que el PAMI pudiera saldar la deuda
que mantiene desde agosto con las instituciones. Pueden darnos 750.000
pesos cada tres días, y así en un mes cubrimos todo,
decía al final del día mientras organizaban además,
la devolución de las camas.
LAPIDARIO
INFORME SOBRE LA GESTION ALIANCISTA
Lo llamaban la cajita de cristal
Por Cledis Candelaresi
Presumiblemente, la prominente
sonrisa de Cecilia Felgueras se habrá esfumado rápidamente
al conocer el último informe de la Sindicatura General de la Nación
sobre la gestión PAMI durante el año 2000. Un impacto igualmente
adverso debe haber generado en los otros interventores aliancistas de
ese período, Horacio Rodríguez Larreta y Federico Polak,
que administraron la obra social de los jubilados bajo la consigna de
depurarla. El trabajo de la Sigen descubre que muchos de los vicios imputados
a la gestión menemista son, en rigor, males endémicos que
han subsistido hasta la actualidad. En lenguaje técnico y mesurado,
pero claro y directo, el organismo de control cuestiona la elemental falta
de un presupuesto, la injustificada discrecionalidad para contratar, y
detalla irregularidades en licitaciones, en las que era habitual modificar
requisitos minutos antes de la apertura de ofertas.
La conjugación de tantas falencias juntas, detectadas durante el
ejercicio pasado, podrían explicar en gran medida la crítica
situación económico financiera de la entidad, con una multimillonaria
deuda exigible en el corto plazo. La falla básica del Instituto
Nacional de Servicios Sociales de Jubilados y Pensionados, que propicia
defectuosas gestiones, es el caos en los procedimientos administrativos,
que no están sujetos a normas. Esto, advierte la Sigen, quita
transparencia a las decisiones.
A esta debilidad, los administradores aliancistas habrían sumado
gruesos errores de administración y gestión:
Falta de presupuesto. No existió para el ejercicio 2000 un presupuesto
aprobado ni estados de ejecución presupuestaria. En
otros términos no se sabe cómo se gastó ni hay parámetros
para evaluar ese gasto. Dicha carencia dificulta los controles así
como el desarrollo de políticas de contención del gasto.
Más directo: La Comisión Interventora Normalizadora
no ha rendido cuenta formal de sus actos, reza el texto.
Arbitrariedad en las contrataciones. Las decisiones de compras no están
fundadas por informes técnicos que fundamenten acerca de
la relación costo beneficio ni la razonabilidad de los precios
a los que se contrata. PAMI no ha dictado su propio reglamento interno
para comprar y contratar, pero tampoco respectó las normas generales
sobre esta materia, que consideran una excepcionalidad la
contratación directa.
Irregularidades en la gestión. Es el capítulo más
extenso del informe, en el que se detallan, éstas entre otras faltas,
los defectuosos concursos públicos convocados por Felgueras (el
informe de Sigen no menciona a ningún funcionario) para la contratación
de distintas prestaciones. Aquéllos se habrían realizado
en base a pautas ajenas al instituto de la licitación pública,
a saber: no se fijaron criterios para seleccionar a los oferentes, lo
que hizo muy arbitraria la selección; se modificaron datos
técnicos y exigencias, horas antes de los actos de apertura, restando
confiabilidad a los concursos gestionados; para colmo de males,
en más del 75 por ciento de los concursos verificados, el
Instituto solicitó a oferentes determinados, que subsanen incumplimientos
de requisitos esenciales, suficientes para desestimar su oferta.
Ineficiente control de planes. Uno de ellos es el Plan Odontológico,
que insume alrededor de 5 millones de pesos mensuales.
Dudosa contratación directa de los prestadores del plan de Salud
Mental. Se terminó adjudicando en forma directa el servicio a
los prestadores beneficiados por similar modalidad en la administración
anterior, por intermedio de la federación Argentina de Cámaras
y Asociaciones Psiquiátricas (Facap). La resolución
1114/00 plantea objeciones al servicio y su facturación, no
obstante éste se encuentra prorrogado sin debida justificación.
El listado de irregularidades también incluye fallas elementales
como la falta de rendición de viáticos y movilidad y un
pecado tal vez más imperdonable en crítica época
de servicios suspendidos por falta de recursos. Se detectaron fondos
ociosos en las sucursales del PAMI.Casi inverosímil: no está
normado el procedimiento para formular denuncias contra prestadores y
empleados de la obra social de los jubilados.
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