Por Eduardo Videla
Pese que en los últimos
años disminuyó su poder letal, el sida sigue siendo, en
la ciudad de Buenos Aires, la principal causa de muerte entre los jóvenes
de entre 15 y 34 años. Para las autoridades porteñas, ese
dato fue motivo suficiente para lanzar una audaz campaña de afiches
en la vía pública, en los que se instruye en forma gráfica
y didáctica sobre cómo utilizar un preservativo. Así
como la enfermedad ya se instaló en nuestra vida cotidiana, la
idea de la publicidad es instalar el preservativo en la vida cotidiana,
dijo a Página/12 el médico Claudio Bloch, director de Sida
de la ciudad. Los carteles saldrán a la luz hoy, dos días
antes de conmemorarse el Día Internacional de Lucha contra el Sida.
Desde el comienzo de la epidemia, en la ciudad se han detectado 10.510
casos de personas que contrajeron la enfermedad, de las cuales el 52 por
ciento se infectaron al tener relaciones sexuales sin preservativos.
La publicidad consta de una serie de tres afiches. En el primero se ve
el dibujo de dos manos, sobre fondo naranja, abriendo un sobre con un
preservativo y la leyenda Abrilo con cuidado, sin usar los dientes
ni tijeras. En el segundo, a las ya citadas manos se agrega la ilustración
de un miembro viril. Evitá dejar aire en la punta del forro,
sugiere el texto: mientras dos dedos oprimen la punta del látex,
la otra mano lo desenrolla sobre el pene. Y en la tercera imagen se ve
la última fase de la operación: el miembro en su máxima
plenitud, ya enfundado, listo para actuar, y la recomendación:
Desenrollá el forro en su totalidad. En total se imprimieron
1300 afiches que comenzaron a pegarse anoche en el micro y macrocentro.
No se trata sólo de una campaña, sino de una política
del gobierno de la ciudad para favorecer la accesibilidad al preservativo
y al test gratuito con consentimiento, explicó Bloch. En
esa dirección, agregó, los afiches complementan el programa
de entrega gratuita de preservativos que realiza el gobierno porteño
desde agosto: la Dirección de Sida compró tres millones
de preservativos y ya repartió un millón, en hospitales,
centros de salud y a través de organizaciones no gubernamentales.
El mensaje publicitario fue elaborado conjuntamente por la Dirección
de Sida y la Subsecretaría de Comunicación Social. Nos
interesaba dar un salto cualitativo, asumiendo que la mayor parte de la
gente sabe que el preservativo sirve para prevenir el sida, pero no lo
usa, o no lo sabe usar, dijo a este diario la subsecretaria de Comunicación
Social, Verónica Torrás.
¿Hicieron un sondeo previo para saber si habría repercusiones
negativas? le preguntó Página/12.
No. Es una decisión política. Y si el tema genera
debate, mejor, porque la difusión será mayor, respondió
la funcionaria.
La serie publicitaria se complementa con un cuarto afiche, destinado a
divulgar en qué lugares de la ciudad se realizan los test gratuitos
de VIH. Estos exámenes se hacen bajo la supervisión de personal
idóneo en 20 puestos distribuidos en hospitales y centros de salud,
con especial énfasis en la zona sur de la ciudad, que es la más
vulnerable a la enfermedad: allí se atiende al 46 por ciento de
la población afectada.
El programa porteño de lucha contra el sida incluye también
políticas de reducción de daños, destinadas a que
los usuarios de drogas inyectables no compartan agujas ni jeringas. El
38 por ciento de las personas contagiadas en la ciudad son usuarios de
drogas inyectables, afirmó Bloch.
El reparto de preservativos se realiza en centros asistenciales y comunitarios.
El último mes se distribuyeron 350 mil preservativos. La
aceptabilidad de la distribución del material es muy buena, no
hemos tenido dificultades, añadió Bloch. El programa
se complementa con el apoyo a ONG que están en contacto con trabajadoras
sexuales, organizaciones de homosexuales y centros que trabajan con grupos
de niñosde alta vulnerabilidad, como la Casa del Niño y
el Adolescente en la villa 21.
El gobierno ha programado para el sábado diversas actividades para
conmemorar el Día Mundial de Lucha contra el Sida: entre otras,
en la Plaza España (Barracas), a partir de las 10 habrá
murgas, teatro y talleres de radio y plástica, lo mismo que en
el Planetario, desde las 16; y a las 17, habrá una caminata desde
Parque de los Patricios hasta Congreso, con un recital del grupo La Mosca
en el trayecto, luego a partir de las 18, una caravana desde Congreso
a Plaza Las Heras, donde la jornada cerrará a las 19 con una suelta
de globos.
En el mundo, 40 millones
Cuarenta millones: ése es el número de personas
infectadas por el sida en el mundo, lo que representa una aumento
de cuatro millones respecto del año pasado, según
informó ayer la organización de la ONU para la lucha
contra la enfermedad (Onusida). En Argentina, la cifra desde que
se inició la epidemia en 1982 es de 20.713, aunque dado el
retraso que existe para la notificación el total estimado
es de 23.000.
Africa continúa siendo la región más afectada
del mundo, mientras que en Europa oriental el sida se está
convirtiendo en una epidemia, dijo el director ejecutivo de Onusida,
Peter Piot, al presentar el informe anual de la organización
en Moscú. Sin embargo, la tasa de nuevas infecciones comenzó
a subir nuevamente en países desarrollados en América
del Norte, Australia y partes de Europa, lo que Onusida atribuye
al mantenimiento de relaciones sexuales sin protección y
a la inyección de drogas duras mediante jeringas contaminadas,
fundamentalmente.
En Argentina se calcula que siete personas por día se enferman
de sida. Es el país latinoamericano que cuenta con los más
altos índices en la transmisión del virus de la madre
a su hijo. En cuanto al sexo, la proporción es de tres varones
por cada mujer.
El uso de drogas intravenosas se convirtió en el principal
motivo de contagio entre varones, con el 42 por ciento, seguido
de las relaciones homosexuales, con el 31 por ciento. Entre las
mujeres, la principal causa de contagio son las relaciones heterosexuales
con el 54,1 por ciento, seguida del uso de drogas, con el 25,1 por
ciento. La evolución de la epidemia marca que el virus afecta
más a las personas en la franja que va de los 25 a los 34
años, aunque se notó un incremento este año
en las mujeres de entre 13 y 24 años.
La provincia de Buenos Aires es la región que concentra la
mayor cantidad de enfermos de sida de la Argentina y dentro de ella,
el conurbano bonaerense es el más afectado.
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El sida en la ciudad
Según datos oficiales, en la ciudad de Buenos Aires viven
cerca de 40 mil personas infectadas con VIH, aunque no todas están
enfermas de sida. Desde el inicio de la epidemia se notificaron
10.510 casos, de los cuales 6138 son residentes en la ciudad.
La tasa de mortalidad por sida durante la década del 90
fue de 12 por cien mil. En 1996 se alcanzó el máximo,
con el 18,8 por cien mil. A partir de ese año, el índice
comenzó a decaer: en cuatro años el descenso fue del
54 por ciento.
En 1997, el sida desplazó a los accidentes de tránsito
como principal causa de muerte entre la población porteña
de 15 a 34 años. Aunque los porcentajes fueron descendiendo,
la enfermedad no perdió esa posición.
El promedio de edad entre los hombres enfermos es de 34 años.
El de las mujeres, de 28. La relación es de 2,8 hombres enfermos
por cada mujer.
Durante el primer semestre de este año se hicieron en hospitales
porteños 12.086 test de VIH a mujeres embarazadas. La prevalencia
del virus fue del 1,09 por ciento.
Los pacientes que reciben tratamiento con antirretrovirales en hospitales
porteños son 6361. De ellos, 1734 (27,13 por ciento) se atienden
en hospitales de la zona norte; 1322 (el 20,68) el centro de la
zona centro, y 2936 (el 46,16 por ciento) en hospitales de la zona
sur.
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Los
diputados le dieron el sí a la reducción de daños
En una de sus últimas
sesiones del 2001, la Cámara de Diputados aprobó ayer dos
proyectos de ley relacionados con la reducción de daños
en el uso de drogas. Se trata de dos iniciativas de las diputadas frepasistas
Irma Parentella y Bárbara Espínola, que van rumbo al Senado.
La primera es una modificación a la Ley de Estupefacientes y la
otra es puntualmente sobre la implementación de políticas
que tiendan a disminuir los perjuicios que ocasiona la utilización
de drogas.
La ley 23.737 (de Estupefacientes) dificultaba a los equipos de
salud para encarar políticas de reducción de daños,
explicó a Página/12 la diputada Irma Parentella. En este
sentido agregó que la incorporación de los artículos
28 bis y 42 bis a la norma implica que los agentes de salud puedan,
por ejemplo, aconsejar a los adictos sobre como se limpian las jeringas
para evitar el contagio de enfermedades como el sida.
Por su parte, la legisladora Bárbara Espínola indicó
que su proyecto pretende brindarles a aquellos que usan drogas lo
que cualquier ciudadano merece: el derecho a una buena calidad de salud.
También sostuvo que las experiencias de organizaciones no gubernamentales
en el reparto de jeringas y preservativos son muy positivas, pero
no alcanzan, por lo que destacó que hay que encarar
el tema desde la integralidad de la política sanitaria.
La Ley de Reducción de Daños elaborada por Espínola
significa que el programa Lusida o el Ministerio de Salud tienen
que instruir a los centros sanitarios nacionales y provinciales sobre
esta temática. El proyecto plantea además que el Estado
recomiende legalmente la distribución gratuita de preservativos,
jeringas y otros elementos para proveer del cuidado de la salud.
Es muy importante que los profesionales puedan trabajar con soltura
y tranquilidad, sin temor de ser penados, recalcó Parentella
sobre su iniciativa. Sin embargo, comentó que costó bastante
lograr la aprobación del proyecto porque siempre hay prejuicios
en torno a este tema. En este sentido, Espínola añadió
que el discurso más común es pensar que se incentiva
el consumo de drogas, en lugar de ver que se proponen alternativas para
generar una mayor calidad de vida.
El 38 por ciento de los enfermos de sida se contagiaron por utilizar jeringas
o agujas contaminadas. Por eso, Adriana Procupet, coordinadora de Vigilancia
Epidemiológica de Lusida, calificó como muy importante
la media sanción de Diputados a este proyecto. Se trata de
que los usuarios de drogas no tengan otros problemas de salud asociados
al material inyectable, al margen de los derivados de su misma adicción,
expresó Procupet.
Hay experiencias de ONG en este tema que dan resultados favorables. (Los
adictos) Los reciben bien porque lo ven como la primera vez que alguien
se ocupa de ellos, comentó Procupet. La legisladora Espínola
afirmó que es fundamental que la atención primaria de la
salud capte lo antes posible a los usuarios de drogas para disminuir
el contagio, y manifestó que esto es un poco de oxígeno
para la sensibilización política y social. Al filo
del cierre de las sesiones de este año, el proyecto ya tiene media
batalla ganada.
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