Por Ewen MacAskill
*
Desde
Bonn
La esperanza de un temprano
y positivo desenlace a la cumbre de paz afgana en Bonn fue hecha añicos
ayer cuando la Alianza del Norte rechazó sin cortapisas una fuerza
internacional de policía para el país. La veloz introducción
de tropas neutrales es considerada esencial por las otras facciones afganas
y por la ONU y varios países europeos, incluyendo Gran Bretaña,
para evitar una vuelta a la era de los señores de la guerra y una
recaída en la guerra civil. Hablando en una conferencia de prensa
improvisada, Yunus Qanuni, jefe de la delegación afgana, se negó
a modificar su postura. Preferimos que la seguridad esté
a cargo de las mismas fuerzas afganas, una fuerza que consista en diferentes
grupos étnicos y diferentes fuerzas. Todavía insistimos
en eso, dijo.
La intransigencia de la Alianza demolió la euforia del día
inaugural de las conversaciones, el martes, cuando las cuatro delegaciones
afganas prometieron cooperar para construir un nuevo futuro político
para Afganistán. La ONU deliberadamente ubicó a la conferencia
lejos de la prensa para evitar que las disputas se hicieran públicas;
Qanuni llevó a su delegación a encontrarse con la prensa
en su base al lado del Rin. Aunque posteriormente hizo una declaración
ambigua sobre la posibilidad de un compromiso, repitió durante
toda la conferencia de prensa la postura de oposición de la Alianza
a tropas internacionales. No sentimos que necesitemos una fuerza
de afuera dijo. Hay seguridad en el lugar. Si hay necesidad
de más, podemos conseguir seguridad extra de los otros grupos étnicos
de Afganistán.
Anoche, los diplomáticos occidentales y los funcionarios de la
ONU estaban torciéndole el brazo en un esfuerzo por salvar las
conversaciones. Y tienen mucho músculo: los miles de millones de
dólares en ayuda retenidos. James Dobbins, el enviado especial
de Estados Unidos a Afganistán, dijo: Entendemos que no se
niegan a discutirlo sino que son de la opinión que la seguridad
es bastante buena por ahora. Los diplomáticos occidentales
esperan que sea sólo una táctica de negociación de
la Alianza y que si abandona su objeción al principio de una fuerza
podrán comenzar las discusiones sobre el número de tropas.
Uno de ellos dijo: La seguridad es el gran tema. Se puede reunir
un gobierno de coalición pero no se pueden reunir fuerzas (afganas).
Así que hay que tener una fuerza neutral.
Qanuni está en contacto regular con figuras clave de la Alianza,
especialmente con el ex primer ministro Burhanuddin Rabbani, que desde
el comienzo quiso descartar las conversaciones de paz. Se espera que la
segunda fase de las negociaciones tenga lugar en Kabul. Pero las otras
facciones no viajaran ahí a no ser que la fuerza multinacional
esté en el lugar. Un vocero de la ONU en las conversaciones, Ahmad
Fawzi, dijo: Estas conversaciones no van a ser fáciles. Un
grano de arena puede detener la maquinaria.
Gran Bretaña y otros países europeos consideran que la fuerza
internacional es esencial para crear una base segura desde la cual pueda
crecer una nueva estructura política. La ONU está decidida
a que la Alianza efectivamente comparta el poder, pero Qanuni repetidamente
sugiere que él era el representante del gobierno de facto. En un
momento, en un pasaje no traducido del farsi al inglés dijo: Nosotros
somos el gobierno.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: C.D
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