La prensa deportiva europea
señaló casi con unanimidad a Marcelo Delgado como el principal
responsable de la derrota por 1-0 sufrida por Boca Juniors, en la final
de la Copa Intercontinental ante el Bayern Munich alemán. Además,
esos mismos medios destacan que el gol decisivo del ghanés Samuel
Kuffour estuvo viciado de nulidad, justificando de alguna manera los reclamos
de los jugadores argentinos. Al mismo tiempo, además de mostrarse
muy honrado, Carlos Bianchi reaccionó con bastante
entusiasmo al ofrecimiento que le hizo llegar el presidente de la
Federación Paraguaya de Fútbol (FPF), Oscar Harrison, para
que se haga cargo de la dirección técnica del seleccionado
de ese país, que intervendrá en el Mundial de Corea-Japón
2002.
Delgado hizo de todo para abrirle el camino al triunfo de los alemanes:
se hizo robar un balón decisivo por el arquero Oliver Kahn, tiró
afuera desde pocos metros con un remate absurdo, se ganó una estúpida
amonestación por no detener el juego y, a los 45 minutos, se hizo
expulsar fingiendo infantilmente un penal inexistente, escribió
ayer el diario italiano Corriere dello Sport. La publicación calificó
con dureza la calidad del partido (feo, aburrido), y destacó
que el gol decisivo de Kuffour fue irregular: Hubo una infracción
previa de los alemanes antes que el ghanés depositase el balón
en la red, y tenían razón los argentinos cuando reclamaron
vivamente por el nuevo fallo contrario que les propinó el danés
Kim Nielsen.
En términos parecidos se pronunció La Gazzetta dello Sport:
luego de titular Bayern en el techo del mundo, señala
que el Chelo Delgado la combinó verdaderamente
grossa con su sucesión de desatinos, pero omite
toda referencia a cómo fue obtenido el gol decisivo, cuando faltaban
dos minutos para que se cumpliera el tiempo suplementario de la final.
Por su parte, el diario español Marca sostiene que Delgado
fue de la gloria a la tragedia y añade que, con diez hombres,
Boca no pudo sorprender más con el contragolpe, al tiempo
que el árbitro danés Nielsen daba una fuerte mano a los
alemanes, ya que no castigó nunca a los tres jugadores del Bayern
que durante los 90 minutos sometieron a un desleal acoso a Juan Román
Riquelme.
Por el lado de Bianchi, que dejará de dirigir a Boca el 31 de diciembre
próximo, el jefe de prensa de la FPF, Guillermo Batilana el
vocero de Harrison indicó que después del primer contacto
en Tokio, Bianchi abrió el abanico para que se siga conversando,
y le dijo a Harrison que necesitaba mentalizarse desde ahora, incluso
para el hipotético caso de enfrentarse a la Argentina en el Mundial
2002. También adelantó que Harrison y Bianchi volverán
a contactarse telefónicamente el próximo 6 de diciembre
para pactar un encuentro en Buenos Aires para el 10 o el 11.
Por otro lado, trascendió ayer firmemente que el reemplazante de
Bianchi en la dirección técnica de Boca sería el
actual entrenador de Chacarita, Osvaldo Sosa, con quien ya habría
habido charlas preliminares con dirigentes boquenses. Después de
un intento de los directivos para retener al entrenador, en Tokio, Bianchi
volvió a insistir ante el presidente Mauricio Macri que es irreversible
su decisión de alejarse de la institución a fin de año.
De esta manera, se cerrará el ciclo más exitoso en la historia
del club.
El millo
pagó con la misma moneda
Como es costumbre entre Boca y River, ante cada resultado adverso
de uno, el clásico rival festeja a través de afiches
ciertamente irónicos. Contra el dolor, si es Bayern
el bueno..., se podía leer ayer por la mañana
en muchas calles de Buenos Aires. El mensaje llevaba la insignia
de Aguilar Presidente, uno de los postulantes a ocupar el máximo
cargo en River. Como el 8 de diciembre próximo habrá
elecciones presidenciales en la entidad de Núñez,
cualquier circunstancia es propicia para hacer campaña.
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El
Pibito se puso contento
El ex delantero
de River, Javier Saviola, actualmente en el Barcelona de España,
declaró sentirse contento con la derrota de Boca en
la final de la Copa Intercontinental. Sin embargo, Saviola puntualizó
que como argentino, mejor que gane un argentino, pero como hincha
de River, mejor que gane el Bayern. En Buenos Aires, sus ex compañeros
aún sin explicitarlo en declaraciones pensaron y sintieron
lo mismo. Cuando la victoria del equipo alemán ya estaba sellada,
algunos jugadores de River mostraron su conformismo por el resultado.
Esto sucedió en el lugar de entrenamientos del equipo de Núñez,
en el Hindú Club de Don Torcuato: allí Martín Cardetti
y Leonardo Astrada dejaron ver sus sonrisas por el resultado en Tokio.
Igualmente, no dialogaron con la prensa en los últimos dos días.
Asimismo, Saviola también consideró que espera con
ilusión ser llamado por el técnico Marcelo Bielsa
para integrar el seleccionado argentino que participará en el Mundial
2002. Me entreno y juego con la ilusión de poder estar en
el Mundial, señaló Saviola, quien en el Barcelona
jugó nueve partidos como titular (trece en total), en los cuales
anotó seis goles. Y agregó: Las cosas están
saliendo bien y la adaptación es buena. Juego cuando lo decide
el entrenador, y voy a tratar de estar en forma para hacerlo bien cuando
él lo necesite. Jugar un Mundial es el sueño de todo jugador.
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