Por John Aglionby
Desde
Singapur
Hace varios años un
diario norteamericano publicó la historia de un hombre que decidió
no usar el baño por un año, sino vaciar sus intestinos afuera,
en una bandeja. Luego dejó que sus heces se secaran y las almacenó.
A fin de año, los residuos no llenaban siquiera dos cajas comunes
de zapatos, mientras que el agua que ahorró por no tirar la cadena
del inodoro sumaba unos 54.000 litros, suficiente para llenar 5000 cajas
de zapatos. Benjamin Pratt, de la Universidad de Winsconsin, recordó
esta historia como parte de un trabajo titulado La evolución
de los baños, presentado en la inauguración de la
Cumbre Mundial de Baños en Singapur. La reunión de tres
días, a la que asistieron unas 200 personas de 17 países,
estuvo llena de anécdotas de este estilo.
El rey Luis XIII de Francia aparentemente decidió ganar tiempo
celebrando audiencias sentado en su otro trono; los japoneses
han diseñado un baño que hace un análisis automático
de la orina y entrega el resultado impreso para cuando uno termina de
lavarse y secarse las manos. Una persona pasa en promedio unos tres años
de su vida en el baño.
Las investigaciones mostraron que en Singapur los baños de las
mujeres son destruidos mucho más a menudo que los de los hombres;
que en Corea del Sur la gente que quiere reprimir su necesidad de orinar
se pasa un lápiz por la palma de la mano en el sentido contrario
a las agujas del reloj y los que quieren acelerar la estadía en
el baño lo hacen en sentido inverso, y que virtualmente a todas
las mujeres del mundo les horroriza la idea de usar un urinal. A la conferencia
asistieron académicos, trabajadores sociales, funcionarios gubernamentales,
psicólogos, diseñadores de interiores y expertos de la industria,
que intentaron levantar la tapa de la cultura global del baño,
particularmente en el mundo en desarrollo. Una de las prioridades era
elaborar estrategias para que el tema deje de ocultarse tras una sonrisa
embarazosa. Hubo una liberación sexual pero no una liberación
fecal, dijo Clara Greed, de la Universidad de West England y miembro
de la Asociación Británica de Baños. Eso tiene
que cambiar o millones de personas van a morir.
No exageraba. En el discurso de apertura, el Ministro de Medio Ambiente
de Singapur, Lim Swee Say, dijo que el acceso a un sistema sanitario básico
es un lujo inalcanzable para mucha gente. Según un informe
de la OMS, 40 por ciento de la población mundial aún no
tiene acceso a la sanidad básica dijo. De estos, el
80 por ciento viven en Asia. Un trabajador social indio, el doctor
Bindeshwar Pathak, lo señaló más crudamente al decir
que 700 millones de indios defecan en el campo cada día.
Muchos de ellos son mujeres, demasiado avergonzadas para hacerlo en frente
de otros, por lo cual son forzadas a esperar a que oscurezca, provocándose
dolor y malestar.
Buena parte de la discusión se centró en las formas de mejorar
los baños públicos y reducir las estadísticas que
dicen que el 80 por ciento de las mujeres se inclina, más que sentarse
en los inodoros, por temor a atrapar gérmenes. Esto es irónico
según Bill Chapman, de la Asociación Australiana de Baños.
Citó resultados de una investigación sobre los baños
públicos australianos de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda,
la que reveló que lo más limpio era el asiento y lo más
sucio la manija de la puerta.
También se discutió sobre la paruresis la fobia a
usar baños públicos-, un problema también conocido
como vejiga vergonzosa, que afecta a un estimado 7 por ciento
de la población, aunque la cifra podría ser mayor ya que
hay mucha gente a la que le da vergüenza admitir que lo padece. Nancy
Pickering, de la Asociación Internacional de Paruresis, explicó
en un trabajo que el mal no evita que la gente vaya al baño, simplemente
no pueden hacerlo en lugares públicos, usados por otra gente. El
resultado esque evitan comer en restaurantes lejos de casa, emprender
largos paseos e incluso ver películas largas.
Para ayudar a tomar conciencia sobre estos y otros asuntos del baño,
el 19 de noviembre, día en que se inauguró la conferencia,
fue declarado Día Mundial del Baño. Vamos a pedir
a la ONU que lo apruebe, dijo el presidente de la conferencia, Jack
Sim. También anunció la formación del OMB Organización
Mundial del Baño y un sitio en Internet: www.worldtoilet.org.
Junto con la cumbre se presentó la muestra Sanitarios Asia 2001,
que ofrecía todos los avances en materia de tecnología de
baño. Entre los más llamativos estaba una invención
coreana que evita el uso de papel higiénico, dándole al
usuario un lavado y secado al presionar un botón. Pero
lo que llamó más la atención fue un extraño
urinario femenino. La mayoría no estaba convencida de su utilidad,
porque es difícil de usar para gente con pantalones y no es práctico
para mujeres que estén menstruando. De hecho, este fue un tema
que no se tocó en absoluto, lo cual muestra que incluso entre la
gente más liberada en asuntos fecales parece seguir habiendo temas
ante los que muchos prefieren simplemente tirar la cadena.
* De The Guardian. Especial para Página/12.
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