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El policía que mató al estudiante
fue acusado de homicidio simple

Para el fiscal, no hubo �legítima defensa� ni ningún otro atenuante. También está en duda que haya existido tiroteo. El cabo que en medio de un supuesto robo mató a
un chico que pasaba por el lugar fue separado de la fuerza.

Leandro Bazán tenía 13 años. Ayer, amigos y familiares lo acompañaron al cementerio de Avellaneda.

El detenido cabo primero Néstor Moroño fue acusado ayer de homicidio simple por la muerte en Gerli de un chico de 13 años que justo pasaba en medio de un supuesto asalto. Las primeras pericias de la investigación indicarían que no hubo enfrentamiento con los ladrones que intentaron –según dice la policía– robarle el auto. El cabo será indagado hoy por el fiscal de Lomas de Zamora Domingo Ferrari, que está convencido de que no hubo “legítima defensa” en la actuación de Moroño. Por su parte, el Ministerio de Seguridad bonaerense separó de la fuerza al policía y lo puso en disponibilidad preventiva. El joven Leandro Bazán, en tanto, fue enterrado en Avellaneda.
La Justicia confirmó la detención del policía involucrado, quien será indagado hoy para aclarar su participación en el hecho. Según una fuente judicial, “hasta ahora no está acreditado que haya existido algún tiroteo, porque sólo se encontraron vainas servidas del arma del polícia detenido”. Además, la sospecha es que el suboficial confundió a Leandro con uno de los ladrones.
Según los investigadores, la autopsia reveló que Leandro murió de un balazo en el pecho, que presentaba orificio de salida. Eso quiere decir que la bala no quedó en el cuerpo, por lo que se complica saber de dónde partió el disparo. De todos modos, aún resta una serie de pericias que pueden determinarlo.
De acuerdo a la versión policial, Moroño –que revistaba en la DDI de Lomas de Zamora– fue sorprendido por jóvenes armados al llegar a su casa, a quienes les dio las llaves del auto cuando fue amenazado. Los delincuentes comenzaron a palparlo de armas y revisarle los bolsillos, a lo que se resistió. Entonces, el cabo –que estaba de civil– empujó a los ladrones y cruzó la calle corriendo. La Policía asegura que los ladrones comenzaron a disparar y que Moroño respondió para defenderse. Finalmente, los ladrones huyeron en un Peugeot 505 gris que los esperaba a apenas unos metros. “Se fugaron y todavía no hay pistas claras para hallarlos”, explicó una fuente judicial. En el medio, quedó tirado un chico de 13 años que caminaba por el lugar.
El comisario Héctor Grossi, de la seccional de Villa Echenagucía, aseguró a que “además de las tres vainas pertenecientes al arma del suboficial, se secuestraron dos plomos desnudos, uno de los cuales pertenecería a un arma calibre 357”. Sin embargo, vecinos de la zona negaron que hubiera existido un intento de robo y manifestaron que en realidad el policía estaba dentro de su vivienda cuando observó movimientos extraños cerca de su vehículo y disparó hacia la calle. Estas versiones coinciden con los resultados preliminares de los peritajes. “No encontramos vainas de ninguna otra arma que no sea la de Moroño y no hay indicios de que haya existido un enfrentamiento”, señaló una fuente judicial.
Leandro recibió el balazo en el pecho cuando se dirigía desde su casa hacia un local de computación para preparar un trabajo para el colegio. En un comienzo, la Policía informó que el chico muerto era un integrante de la banda. A las pocas horas, se comprobó que era simplemente un inocente pibe del barrio.

 


 

LLEGAN A LA CARCEL LOS CONDENADOS POR BORDON
El largo camino a la prisión

A los cuatro ex policías sentenciados por el crimen de Sebastián Bordón, que se encontraban en libertad gracias al Pacto de San José de Costa Rica, se les terminaron sus días lejos de prisión. Ayer por la tarde la Suprema Corte mendocina ordenó su detención luego de confirmar el fallo judicial que los condenara en diciembre del año pasado. El fallo incluía además a un quinto ex agente que ya cumplió su condena y a una parapsicóloga fallecida a principios de este año.
Los cinco policías y la parapsicóloga habían sido detenidos por primera vez en diciembre de 1997, dos meses después del asesinato del estudiante Bordón, cuyo cuerpo apareció en un barranco del paraje El Nihuil, en octubre de 1997, cuando se encontraba de viaje de egresados. En ese entonces, el juez de la causa, Waldo Yacante, había dictado su procesamiento y prisión preventiva. Sin embargo, pasaron más de tres años para que el juicio oral y público tuviera lugar en la Tercera Cámara del Crimen de San Rafael, por lo que los abogados defensores exigieron la libertad de sus clientes mediante la aplicación del Pacto de San José de Costa Rica –que, entre otras cosas, sostiene que ninguna persona puede permanecer detenida más tiempo del “razonable” sin condena–, libertad que les fue concedida.
Y si bien el juicio finalizó el 14 de diciembre del año pasado con la condena de los acusados, una apelación hecha por los mismos abogados, basada en supuestas irregularidades acontecidas durante el procesamiento, logró mantener fuera de prisión a los encontrados culpables, que debían esperar el dictamen final de la Suprema Corte de Mendoza para definir su situación.
El veredicto llegó ayer ratificando las penas: el ex comisario Hugo Trentini fue condenado a 15 años de cárcel, a Daniel Gómez se le impusieron 12 años, y a Roberto Gualpa y Abelardo Cubillos, 10; todos ellos señalados como principales responsables del crimen. Quien no deberá regresar a prisión será el ex cabo Esteban Merelo, cuya pena fue de dos años y medio, ya que se lo acusó solamente de encubrimiento; el mismo delito con que se penó con dos años a la fallecida parapsicóloga Amanda Ledesma. Ayer por la tarde Trentini, Gualpa y Cubillos fueron detenidos. Anoche la policía seguía buscando a Gómez.
Marcelo Avila, presidente de la delegación argentina de Amnesty International, expresó la satisfacción ante la medida de la justicia mendocina.

 

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