Las tratativas de la misión
estadounidense para negociar un alto el fuego entre palestinos e israelíes
parece estar teniendo el efecto contrario. A última hora de ayer
en el aniversario del Plan de partición de Palestina
que en 1947 dispuso la ONU, un suicida palestino hizo estallar un
colectivo cerca de la ciudad norteña de Pardes Hanna y provocó
cuatro muertos y nueve heridos. El ómnibus había salido
de la ciudad de Nazaret y se dirigía a Hadera, al norte de Tel
Aviv. En el mismo momento del incidente, el premier israelí Ariel
Sharon estaba en camino al aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv, a punto
de partir hacia Estados Unidos para una reunión con George W. Bush.
El general retirado Anthony Zinni y el diplomático William Burns
enviados por el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell
iniciaron su misión hace apenas dos días y, en vistas a
la dificultad de la situación, ya aclararon que se quedarán
en Medio Oriente por tiempo ilimitado, hasta conseguir su objetivo: el
cese del fuego. A la vez, Israel se encontraba ayer bajo alerta
rojo debido al Día de la Solidaridad Internacional con Palestina;
se habían reforzado todas las guardias desde la noche anterior,
especialmente en la zona que limita con Cisjordania y la ciudad autónoma
de Tulkarem. El atentado fue reivindicado por las Brigadas Mártires
de Al-Aqsa, un ala armada de la facción palestina Al Fatah de Yasser
Arafat.
El atentado ocurrió alrededor de las 21 hora local,
cuando el colectivo circulaba cerca de una base militar próxima
a la ciudad israelí de Pardes Hanna y relativamente cercana a la
ciudad autónoma palestina de Jenín, en el norte de Cisjordania.
La potente explosión destrozó por completo el interior del
autobús de línea 823 de la cooperativa Egued. Inmediatamente
después, numerosos efectivos de la policía y ambulancias
se dirigieron al lugar, en la carretera de Vadi Ara. El ómnibus,
se presume, trasladaba en su mayoría a soldados que viajaban en
vísperas del fin de semana israelí. El lugar de la explosión
también se encuentra cerca de la ciudad de Afula, donde hace dos
días radicales palestinos cometieron un atentado en el que murieron
dos personas y los propios autores. La televisión pública
israelí indicó que, según las estimaciones de la
policía, el kamikaze que formaba parte de una célula
de tres activistas y que fue una de las cuatro víctimas se
subió al colectivo cuando éste se detuvo en la ciudad árabe
israelí de Umm el Fahem. Una fuente médica interrogada por
la televisión israelí indicó que en los restos
calcinados del autobús se halló el cadáver de un
kamikaze destrozado por un cinturón de explosivos que llevaba.
El portavoz del gobierno israelí Avi Pazner acusó directamente
al líder de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, de querer sabotear
la misión del general Zinni. La Autoridad Palestina es responsable
de este incidente. Absoluta y claramente, decretó. Las
condiciones de seguridad han empeorado (...) Hay muchos muertos israelíes.
Es una situación que exige una reacción por parte de Israel.
Es muy posible que haya una reacción, agregó Pazner.
Casi lo mismo repitió Sharon. Por su parte, el ministro israelí
de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, se reunió de inmediato
con responsables de los organismos de seguridad de su país, aunque
aún no se sabía si el ejército israelí emprenderá
una acción de represalia y de qué tipo. A la vez, horas
antes del atentado, soldados israelíes dispararon contra dos palestinos
en un control de carretera en el Valle del Jordán, cuando el vehículo
en el que viajaban intentaba evitar el puesto de seguridad instalado en
la carretera. Los dos palestinos murieron.
Este atentado tensa aún más las perspectivas de la misión
norteamericana que, sin embargo, ya abrió diferencias al interior
del gobierno israelí: más precisamente, entre Sharon y su
canciller, Shimon Peres. El principal desacuerdo se refiere a los medios
para lograr una tregua: Sharon reiteró ayer que él exige
un período de siete días de calma absoluta antes
del reinicio de las negociaciones. Peres sugirió una perspectiva
más amplia: Las negociaciones sobre el cese del fuego deben
comprender elementos políticos, afectivos y económicos acompañados
de una visión muy amplia. En esto tenemos divergencias con el primer
ministro, afirmó el miércoles en la noche durante
una reunión del partido laborista. Peres, además, criticó
la nominación por Sharon del general de reserva Meir Dagan para
conducir las discusiones con la misión de Zinni-Burns y los palestinos.
Esas negociaciones globales no las puede hacer alguien con experiencia
limitada. Se necesita una visión política amplia,
dijo Peres. Otro motivo de fricción sería el veto que Peres
opuso para el nombramiento de un allegado a Sharon, Dore Gold, ex embajador
ante la ONU, al cargo clave de embajador en Washington a partir del año
próximo.
CARABINEROS
ATACO LA SEDE DEL PARTIDO COMUNISTA
Violento desalojo en Chile
Un violento allanamiento a la
sede central del Partido Comunista chileno, que llevaron a cabo más
de 100 carabineros el martes, tuvo una inmediata repercusión ayer
en la opinión pública y el gobierno de Ricardo Lagos salió
a desmarcarse del operativo. Fue un desalojo a los golpes y con 40 detenidos
del partido entre ellos la secretaria general Gladys Marín,
por el que ya se empezó una investigación, cuya primera
víctima fue el prefecto de Santiago, el coronel Sergio García,
quien había ordenado la entrada de las fuerzas al recinto sin informarlo
debidamente, bajo una orden judicial de desalojo. A pocos días
de las elecciones parlamentarias del 16 de diciembre, se barajó
la idea de que podría haber una clara intención de perjudicar
al partido. Sea o no coincidencia, el día anterior el general Alberto
Cienfuegos asumió como director general de Carabineros, con lo
que se habló de un posible boicot al nuevo mando.
El gobierno dijo ayer que la policía de Carabineros actuó
con violencia indebida en el desalojo de la sede central del Partido Comunista
efectuado el martes, y negó toda responsabilidad al nuevo director
general de la institución, el general Alberto Cienfuegos que
asumió al cargo un día antes del episodio. Ricardo
Lagos advirtió que no fue informado de la orden de desalojo, por
lo que destituyó al coronel Sergio García, a cargo del operativo.
También criticó la forma en que actuaron los más
de 100 efectivos. Marín, por su parte, agradeció que Cienfuegos
haya dado la cara al visitarlos en la comisaría y luego
ponerlos en libertad. Página/12 habló con el secretario
del partido y candidato a diputado Lautaro Carmona, quien contó
su experiencia en vivo y en directo de los acontecimientos.
¿Cómo vivió el desalojo?
Fue una provocación de carácter criminal en contra
de nuestro comité central, una abierta demostración de fuerza
con una agresión mucho más allá del objeto mismo
del que estábamos siendo víctimas. Hay una clara distorsión
de lo que es un proceso normal con vistas a las elecciones parlamentarias,
porque intentaron alterar instalaciones y documentaciones y despojarnos
de nuestra sede. A eso le sumás detenciones y gente herida. Nosotros
lo denunciamos e interpusimos una querella en contra de la jueza que dio
esa orden, porque no cumplió todo el procedimiento, y otra querella
criminal contra Carabineros, para que se sancione a los responsables.
Y que el gobierno responda por qué no sabía de esta orden.
¿El gobierno ha sido cómplice?
El gobierno habla ya con el hecho consumado, hay claramente una
omisión para resguardar la igualdad de derechos. Significa una
regresión en el sistema democrático muy fuerte y peligrosa.
¿En qué medida tiene que ver el ala pinochetista de
los militares?
Dentro de Carabineros se mantiene una mentalidad formada bajo una
dictadura. Con la forma en que agredieron a Gladys (Marín), las
golpizas de las que fui testigo lo muestran.
¿A usted lo detuvieron?
Yo fui el interlocutor durante toda la jornada.
¿Y cómo lo trataron los carabineros?
Ellos se desentendían de la agresión y no respetaban
las exigencias que les pedíamos. Si esos mandos fascistas siguen,
nadie en nuestro país está a salvo de cualquier provocación.
¿Tiene relación con la asunción del general
Cienfuegos?
A nosotros esa relación no nos sirve sin la debida investigación.
Informe y entrevista: Mercedes López San Miguel.
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