La delegación de Boca
que viajó a Japón a disputar la Copa Intercontinental, que
ganó el Bayern Munich, regresó ayer al país y fue
aguardada por unos doscientos hinchas boquenses que se habían acercado
al aeropuerto de Ezeiza. Sin embargo, ni los simpatizantes ni los periodistas
pudieron acercarse a los jugadores, ya que éstos abandonaron la
terminal aérea guardando silencio y por una puerta lateral, y luego
se dirigieron en micro hasta el Hotel Los Dos Chinos. Mientras tanto,
en el club comenzó la búsqueda del sucesor de Carlos Bianchi,
quien, según el presidente de la Federación Paraguaya de
Fútbol, podría convertirse en el entrenador de la selección
de ese país.
Los dirigentes de Boca, por su parte, comenzaron a tantear a los candidatos
a suceder a Bianchi en el cargo de entrenador y dialogaron con varios
de los candidatos, entre ellos Osvaldo Sosa, Alfio Basile y el ex jugador
Alberto Márcico. Sosa sería hasta el momento el que más
chances tendría, según fuentes de la dirigencia del club
que aseguraron que el técnico de Chacarita se mostró complacido
con las tratativas. A todos se les dijo que el club no está dispuesto
a abonar una suma superior a los 600 mil pesos por temporada, y que la
escala de premios se regirá por el sistema de objetivo cumplido,
es decir que si el equipo sale campeón, cobrará una determinada
cifra y si no es así percibirá un monto menor, de acuerdo
con la ubicación del equipo en la tabla de posiciones.
Por otra parte, el presidente de la APF, Oscar Harrison, afirmó
ayer que se siente optimista con respecto a que Bianchi acepte dirigir
al seleccionado guaraní en el Mundial de Corea y Japón 2002.
Conversé con Bianchi y acordamos seguir dialogando, tengo
esperanzas de que aceptará nuestra propuesta, indicó
el dirigente.
Bianchi no se va/ Bianchi no se va, corearon los hinchas de
Boca cuando los micros que llevaban al entrenador, al cuerpo técnico
y a los jugadores, custodiados por dos motocicletas de la Policía
Federal, tomaron la autopista Ricchieri con rumbo a la Capital. En varios
tramos del trayecto, una caravana de dos docenas de vehículos con
banderas hacía sonar sus bocinas, mientras otros simpatizantes
apostados a la vera del camino saludaban el paso de los dos ómnibus.
El trayecto culminó en el hotel que el plantel utiliza para las
concentraciones, donde algunos pocos jugadores se quedaron a pernoctar,
mientras la mayoría prefirió retirarse a sus hogares. Olé,
olé, olé, olé, Chelo, Chelo, fue el cántico
destinado a Marcelo Delgado, a quien muchos responsabilizan por la frustración
intercontinental. El santafesino agradeció levantando las manos,
desde el primer asiento del micro.
Palermo con fracturas
El ex goleador de Boca Martín Palermo volvió a lesionarse
seriamente ayer, con fractura de la tibia y el peroné. Después
de festejar junto con los hinchas un gol suyo en el Villarreal contra
el Levante, en Valencia, una pared antiavalanchas le cayó
sobre una pierna. Los especialistas descubrieron de inmediato que
la lesión era grave y a los cinco minutos trasladaron al
goleador al hospital. Palermo fue operado anoche y el médico
Fernando Arnaud dijo que recién podrá volver a las
canchas en unos seis meses. En noviembre del 99
se rompió los ligamentos cruzados de su rodilla derecha,
sin que nadie le cometiera infracción, durante un partido
frente a Colón en Santa Fe. Estuvo casi ocho meses sin poder
jugar.
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CON
RIVER SE DEFINE EL TITULO, DICEN
Racing quiere jugarse la vida
A dos días del partido
que puede definir el torneo Apertura de fútbol entre Racing y River,
los jugadores de ambos planteles ya empezaron a vivir el encuentro. Por
el lado del equipo de Avellaneda, los futbolistas reconocen que el partido
del domingo será el más importante de sus carreras y la
mayoría afirma que Racing saldrá a ganar el clásico.
En tanto, en River el arquero Angel Comizzo señaló ayer
que habrá que poner fútbol y garra. En relación
con los equipos, mientras el técnico Ramón Díaz decidió
la misma formación que venció a Chacarita, el último
domingo, Reinaldo Merlo mantiene algunas dudas y no confirmaría
a los titulares hasta momentos antes del inicio del partido.
En lo personal puede que sea el partido más importante de
mi vida, por el marco y por la trascendencia, dijo ayer el lateral
de Racing Martín Vitali. En ese sentido, el delantero Diego Milito
indicó que más allá de la importancia, no será
definitorio cualquiera sea el resultado que obtengamos, porque después
quedarán tres partidos más que serán complicados,
como todos los que jugamos hasta ahora. Y agregó: Será
uno de los partidos más importantes, si es que no es el más
trascendente que me toque jugar. Creo que con River se puede definir gran
parte del campeonato. Merlo mantiene la incógnita sobre el
reemplazante del suspendido Chatruc. Los candidatos son Viveros, Bedoya
o Lux. Además, junto a Estévez, en el ataque, podrían
estar Maceratesi o Milito.
En River, el experimentado Comizzo destacó que el domingo
tendremos que correr, como todos los equipos, pero además River
debe tratar de mantener el nivel que ha tenido en las últimas dos
fechas. En esos dos encuentros, River convirtió ocho goles.
Además, Comizzo remarcó que el equipo está
bien, no sólo futbolísticamente sino también anímicamente.
El domingo hay que ganar. Otro resultado nos complicaría.
El equipo practicó ayer en el predio que la AFA posee en Ezeiza,
debido a que el estadio está siendo acondicionado para el partido
que la Selección Argentina de rugby jugará mañana
ante Nueva Zelanda.
OPINION
Por Juan Sasturain
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Barbijos y medianeras
Hace un tiempo pudimos demostrar, a través de la observación
minuciosa de los documentos gráficos de la selección
nipona, que los japoneses no se sientan. Cuanto mucho, se agachan;
y no demasiado. Y estamos hablando de futbolistas que no se relajan
ni para la foto previa, de atletas que arrancan tensos y que si
llegan a pisar la pelota se caen. Así, no juegan sino corren
al fútbol, según la diferencia establecida en su momento
por el trajinado Alfredo Distéfano. Pero eso no es todo.
La observación in situ de la cotidianeidad nipona permitió
a este desviado especial al doloroso Boca-Bayern comprobar que,
además, los japoneses no se tocan. Se aproximan, permanecen
tangentes, se insinúan no se repelen, pero no
se tocan. En público, claro; y en montones, como siempre
están. Porque que no se toquen los esquimales o los beduinos,
qué importancia tiene, no es un rasgo pertinente entre gente
naturalmente desparramada; pero entre los japoneses, que están
siempre cerca, el imperativo es mayor, como si al tocarse pudieran
llegar a quedar pegados, hacerse literalmente pelota. Las minirreverencias,
los direccionales cabezazos con que se transmiten mediante un secreto
código de ángulos de inclinación y segmentos
de segundo de permanencia la densidad del sentimiento son ejemplares
de esa necesidad de distancia y respeto, cordial solidaridad sin
avasallamiento del otro. En ese sentido son reveladores dos ejemplos
cotidianos. Uno, los japoneses no tienen, no usan, paredes medianeras;
las casitas de cuartos pequeños pueden y suelen estar separadas
por cuatro dedos, pero no comparten cañerías ni desagües;
segundo caso, los japoneses se ponen barbijo el de los médicos
para andar por la calle no para preservarse de la contaminación
sino para no contaminar a los otros cuando están resfriados.
Qué tal. Tal vez por todo esto les haya resultado tan raro
el para ellos novísimo e incomprensible Pecado de Delgado:
la simulación del contacto. A diferencia de los nipones,
que sólo lo hacen cuando importa, los argentinos nos toqueteamos
tanto que cuando no nos tocan intentamos hacer creer que lo lógico
es que nos hayan tocado. Una cuestión de tacto; eso que,
paradójicamente, nos falta.
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