Por Oscar Ranzani
Hubo una vez cuatro jóvenes
estudiantes de Comunicación Social y Cine que se propusieron realizar
una serie juvenil por fuera del circuito establecido de difusión
en la televisión argentina, abierta y de cable. Así de simple
nació Buen día para todos, un emprendimiento
de ideas, pequeño presupuesto y grandes sueños. Hoy a las
21.30 en el Centro Cultural Adán Buenosayres (Asamblea al 1200,
Parque Chacabuco) se podrá ver, con entrada libre y gratuita, una
síntesis de los primeros tres capítulos del programa que
ya se habían proyectado en el auditorio de la Facultad de Ciencias
Sociales de la UBA y el estreno del cuarto y quinto de esta novedosa
propuesta. Los mentores del proyecto son Emiliano Aguerreberry, Ariel
Martínez Herrera y Federico Bezenzette (los protagonistas de la
serie), quienes a su vez convocaron a otro compañero, Fabián
Forte, para que se haga cargo de la dirección. Fue una idea
que surgió en enero como una aventura. Una noche nos habíamos
quedado con Emiliano escribiendo guiones de películas que inventábamos.
Y a la mañana siguiente, de la nada, les propuse a Emiliano y a
Ariel hacer una serie. Entonces, surgió la idea de realizarla con
tres protagonistas que interpretamos nosotros mismos. Delineamos sus características
básicas y cada uno desde su lugar les dio contenido y riqueza a
estos personajes. Luego necesitábamos un director y le propusimos
a Fabián, cuenta Bezenzette en diálogo con Página/12.
La serie tiene un formato de unitario clásico, aunque una idea
general sobrevuela cada capítulo: la historia de tres jóvenes
marcados por la ausencia y condenados al abandono. Estos amigos se juntan
en una casa para establecer una convivencia debido a los problemas familiares
que cada uno arrastra. Antes la ausencia de familia (los padres nunca
aparecen en la historia), ellos construyen una propia. Buen día
para todos intenta narrar la cotidianidad de los jóvenes
con las situaciones que les toca vivir y a las que se deben enfrentar:
un mundo esquivo, problemas amorosos, frustraciones sexuales, la falta
de trabajo y la inseguridad en las calles, por ejemplo. El programa, además,
tiene la particularidad de ser un trabajo de teatro puesto con una estructura
televisiva y, entre sus características estéticas, figuran
la filmación con cámara en mano, sonido directo, edición
en cámara, textos improvisados y luz natural.
¿Las técnicas que eligieron responden a los principios
del Dogma, o sólo sucede por escasez de recursos?
Fabián Forte: Era con lo que contábamos... Pero, de a poco,
se fue convirtiendo en la estética de la serie. No queremos venderla
como la mejor porque no es así. Pretendemos hacer algo de muy bajo
presupuesto y que a la gente le llame la atención.
Así como existe un importante movimiento independiente del
cine, ¿consideran que sería saludable algo similar en la
TV?
F.F.: Totalmente, aunque ya se generó una especie de pequeñas
elite bajo el rótulo independiente. Ahora se habla
de cosas independientes, por ejemplo, de Tinelli y Suar y me parece que
ya trascendieron lo independiente, más allá de sus productos
que me parecen fabulosos. Lo independiente ahora pasa por la gente que
está trabajando desde abajo. El tema es que ahora hay mucha necesidad
de comunicar. Conozco muchas personas que están trabajando y que
lamentablemente por diferentes problemas que por lo general son económicos,
no pueden explayarse porque no tienen un espacio. Lo más valioso
de esto es que la gente puede proponerse hacer cosas y que sepan que con
muy poco se puede hacer mucho.
Federico Bezenzette: Lo bueno de esta propuesta es que se trata de algo
que nunca se hizo. Se realizaron cortos y largos pero no una serie. Entonces
se abre un nuevo ámbito de expresión que permite crecer,
en donde se puede ver y comprobar la evolución constantemente.
¿Qué opinión tienen sobre el nivel de la TV
actual?
F.F.: Nos nos gusta la TV porque, en estos momentos, con el tema ficción
está bastante cerrada. Nosotros nos consideramos un grupo totalmente
underporque tenemos muchas ganas de comunicar y de seguir trabajando con
esto. Por eso decidimos armar esta miniserie.
F.B.: En la televisión hay cosas buenas pero cada vez más
se centran a hablar de lo mismo. En cuanto a las series sobre los jóvenes
no tienen por qué ser todas parecidas a Montaña Rusa
o Pelito. Esta historia habla de los jóvenes y trata
de hablar en serio acerca de lo que nos pasa.
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