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EL FENOMENO “HARRY POTTER” EN ARGENTINA
Magia en la boletería

En su primer día de exhibición,
en 169 cines de todo el territorio nacional la película basada en el best-seller de J.K. Rowling convocó 53.600 espectadores. Se esperan 200 mil durante el fin de semana.

Deseos: A las niñas les gustaría
ser la estudiosa y fiel compañera Hermione, los niños darían su tesoro más preciado por ser Harry Potter o Ron, su amigo de fierro.

Por Mariano Blejman

Juan Bautista está a punto de entrar a la sala. Dan Harry Potter y la piedra filosofal. A su lado están su hermano mayor y su mamá, a quien le estira la manga del saco, mientras se mete un dedo en la nariz. Tiene tres años. Se esconde detrás de la ropa y observa, en un silencio de ojos brillantes, la fila de gente que quiere arroparse frente a la magia.
–¿Por qué viniste a ver “Harry Potter”?
–Porque yo soy Harry Potter.
–¿Y cómo sabés que sos Harry Potter?
–Y... porque lo vi en una propaganda.
–¿Y sabés hacer magia?
–Sé volar en escobillón.
Entre disfraces, gaseosas, pantallas y sueños de brazos cortos, Página/12 compartió el estrenó en Argentina de Harry Potter, la película basada en el arrollador best-seller de Joanne Kathleen Rowling. La magia también llegó a las pantallas en forma desaforada. “Queremos saber cómo han hecho los del cine para convertir en película un libro tan largo”, aseguran Ariela, Maggie y Connie, las tres de 16 años, en la puerta del cine. Pero no hay entradas. Van a tener que esperar a la próxima función. Los 169 cines que a lo largo de todo el país programaron Harry Potter recibieron el jueves a 53.600 personas y, para el fin de semana, la representación local de Warner, distribuidora internacional del film, espera llegar a los 250.000, una cifra impactante, pero que aún así no alcanzaría a superar los 300.000 que sumó Titanic en sus primeros cuatro días en Argentina.
Yanina lleva una capa en su espalda, una escoba en su mano y unos aparatos en sus dientes de 12 años. “También le traje el gorro... Con Potter ahora lee más”, confiesa la madre. “Yo vengo a ver a Harry Potter porque me hace sentir una nena de 12 años”, dice Florencia de 26. Nelly, de 69, aparece rodeada por cuatro nietos que se han leído todos los libros, que ella misma les ha regalado.
Dentro de la sala todos esperan bulliciosos. Sentados frente a la pantalla nadie pone los pies sobre la tierra. Es que las piernitas no llegan al piso. Además, insisten todos, querrían estar del lado de adentro. A las niñas les gustaría ser la estudiosa y fiel compañera Hermione, los niños darían su tesoro más preciado por ser Harry Potter o Ron, su amigo de fierro. Mientras transcurre la película, los chicos –y los no tanto– comen y gritan por cada ocurrencia de Potter ante el malvado mago Voldemort, que se alimenta de sangre de Unicornio. Una nena de cinco se cuelga del brazo de su padre y le pregunta a cada rato, “¿Papi, qué le pasó a Harry?” “¿Está muerto su amigo?”. El padre no le contesta. La niña se asusta. “Vámonos papi...”. “Esperá que está por terminar”, le pide el padre demasiado atrapado en el mundo Potter como para ocuparse de su hija. Harry es el héroe que a él hubiera gustado ser cuando niño, confiesa después.
El slogan del film asegura que Potter es “un viaje más allá de tu imaginación”. Una imaginación, por cierto, bien redituable. Pablo Cintioni, subgerente de Hoyts Cinema, comenta eufórico a la salida: “Sabíamos que iba a venir mucha gente, pero esto superó nuestras expectativas. Hemos reforzado la cantidad de funciones para estos días iniciales”. De 3000 personas que fueron el jueves al Abasto, 2300 ingresaron al mundo de Harry Potter, abrumado de dragones, ogros y duendes varios. Afuera, Mercedes y Carla hablan sobre la película que acaban de ver y discuten sobre quién es el más feo de los duendes. Las dos tienen 17. “Ya sé que parecemos boludas hablando de esto –se disculpan– pero a las dos nos atrapó.” “La película tiene una fantasía... lógica”, aporta Mirta, de 35. Andrés, de 13, confiesa que también leyó las obras completas. Sabe, además, que ya existen otros libros en camino y espera tener noticias de la próxima película. “Cuando agarrás el libro no podés dejar de leerlo, lo lees y lo lees y lo lees, y querés cada vez más. Y conla película pasa lo mismo. Cuando lo leí me había imaginado algunos personajes distintos, pero igual me encantó.”
Encantos, hechizos y brujerías. Todo puede suceder en el mundo Potter. Mundos debajo de otros mundos. Cielos arriba de otros cielos. Lo que no sucede en la vida real es un hecho con la magia al alcance de la varita. “A mí –se ruboriza Carolina de 15– me gustaría utilizar la magia de Potter para enamorar a la persona que quiero.” “Si yo tuviera una varita pediría mil millones de dólares”, explica Gustavo de 14, un tanto más pragmático. “Yo –dice en cambio Javier– usaría la magia para que Racing salga campeón.”

 

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