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RACING IGUALO CON RIVER Y QUEDO A UN PASO DEL TITULO
Un punto que vale cinco

El gol de Bedoya, casi sobre el final del partido, le permitió a Racing empatar su partido más importante del campeonato y mantener la ventaja de 5 puntos sobre River cuando sólo quedan 9 puntos en disputa. El equipo de Ramón Díaz, claramente superior en el primer tiempo, se había puesto en ventaja con un toque de Cambiasso debajo del arco, pero en el segundo tiempo se agrupó atrás para sostener la ventaja y no pudo. El empate fue largamente festejado por los de Racing, que ven muy cerca el esperado título. El partido, muy calentito, terminó con algunos incidentes.

Por Adrián De Benedictis

Aunque la espera parece tener final, al sufrimiento le quedan algunas horas más. Si la gente de Racing hace 35 años que está ansiosa para poder festejar un título local, ¿cómo no iba a demorarse ayer apenas 86 minutos para alcanzar un empate ante River que terminó con forma de triunfo? Ese fue el tiempo que demoró el delirio que desató el público del equipo de Avellaneda, para iniciar la última recta que cada vez lo encuentra más cerca de la cima. El puntero no resignó puntos ante su principal perseguidor, y la sentencia del campeonato Apertura comenzó a inclinarse hacia el lado de Racing. Al mismo tiempo, River continúa resignando campeonatos sobre su desenlace.
Después de tanto esperar, River tenía la oportunidad directa de descontarle puntos al líder Racing, y sólo la victoria le servía para candidatearse como uno de los aspirantes al título. Con esos tres puntos, la diferencia de cinco se reduciría a dos, y en los tres últimos partidos todo podía ser posible. Para colmo, la inyección anímica del equipo de Núñez por las dos goleadas anteriores le otorgaban un escalón de ventaja sobre el puntero. Y en ese sentido, el técnico Ramón Díaz presentaba por primera vez en el certamen los mismos jugadores en dos fechas consecutivas. Las condiciones para trasladarle definitivamente la presión a Racing estaban dadas.
Para colmo, la decisión del entrenador Reinaldo Merlo de incluir al defensor Gerardo Bedoya por el suspendido José Chatruc (volante ofensivo) era la demostración de las intenciones del puntero. Con dos resultados a su favor –léase triunfo o empate–, Racing eligió una postura más cautelosa, y dejó que su rival tomara todas las responsabilidades. Pero como River posee jugadores técnicamente dotados para manejar el desarrollo del juego, no tuvo inconvenientes para adueñarse rápidamente de la iniciativa del partido.
Con sus volantes ubicados en el campo del equipo local, River salió a presionar desde el inicio, y así Ortega y D’Alessandro comenzaron a dominar la escena. A pesar de carecer profundidad, River se acercó a Campagnuolo con un remate de Cardetti que se fue al lado del palo. Mientras a Racing le costaba mucho hilvanar una jugada con cuatro o cinco toques consecutivos, River desequilibraba fácilmente y en forma colectiva.
A pesar de ese dominio, Racing llegó a enfrentar a Comizzo por primera vez, exactamente a los 28 minutos, pero Barros Schelotto no pudo superar el achique del arquero. Dos minutos más tarde, otra vez Cardetti tuvo la chance de convertir, pero Loeschbor salvó casi en la línea. En el final de esa etapa, ambos equipos tuvieron sus chances, pero fue sólo River el que las supo aprovechar. Primero Cardetti no pudo definir entre dos defensores, después Barros Schelotto cabeceó por arriba un centro de Vitali, y luego Estévez estrelló un derechazo en el travesaño. Recién a un minuto del final, Cambiasso marcó el primer gol con un toque suave en la puerta del arco, después de que Cardetti le bajara la pelota de cabeza.
Cuando parecía que River se encaminaba a un nuevo triunfo, a partir de los 20 minutos de la segunda parte se retrasó y le entregó la pelota a Racing. El equipo local intentó controlar el juego con el ingreso de Torres, pero la única vía era por arriba. Mientras Cardetti volvió a desperdiciar otras tres nuevas oportunidades para aumentar, Racing avisó con un cabezazo de Loeschbor que D’Alessandro rechazó en la línea.
Y el momento esperado por Racing llegó a cuatro minutos del final. Vitali envió otro centro desde la derecha, Comizzo dejó la pelota en el área, y el colombiano Bedoya hizo estallar el estadio con un fuerte zurdazo. La locura se había apoderado de medio Avellaneda, y River seguía lamentándose por las posibilidades desperdiciadas. Como contra San Lorenzo. Como contra Colón. Ayer, ante Racing.

River fue uno con la pelota,y otro sin
D’Alessandro, el mejor

Por A. D. B.

Comizzo (5): respondió con seguridad cada vez que intervino, pero tuvo participación en el gol de Racing al dejar la pelota en el área. En el primer tiempo le ganó un duelo a Barros Schelotto.
Garcé (6): estuvo seguro en la marca y se mostró como salida por el sector derecho. En la segunda parte abusó del juego brusco, y tuvo complicaciones para detener a detener a Torres y a Viveros.
Ayala (6): se paró como último hombre y Racing no pudo entrar por el medio. En la única que perdió ante Estévez, el travesaño evitó el gol de Racing.
Yepes (5): no anticipó cuando la pelota superaba a Zapata, y perdió seguido ante Milito o Estévez, según quién se ubicaba por ese sector.
Coudet (6): se desprendió por la derecha y generó peligro con centros desde ese sector. En el segundo tiempo casi no pasó la mitad de la cancha, y buscó que pasara el tiempo.
Ledesma (7): el mejor en el medio de River, cortando y distribuyendo con acierto. Cada vez está más firme en la posición de volante central. Casi convierte un gol con un remate de media distancia.
Cambiasso (6): participó del circuito ofensivo cuando River fue el dominador del partido, pero perdió ubicación en el final. Convirtió el gol definiendo por el segundo palo.
Zapata (5): cumplió en la marca, pero no aprovechó la franja izquierda para aportar en ataque.
D’Alessandro (8): el mejor jugador del partido. Fue imparable tanto por derecha como por izquierda. Inició la jugada del gol de River y evitó uno de Racing salvando sobre la línea.
Ortega (6): comenzó con mucha movilidad y trató de asociarse con D’Alessandro en la creación. Su rendimiento bajó en el segundo tiempo, y se ganó una amonestación por cometer una falta innecesaria.
Cardetti (4): una de sus peores tardes. Tuvo muchas chances para marcar y no aprovechó ninguna. En tiempo de descuento tenía el triunfo, pero la tiró afuera. A favor: habilitó a Cambiasso en el gol de River.
Lequi (5): se ubicó como lateral izquierdo para armar una defensa con cuatro. Fue superado en varias oportunidades por Maceratesi y Vitali.


POCOS DESTACADOS EN RACING
La figura es el equipo

por Ariel Greco

Campagnuolo (6): no tuvo demasiada participación, pero sí una intervención clave cuando le tapó un remate a Cardetti. En el gol de River no tuvo ninguna responsabilidad.
Maciel (5): le costó tomar a los delanteros rivales, y a D’Alessandro cuando se tiró por ese lado. Apareció algo desubicado, aunque compensó con su velocidad y capacidad de anticipo.
Loeschbor (6): el más firme de los del fondo, aunque no lució tan seguro como en otras ocasiones. Fue importante en el juego aéreo, tanto en defensa como en ataque.
Ubeda (4): falto de tiempo y distancia a lo largo de casi todo el partido. Cometió errores por falta de ubicación, aunque a su favor hay marcar que con sus ganas llevó a su equipo hacia adelante.
Vitali (6): no tuvo demasiados inconvenientes para detener a Zapata, pero estuvo muy contenido en la primera parte. En la segunda, sus trepadas complicaron a River y terminó metiendo el centro previo al gol del empate. Bastía (6): mucha voluntad, empuje y sacrificio. Sin embargo, D’Alessandro le trajo muchos inconvenientes con su habilidad. Con el retraso de River en la segunda mitad, la tarea se le alivió.
Bedoya (5): muy perdido como volante central. Apeló al juego brusco para contener a los mediocampistas de River y tampoco tuvo precisión en las entregas. Mejoró como lateral y coronó la noche con el golazo del empate.
Arano (5): Coudet le ganó las espaldas con mucha frecuencia, ya que no estuvo bien sincronizado con Ubeda. En ataque se proyectó con bastante criterio, aunque le faltó decisión para concretar.
Barros Schelotto (6): de lo mejor de Racing en la primera mitad; participó en cuatro llegadas de su equipo en ese período. Igualmente se metió en todas las fricciones, lo que deslució su trabajo y lo sacó del juego.
Milito (5): arrancó con mucha actividad por los costados, generando problemas a los centrales rivales. De a poco fue perdiendo peso y terminó controlado, casi sin inquietar.
Estévez (7): toda la habilidad y sus mañas al servicio del equipo. Se bancó casi solo a los centrales adversarios y siempre se las ingenió para provocar peligro.
Torres (-): le costó asumir la conducción del equipo en un momento caliente del partido.
Maceratesi (-): le puso pimienta al ataque cuando Racing ya no tenía profundidad.
Viveros (-): Jugó muy poco tiempo, pero aportó su tradicional dinámica.

Festejaron el chiste alemán

El resultado de Boca en Japón no había pasado inadvertido. En los negocios de ropa deportiva, las camisetas del Bayern Munich –sobre todo las estampadas con el nombre de Samuel Kuffour– se agotaron en pocas horas. En Internet, las cargadas se multiplicaron cada día: publicidades de Bayaspirina trucadas con las imágenes de los jugadores de Boca llorando recorrieron la red. En la cancha, los hinchas de River se burlaron toda la tarde por la caída de Boca, mientras que los de Racing, sin pretenderlo y para atacar a sus rivales por el título, defendieron a uno de sus enemigos históricos.
“Samuel Kuffour, ídolo”, rezaba un trapo de casi un metro, hecho de apuro con aerosol. En toda la popular, los hinchas repartieron banderitas alemanas, que flamearon al compás de los cantos. “Bayern/ Bayern”, entonaron los fanáticos por una semana del conjunto alemán. Y el tono elegido fue más parecido a lo que habitualmente sucede en el Olímpico de Munich que a una típica canción de hinchada argentina. Muchos hinchas se encargaron de estrenar las remeras compradas después del martes, y le sumaron una especie de pañuelos, retazos que quedaron de la bandera con que festejaron el centenario.
Del otro lado, los de Racing estaban en su mundo. Lanzaron casi toda su pirotecnia, papelitos y serpentinas cinco minutos antes de que saliera el equipo. Y más allá de la bronca histórica con Boca, la única Intercontinental que interesa por estos días por Avellaneda es el Apertura. Ni se acordaron de la derrota de los de Bianchi en Japón. Todo lo contrario; su partido era con River. De ahí que, sin quererlo, asumieron una defensa de su otro enemigo íntimo. Cuando los visitantes comenzaron a revolear las banderas alemanas, los racinguistas sacaron una rápida respuesta: “Hay que saltar/ hay que saltar/ el que no salta/ es alemán”, como hubiese contestado La Doce en ese momento. Luego siguió un patriótico “Argentina/ Argentina”. La escena se repitió ante cada alusión al trofeo perdido por Boca. Con la misma entonación que el “Bayern/ Bayern” que estrenaron los hinchas de River, los simpatizantes locales improvisaron un “Putos/ Putos”. Casi como lo que hubiesen deseado cantar los de Boca.

 

 

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