Por
Adrián De Benedictis
Aunque la espera parece tener final, al sufrimiento le quedan algunas
horas más. Si la gente de Racing hace 35 años que está
ansiosa para poder festejar un título local, ¿cómo
no iba a demorarse ayer apenas 86 minutos para alcanzar un empate ante
River que terminó con forma de triunfo? Ese fue el tiempo que demoró
el delirio que desató el público del equipo de Avellaneda,
para iniciar la última recta que cada vez lo encuentra más
cerca de la cima. El puntero no resignó puntos ante su principal
perseguidor, y la sentencia del campeonato Apertura comenzó a inclinarse
hacia el lado de Racing. Al mismo tiempo, River continúa resignando
campeonatos sobre su desenlace.
Después de tanto esperar, River tenía la oportunidad directa
de descontarle puntos al líder Racing, y sólo la victoria
le servía para candidatearse como uno de los aspirantes al título.
Con esos tres puntos, la diferencia de cinco se reduciría a dos,
y en los tres últimos partidos todo podía ser posible. Para
colmo, la inyección anímica del equipo de Núñez
por las dos goleadas anteriores le otorgaban un escalón de ventaja
sobre el puntero. Y en ese sentido, el técnico Ramón Díaz
presentaba por primera vez en el certamen los mismos jugadores en dos
fechas consecutivas. Las condiciones para trasladarle definitivamente
la presión a Racing estaban dadas.
Para colmo, la decisión del entrenador Reinaldo Merlo de incluir
al defensor Gerardo Bedoya por el suspendido José Chatruc (volante
ofensivo) era la demostración de las intenciones del puntero. Con
dos resultados a su favor léase triunfo o empate, Racing
eligió una postura más cautelosa, y dejó que su rival
tomara todas las responsabilidades. Pero como River posee jugadores técnicamente
dotados para manejar el desarrollo del juego, no tuvo inconvenientes para
adueñarse rápidamente de la iniciativa del partido.
Con sus volantes ubicados en el campo del equipo local, River salió
a presionar desde el inicio, y así Ortega y DAlessandro comenzaron
a dominar la escena. A pesar de carecer profundidad, River se acercó
a Campagnuolo con un remate de Cardetti que se fue al lado del palo. Mientras
a Racing le costaba mucho hilvanar una jugada con cuatro o cinco toques
consecutivos, River desequilibraba fácilmente y en forma colectiva.
A pesar de ese dominio, Racing llegó a enfrentar a Comizzo por
primera vez, exactamente a los 28 minutos, pero Barros Schelotto no pudo
superar el achique del arquero. Dos minutos más tarde, otra vez
Cardetti tuvo la chance de convertir, pero Loeschbor salvó casi
en la línea. En el final de esa etapa, ambos equipos tuvieron sus
chances, pero fue sólo River el que las supo aprovechar. Primero
Cardetti no pudo definir entre dos defensores, después Barros Schelotto
cabeceó por arriba un centro de Vitali, y luego Estévez
estrelló un derechazo en el travesaño. Recién a un
minuto del final, Cambiasso marcó el primer gol con un toque suave
en la puerta del arco, después de que Cardetti le bajara la pelota
de cabeza.
Cuando parecía que River se encaminaba a un nuevo triunfo, a partir
de los 20 minutos de la segunda parte se retrasó y le entregó
la pelota a Racing. El equipo local intentó controlar el juego
con el ingreso de Torres, pero la única vía era por arriba.
Mientras Cardetti volvió a desperdiciar otras tres nuevas oportunidades
para aumentar, Racing avisó con un cabezazo de Loeschbor que DAlessandro
rechazó en la línea.
Y el momento esperado por Racing llegó a cuatro minutos del final.
Vitali envió otro centro desde la derecha, Comizzo dejó
la pelota en el área, y el colombiano Bedoya hizo estallar el estadio
con un fuerte zurdazo. La locura se había apoderado de medio Avellaneda,
y River seguía lamentándose por las posibilidades desperdiciadas.
Como contra San Lorenzo. Como contra Colón. Ayer, ante Racing.
River
fue uno con la pelota,y otro sin
DAlessandro,
el mejor
Por
A. D. B.
Comizzo
(5): respondió con seguridad cada vez que intervino, pero tuvo
participación en el gol de Racing al dejar la pelota en el área.
En el primer tiempo le ganó un duelo a Barros Schelotto.
Garcé (6): estuvo seguro en la marca y se mostró como salida
por el sector derecho. En la segunda parte abusó del juego brusco,
y tuvo complicaciones para detener a detener a Torres y a Viveros.
Ayala (6): se paró como último hombre y Racing no pudo entrar
por el medio. En la única que perdió ante Estévez,
el travesaño evitó el gol de Racing.
Yepes (5): no anticipó cuando la pelota superaba a Zapata, y perdió
seguido ante Milito o Estévez, según quién se ubicaba
por ese sector.
Coudet (6): se desprendió por la derecha y generó peligro
con centros desde ese sector. En el segundo tiempo casi no pasó
la mitad de la cancha, y buscó que pasara el tiempo.
Ledesma (7): el mejor en el medio de River, cortando y distribuyendo con
acierto. Cada vez está más firme en la posición de
volante central. Casi convierte un gol con un remate de media distancia.
Cambiasso (6): participó del circuito ofensivo cuando River fue
el dominador del partido, pero perdió ubicación en el final.
Convirtió el gol definiendo por el segundo palo.
Zapata (5): cumplió en la marca, pero no aprovechó la franja
izquierda para aportar en ataque.
DAlessandro (8): el mejor jugador del partido. Fue imparable tanto
por derecha como por izquierda. Inició la jugada del gol de River
y evitó uno de Racing salvando sobre la línea.
Ortega (6): comenzó con mucha movilidad y trató de asociarse
con DAlessandro en la creación. Su rendimiento bajó
en el segundo tiempo, y se ganó una amonestación por cometer
una falta innecesaria.
Cardetti (4): una de sus peores tardes. Tuvo muchas chances para marcar
y no aprovechó ninguna. En tiempo de descuento tenía el
triunfo, pero la tiró afuera. A favor: habilitó a Cambiasso
en el gol de River.
Lequi (5): se ubicó como lateral izquierdo para armar una defensa
con cuatro. Fue superado en varias oportunidades por Maceratesi y Vitali.
POCOS
DESTACADOS EN RACING
La
figura es el equipo
por
Ariel Greco
Campagnuolo
(6): no tuvo demasiada participación, pero sí una intervención
clave cuando le tapó un remate a Cardetti. En el gol de River no
tuvo ninguna responsabilidad.
Maciel (5): le costó tomar a los delanteros rivales, y a DAlessandro
cuando se tiró por ese lado. Apareció algo desubicado, aunque
compensó con su velocidad y capacidad de anticipo.
Loeschbor (6): el más firme de los del fondo, aunque no lució
tan seguro como en otras ocasiones. Fue importante en el juego aéreo,
tanto en defensa como en ataque.
Ubeda (4): falto de tiempo y distancia a lo largo de casi todo el partido.
Cometió errores por falta de ubicación, aunque a su favor
hay marcar que con sus ganas llevó a su equipo hacia adelante.
Vitali (6): no tuvo demasiados inconvenientes para detener a Zapata, pero
estuvo muy contenido en la primera parte. En la segunda, sus trepadas
complicaron a River y terminó metiendo el centro previo al gol
del empate. Bastía (6): mucha voluntad, empuje y sacrificio. Sin
embargo, DAlessandro le trajo muchos inconvenientes con su habilidad.
Con el retraso de River en la segunda mitad, la tarea se le alivió.
Bedoya (5): muy perdido como volante central. Apeló al juego brusco
para contener a los mediocampistas de River y tampoco tuvo precisión
en las entregas. Mejoró como lateral y coronó la noche con
el golazo del empate.
Arano (5): Coudet le ganó las espaldas con mucha frecuencia, ya
que no estuvo bien sincronizado con Ubeda. En ataque se proyectó
con bastante criterio, aunque le faltó decisión para concretar.
Barros Schelotto (6): de lo mejor de Racing en la primera mitad; participó
en cuatro llegadas de su equipo en ese período. Igualmente se metió
en todas las fricciones, lo que deslució su trabajo y lo sacó
del juego.
Milito (5): arrancó con mucha actividad por los costados, generando
problemas a los centrales rivales. De a poco fue perdiendo peso y terminó
controlado, casi sin inquietar.
Estévez (7): toda la habilidad y sus mañas al servicio del
equipo. Se bancó casi solo a los centrales adversarios y siempre
se las ingenió para provocar peligro.
Torres (-): le costó asumir la conducción del equipo en
un momento caliente del partido.
Maceratesi (-): le puso pimienta al ataque cuando Racing ya no tenía
profundidad.
Viveros (-): Jugó muy poco tiempo, pero aportó su tradicional
dinámica.
Festejaron
el chiste alemán
El
resultado de Boca en Japón no había pasado inadvertido.
En los negocios de ropa deportiva, las camisetas del Bayern Munich
sobre todo las estampadas con el nombre de Samuel Kuffour
se agotaron en pocas horas. En Internet, las cargadas se multiplicaron
cada día: publicidades de Bayaspirina trucadas con las imágenes
de los jugadores de Boca llorando recorrieron la red. En la cancha,
los hinchas de River se burlaron toda la tarde por la caída
de Boca, mientras que los de Racing, sin pretenderlo y para atacar
a sus rivales por el título, defendieron a uno de sus enemigos
históricos.
Samuel Kuffour, ídolo, rezaba un trapo de casi
un metro, hecho de apuro con aerosol. En toda la popular, los hinchas
repartieron banderitas alemanas, que flamearon al compás
de los cantos. Bayern/ Bayern, entonaron los fanáticos
por una semana del conjunto alemán. Y el tono elegido fue
más parecido a lo que habitualmente sucede en el Olímpico
de Munich que a una típica canción de hinchada argentina.
Muchos hinchas se encargaron de estrenar las remeras compradas después
del martes, y le sumaron una especie de pañuelos, retazos
que quedaron de la bandera con que festejaron el centenario.
Del otro lado, los de Racing estaban en su mundo. Lanzaron casi
toda su pirotecnia, papelitos y serpentinas cinco minutos antes
de que saliera el equipo. Y más allá de la bronca
histórica con Boca, la única Intercontinental que
interesa por estos días por Avellaneda es el Apertura. Ni
se acordaron de la derrota de los de Bianchi en Japón. Todo
lo contrario; su partido era con River. De ahí que, sin quererlo,
asumieron una defensa de su otro enemigo íntimo. Cuando los
visitantes comenzaron a revolear las banderas alemanas, los racinguistas
sacaron una rápida respuesta: Hay que saltar/ hay que
saltar/ el que no salta/ es alemán, como hubiese contestado
La Doce en ese momento. Luego siguió un patriótico
Argentina/ Argentina. La escena se repitió ante
cada alusión al trofeo perdido por Boca. Con la misma entonación
que el Bayern/ Bayern que estrenaron los hinchas de
River, los simpatizantes locales improvisaron un Putos/ Putos.
Casi como lo que hubiesen deseado cantar los de Boca.
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