Por
Facundo Martínez
Boca no pudo aprovechar la chance de acercarse a la punta del Apertura
que le había dejado el empate entre Racing y River, y pese a dominar
el desarrollo cayó finalmente por 1-0. El gol de Banfield lo hizo
el arquero Lucchetti, de penal. El resultado no opacó la afectuosa
bienvenida de los hinchas boquenses, que llenaron a medias la Bombonera
(calentando el ambiente hasta por los ausentes) y se hicieron oír
con su apoyo, incluso después de la derrota.
Con coraje salió el equipo de Bianchi al campo y así comenzó
a jugar, levantando poco a poco la cabeza y dominando la pelota frente
a un rival dispuesto a no regalar nada. Boca se paró con tres en
el fondo y con una línea de cinco volantes para controlar a los
cuatro del medio del equipo de Garisto; sin embargo, la primera jugada
clara la tuvo la visita. A los dos minutos, Bueno quedó mano a
mano con Córdoba, pero el arquero tapó; el rebote le quedó
a Giménez, que disparó y salvó Serna sobre la raya.
El encuentro se hizo rápido porque Boca tenía que salir
a ganar, pero el rival, que lucha por el descenso, no podía hacer
regalos. La primera del local llegó recién a los 7 minutos,
luego de una habilitación frontal de Riquelme a Takahara que, ante
la salida de Lucchetti, intentó ponerla por arriba; se le fue muy
alta. Después, otra contra de Boca dejó solos a Delgado
y Takahara, pero el japonés no consiguió dominar la pelota
ante los dos centrales. Banfield se fue quedando, dejándole demasiado
espacio a Boca, que comenzó a subir por afuera a través
de Clemente Rodríguez. Pero el partido comenzó a decaer
porque ninguno de los dos lograba imponer su juego: en Boca, Riquelme
no aparecía y, en Banfield, Cervera y Leiva no eran los del principio.
El juego se trabó en el mediocampo.
Finalizando la primera mitad, Boca pareció encenderse nuevamente
y salió con todo a buscar la ventaja. Y así dispuso de varias
chances: una contra entre Delgado y Riquelme, que terminó controlando
Lucchetti; un disparo de Riquelme, que no le pudo pegar bien; y una gran
jugada del mismo Román, sobre el final, que dejó a cuatro
en el camino, y habilitó a Delgado, quien se quedó sin ángulo
para rematar y terminó enviando un centro.
Lo que pasó en el complemento fue similar. Boca, buscando cómo
herir a Banfield; y la visita, segura en la marca y rápida para
el contraataque, pero sin mayores intenciones que las de esperar el error
ajeno. Con el ingreso de Giménez por Pinto, Boca armó un
4-3-1-2, pasando Serna como volante central, pero esa disposición
no fue decisiva, porque el equipo siguió fallando en los últimos
metros. De contra, Banfield amenazaba, pero Boca conseguía frenar
esos avances, rápidos aunque imprecisos. Una vez Walter Jiménez,
otra vez Cervera y también Lujambio estuvieron cerca para Banfield;
Delgado y Riquelme siguieron intentando sin suerte para Boca. Fue la piña
que Serna le tiró a Bilos en la nuca después de no
llegar con un codazo la que concluyó el partido: penal y
afuera Serna. Lucchetti, ya figura, fue a patear y lo hizo. Boca se fue
impotente, otra vez derrotado, pero aplaudido por su gente.
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